Pandemia y ciencia: ?qui¨¦n salvar¨¢ a qui¨¦n?
Apostar por la Ciencia, en tiempos como este y en un pa¨ªs como Espa?a, requiere valent¨ªa pol¨ªtica. Pero es importante que la comunidad cient¨ªfica est¨¦ unida
Durante el confinamiento por la pandemia de COVID-19, un grupo de cient¨ªficos y cient¨ªficas hemos querido animar a la reflexi¨®n sobre qu¨¦ necesitamos para avanzar hacia una sociedad con m¨¢s y mejor ciencia. B¨¢sicamente nos hemos preguntado: ?d¨®nde estamos?, y sobre todo ?y ahora qu¨¦? Despu¨¦s de ocho charlas por internet y una mesa redonda, en donde hemos debatido sobre temas fundamentales y transversales (creaci¨®n de laboratorios saludables, sobrevivir en la academia, transferir el conocimiento a la sociedad, investigar con integridad, colaboraci...
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Durante el confinamiento por la pandemia de COVID-19, un grupo de cient¨ªficos y cient¨ªficas hemos querido animar a la reflexi¨®n sobre qu¨¦ necesitamos para avanzar hacia una sociedad con m¨¢s y mejor ciencia. B¨¢sicamente nos hemos preguntado: ?d¨®nde estamos?, y sobre todo ?y ahora qu¨¦? Despu¨¦s de ocho charlas por internet y una mesa redonda, en donde hemos debatido sobre temas fundamentales y transversales (creaci¨®n de laboratorios saludables, sobrevivir en la academia, transferir el conocimiento a la sociedad, investigar con integridad, colaboraci¨®n cient¨ªfica, desigualdad de g¨¦nero, patrocinio y mecenazgo o la responsabilidad social de la ciencia), queremos recoger parte de esas reflexiones en esta tribuna de opini¨®n.
La ciencia no se basa en verdades absolutas ni en certezas perpetuas, sino que es un proceso de indagaci¨®n continua en lo desconocido
Estamos oyendo tanto recientemente apelar a lo que dice la ciencia y las evidencias cient¨ªficas que los que nos dedicamos profesionalmente a ello hemos llegado a pensar que ?ya era hora, por fin nuestros pol¨ªticos, y la sociedad en general, han descubierto que la ciencia es un pilar fundamental de la sociedad y que sin ella estamos indefensos frente a problemas y retos tan graves como la presente pandemia! Durante semanas, la Ciencia, y las personas que nos dedicamos a ella, hemos estado en el foco de telediarios, peri¨®dicos y programas de tertulia y opini¨®n. Los que llevamos a?os reclamando la necesidad de una mayor presencia medi¨¢tica, fundamental para acercar la ciencia a la ciudadan¨ªa, contemplamos con asombro como ha sido una pandemia la que ha puesto en valor la Ciencia ante la sociedad, como nunca antes en nuestra historia. Y ello a pesar de que, cuando ha convenido, se ha utilizado la Ciencia como justificaci¨®n o como excusa en la toma de ciertas decisiones: ¡°Hicimos lo que los expertos nos dijeron¡¡±. La ciencia no se basa en verdades absolutas ni en certezas perpetuas, sino que es un proceso de indagaci¨®n continua en lo desconocido. La Ciencia tiene sus procedimientos y sus tiempos (habitualmente mucho m¨¢s largos de los que exigimos con la urgencia de las situaciones de crisis) y se basa en la duda, en el escepticismo permanente que nos mantiene alerta para escoger el mejor camino en cada momento, rectificando si es necesario. Y si hablamos de medicamentos o vacunas, para progresar en la obtenci¨®n de tratamientos que sean eficaces, s¨ª, pero tambi¨¦n seguros.
Si algo ha dejado claro esta pandemia es que en Espa?a necesitamos m¨¢s y mejor Ciencia. ?C¨®mo conseguirlo? En primer lugar, identificando las debilidades de nuestro sistema cient¨ªfico y proponiendo medidas para fortalecerlo de manera sostenida, con un ojo en qu¨¦ hacen otros pa¨ªses donde la I+D+i es el secreto del ¨¦xito de sus econom¨ªas. La Ciencia se estructura en el entorno de los grupos de investigaci¨®n, que trabajan bien si tienen las condiciones y el h¨¢bitat adecuado para poder hacerlo. No se puede exigir a un sistema cient¨ªfico enclenque que, enfrentado a una exigencia extrema, ofrezca una respuesta id¨¦ntica a la que podr¨ªa ofrecer un sistema robusto y bien alimentado. Aunque sea triste reconocerlo, Espa?a tiene un sistema cient¨ªfico debilitado, fruto de muchos a?os de recortes y de una estructura y una burocracia ancladas en el pasado. Espa?a ha venido siendo un pa¨ªs de n¨²meros peque?os en ciencia, con presupuestos muy alejados de lo que regularmente destinan nuestros vecinos europeos (que los incrementan, en lugar de recortarlos, en tiempos de crisis).
Nunca ha existido en Espa?a una financiaci¨®n acorde a lo que nuestro pa¨ªs merece por su posicionamiento econ¨®mico en el mundo
Nunca ha existido en Espa?a una financiaci¨®n acorde a lo que nuestro pa¨ªs merece por su posicionamiento econ¨®mico en el mundo. Ya no es que estemos lejos de las grandes potencias, que lo estamos, seg¨²n datos de EUROSTAT, sino que nos encontramos muy por debajo de la media de la OCDE en materia de inversi¨®n en I+D+i (incluyendo la inversi¨®n en nuestras universidades p¨²blicas, responsables de m¨¢s del 70% de la actividad cient¨ªfica espa?ola, seg¨²n el INAECU). A ello hay que sumar que nuestro tejido empresarial ¡°no cree¡± excesivamente en el valor de la Ciencia como motor de innovaci¨®n, por lo que Espa?a adolece de una estructural falta de inversi¨®n privada en Ciencia. Adem¨¢s, no tenemos una cultura y legislaci¨®n que amparen adecuadamente el patrocinio y el mecenazgo. Y por si lo anterior no fuera suficiente, se han desarrollado leyes que, al amparo de la anterior crisis econ¨®mica, dificultan el normal desarrollo del trabajo cient¨ªfico introduciendo una interminable red de trabas burocr¨¢ticas que lastran irremediablemente la investigaci¨®n propiamente dicha y su continuidad en el tiempo. Los f¨ªsicos dir¨ªan que se nos impone un medio ¡°no newtoniano¡±, en el que cuanto m¨¢s esfuerzo se invierte en intentar avanzar, mayor resistencia se encuentra. Y por si ello fuera poco, a la financiaci¨®n escasa (tanto p¨²blica como privada), al nulo o escaso mecenazgo de la sociedad y a una legislaci¨®n perniciosa para la actividad cient¨ªfica, se une un ambiente jerarquizado y anquilosado en el patriarcado. Existen usos y costumbres normalizados, y en consecuencia tolerados por la comunidad cient¨ªfica, que necesitamos erradicar de universidades y centros de investigaci¨®n: precarizaci¨®n, falta de definici¨®n de una carrera investigadora ordenada, endogamia, gobernanza ineficaz, una cultura extendida del ¡°caf¨¦ para todos¡±, desigualdad y discriminaci¨®n por raz¨®n de g¨¦nero o sexo, situaciones de acoso laboral y sexual (sobre todo a investigadores/as y profesores/as j¨®venes).
El sistema cient¨ªfico espa?ol se sostiene por una formaci¨®n excelente, que heredamos de ¨¦pocas de bonanza, y la vocaci¨®n y dedicaci¨®n de miles de cient¨ªficos y cient¨ªficas que luchan contra infinidad de barreras para ser competitivos a nivel internacional. En muchos casos, mientras se sostienen y toleran situaciones insoportables de precariedad laboral y de desigualdad de g¨¦nero. Solo as¨ª puede explicarse que mantengamos islas de calidad cient¨ªfica que hayan sobrevivido milagrosamente a una crisis que se ha cebado particularmente con la ciencia, en medio de un mar de grupos que apenas subsisten. Cada vez que un grupo de investigaci¨®n desaparece, deja un espacio que nunca vuelve a ser ocupado, con lo que ello supone de p¨¦rdida de conocimiento, de talento y de experiencia acumulada.
Es en momentos como este cuando las grandes potencias m¨¢s invierten en I+D+i, al contrario de lo que hist¨®ricamente ha hecho Espa?a
Estamos avanzando en la resoluci¨®n de la emergencia sanitaria actual, pero nos enfrentamos a una rampante emergencia econ¨®mica. Es en momentos como este cuando las grandes potencias m¨¢s invierten en I+D+i, al contrario de lo que hist¨®ricamente ha hecho Espa?a. Y son esos pa¨ªses los que antes salen de las crisis. Es el momento de cambiar el rumbo. Un pa¨ªs es rico porque investiga, no investiga porque sea rico. La Ciencia espa?ola necesita m¨¢s inversi¨®n (y es inversi¨®n, no gasto, porque adem¨¢s del conocimiento que se genera y traslada a la sociedad, cada euro invertido en ciencia se multiplica entre cuatro y diez veces en el PIB). Pero la Ciencia espa?ola necesita adem¨¢s cambios legislativos que le permitan ser m¨¢s eficaz modificando dr¨¢sticamente sus estructuras y su organizaci¨®n interna, importando las buenas pr¨¢cticas que existen en esos pa¨ªses en los que nos miramos con admiraci¨®n y cierta envidia.
Ahora es el momento. Necesitamos a la Ciencia para salir de esta pandemia y de sus consecuencias sanitarias y econ¨®micas. La Ciencia nos ayudar¨¢ a recuperarnos antes y mejor, y a estar m¨¢s preparados para futuras crisis ¨Cque as¨ª lo ser¨¢n menos-: otros microbios, el cambio clim¨¢tico, inmigraci¨®n, pobreza... En rueda de prensa, el pasado 31 de mayo, el Presidente del Gobierno afirm¨® que ¡°Nunca m¨¢s debemos relegar a la investigaci¨®n y a la ciencia¡±. Seg¨²n sus propias palabras, ¡°la ciencia es empuje, es progreso y nuestros investigadores e investigadoras son un orgullo para el conjunto del pa¨ªs¡±. At¨®nitos ante tan contundente declaraci¨®n de intenciones, anhelamos que esta voluntad verbalizada se materialice de verdad en cambios legislativos de renovaci¨®n estructural y agilizaci¨®n burocr¨¢tica y en las modificaciones presupuestarias que permitan a la Ciencia espa?ola salir a flote y dar soluciones a los retos presentes y futuros. Es el momento de ser inteligentes y dejar atr¨¢s el cortoplacismo. Apostar por la Ciencia, en tiempos como este y en un pa¨ªs como Espa?a, requiere valent¨ªa pol¨ªtica. Pero es importante que la comunidad cient¨ªfica est¨¦ unida cuando ese momento llegue y entendamos que el cambio lo tenemos que amparar y conseguir entre todos. Es el momento de integrar a instituciones (Universidades, OPIS nacionales y regionales) y colectivos (directores, jefes de grupo, investigadores ¡°junior¡±, postdoctorales y en formaci¨®n, personal t¨¦cnico de apoyo y PAS) en un sistema que nos permita remar en la misma direcci¨®n. Es el momento de poner en marcha las reformas que nuestras universidades y OPIS tanto necesitan para incorporar y retener talento, poner en valor y ofrecer una carrera investigadora digna y con futuro a nuestros j¨®venes, eliminar el acoso en todas sus formas e impulsar el camino hacia la igualdad de g¨¦nero para, en definitiva, permitir a nuestra Ciencia y a las personas que la hacen posible aplicar todo su potencial en el desarrollo de nuestra sociedad. No perdamos otra vez el tren.
Elena G¨®mez-D¨ªaz (IPBLN-CSIC, Granada), Jos¨¦ Manuel L¨®pez Nicol¨¢s (UM, Murcia), Fernando T. Maestre (UA, Alicante), Lluis Montoliu (CNB-CSIC y CIBERER-ISCIII, Madrid), Carmen P¨¦rez-Esparrells (UAM, Madrid), Jes¨²s P¨¦rez Gil (UCM, Madrid), Jos¨¦ Manuel Torralba (UC3M e IMDEA Materiales, Madrid) y Margarita del Val (CBMSO-CSIC/UAM, Madrid)
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