La crisis del coronavirus pone en evidencia la falta de capacidad de Espa?a para fabricar vacunas humanas

La primera empresa espa?ola que va a fabricar vacunas para probarlas contra el coronavirus nunca tuvo ese objetivo. Viralgen, una compa?¨ªa con sede en San Sebasti¨¢n, se dedica en realidad a la terapia g¨¦nica para tratar enfermedades raras. Utilizando un virus como medio de transporte, introducen en las c¨¦lulas del paciente un gen cuya falta produce una dolencia. Esta misma t¨¦cnica les ha servido tambi¨¦n para entrar en el mercado de los CAR-T, un novedoso tratamiento para algunos tumores de la sangre que consiste en extraer gl¨®bulos blancos del paciente (linfocitos T), introducirles una modificaci¨®n que les permita reconocer su c¨¢ncer espec¨ªfico y volver a inyect¨¢rselos al enfermo.

¡°No ten¨ªamos ni la menor intenci¨®n de fabricar vacunas¡±, reconoce Javier Garc¨ªa Cogorro, CEO de Viralgen. En realidad, explica, utilizar su t¨¦cnica para proteger frente a una infecci¨®n ¡°es un poco contraintuitivo¡±, porque tratan de infectar muchas c¨¦lulas sin producir una reacci¨®n inmune. En el caso de una terapia g¨¦nica, hacerlo es contraproducente, pero es justo lo que se busca con una vacuna. Como en otras ocasiones, durante la crisis del coronavirus, cient¨ªficos que nunca ten¨ªan el combate de pandemias entre sus objetivos se pusieron a buscar soluciones a este problema global y han obtenido resultados interesantes.

Hacer nacionalismo con las vacunas ser¨ªa inmoral, pero si tienes la manufactura, te puedes garantizar el suministro y si no, quiz¨¢ no

El l¨ªder cient¨ªfico en este caso es Luk Vandenberghe, director del Centro de Terapia G¨¦nica Grousbeck en el Massachusetts Eye and Ear de Boston (EE UU). En el inicio de la pandemia, Vandenberghe record¨® un h¨ªbrido de dos virus de mono con el que trabaj¨® 20 a?os atr¨¢s. Estimulaba tanto al sistema inmune que no era ¨²til para su uso en terapia g¨¦nica, pero resultaba interesante como base para una vacuna contra el coronavirus. ¡°Nos llam¨® a finales de marzo para ver qui¨¦n podr¨ªa hacer una vacuna as¨ª, con un m¨¦todo de producci¨®n que permitiese escalar hasta cientos de millones de dosis¡±, recuerda Garc¨ªa Cogorro. As¨ª entr¨® Viralgen en un consorcio liderado por el Massachusetts General Brigham Hospital (MGB), en el que tambi¨¦n participan las empresas estadounidenses Aldevron y Catalent, la universidad de Pensilvania y la multinacional farmac¨¦utica Novartis.

Durante los pr¨®ximos meses comenzar¨¢n a probar, primero en animales y despu¨¦s en humanos, las posibilidades de este tipo de vacuna, una entre m¨¢s de 100 en todo el mundo que aspiran a proteger contra el coronavirus. Adem¨¢s de superar las pruebas de seguridad y eficacia, para ser ¨²til, la vacuna que pase los ensayos cl¨ªnicos requerir¨¢ de una capacidad ingente de producci¨®n industrial, algo que retrasar¨¢ su llegada a los cientos de millones de personas que la necesiten. M¨¢s incluso en los pa¨ªses como Espa?a, donde apenas existe capacidad de producci¨®n de vacunas humanas e incluso la vacuna anual de la gripe llega del exterior.

Aunque las empresas farmac¨¦uticas, la OMS o las fundaciones que est¨¢n detr¨¢s de la producci¨®n de vacunas han prometido un acceso equitativo, lo sucedido con el material m¨¦dico en los primeros meses de la pandemia, bloqueado por algunos pa¨ªses que cre¨ªan velar por sus intereses nacionales, no invita al optimismo. ¡°Hacer nacionalismo con las vacunas ser¨ªa inmoral, pero si tienes la manufactura, te puedes garantizar el suministro y si no, quiz¨¢ no. Algo as¨ª dejar¨ªa mal a Europa como proyecto de cambio social, pero es un riesgo¡±, plantea Garc¨ªa Cogorro, que fue vicepresidente de la multinacional farmac¨¦utica Eli Lilly.

En Espa?a, la conciencia de que se necesitaba capacidad propia para producir vacunas se intensific¨® despu¨¦s de la emergencia producida por la gripe A en 2009. Los laboratorios Rovi, con apoyo del Gobierno central y la Junta de Andaluc¨ªa, planearon entonces la construcci¨®n de una f¨¢brica de vacunas en Granada con una inversi¨®n estimada de 65 millones de euros. Pero pasado el susto de la epidemia y llegados los efectos de la crisis econ¨®mica, el inter¨¦s decay¨® y la inversi¨®n nunca lleg¨® a materializarse. ¡°Una vez pasada la emergencia, los Gobiernos tienden a olvidar estos episodios y dedican los fondos a otras necesidades¡±, afirma Jos¨¦ ?ngel Escribano, fundador de Algenex, una compa?¨ªa que utiliza cris¨¢lidas de la oruga de la col para producir prote¨ªnas recombinantes (como las que se utilizan en las vacunas o en los test diagn¨®sticos) para salud animal.

En Espa?a tenemos poca capacidad de fabricaci¨®n de vacunas para humanos, pero en vacunas veterinarias somos una potencia mundial

Aunque su primera vacuna para animales no tiene prevista su salida al mercado hasta 2021, Escribano, que realiz¨® una prueba de concepto con su plataforma para producir vacunas de gripe aviar, cree que su tecnolog¨ªa puede adaptarse a la producci¨®n de vacunas humanas y ya ha tenido contactos con la Fundaci¨®n Gates, que busca alternativas para la producci¨®n masiva de algunas de las vacunas que impulsa.

¡°En Espa?a tenemos poca capacidad de fabricaci¨®n de vacunas para humanos, pero en vacunas veterinarias somos una potencia mundial¡±, asegura C¨¦sar Hern¨¢ndez, jefe del Departamento de Medicamentos de uso Humano de la Agencia Espa?ola de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). ¡°Las plataformas de fabricaci¨®n de las vacunas para uso veterinario o humano son muy parecidas y las t¨¦cnicas para introducir el ant¨ªgeno [la prote¨ªna que genera la respuesta inmune protectora] en el cuerpo, tambi¨¦n¡±, a?ade. Por ese motivo, una de las estrategias para suplir la capacidad de producci¨®n de vacunas de uso humano pasar¨¢ por una homologaci¨®n de esas f¨¢bricas de medicamentos veterinarios por parte de la AEMPS.

Uno de los problemas de este enfoque es que ¡°las empresas veterinarias producen vacunas cl¨¢sicas, con virus atenuados o inactivados, quiz¨¢ con la excepci¨®n de CZ Vaccines, en Galicia, que puede hacer vacunas de nueva generaci¨®n¡±, indica Escribano. ¡°Nosotros, por ejemplo, podr¨ªamos producir las vacunas que est¨¢n desarrollando Sanofi o Novavax, pero no podr¨ªamos producir ni la de Mariano Esteban ni la de Luis Enjuanes [los l¨ªderes de dos equipos del CSIC que tienen sus propios candidatos a vacuna]¡±, a?ade. Isabel Sol¨¢, col¨ªder del equipo de Enjuanes, se?ala que est¨¢n ¡°iniciando contactos con compa?¨ªas tanto espa?olas como europeas para explorar la posibilidad de que produzcan [su] candidato a vacuna¡±.

La dificultad para tener producci¨®n propia de una vacuna que proteja frente al coronavirus se incrementar¨ªa si tuviesen ¨¦xito compa?¨ªas con tecnolog¨ªas completamente novedosas, como la de la estadounidense Moderna, que nunca han llevado una vacuna al mercado. Y existen muchas otras inc¨®gnitas. ¡°Es dif¨ªcil calcular la capacidad de producci¨®n de Espa?a, porque a¨²n no sabemos qu¨¦ ant¨ªgeno habr¨¢ que producir y tampoco la dosis. Si la vacuna requiere una o dos dosis de recuerdo para tener la respuesta deseada, la capacidad de producci¨®n se divide por dos o por tres¡±, explica Hern¨¢ndez. ¡°Tambi¨¦n es importante la edad de las personas a las que vas a vacunar. Las personas mayores necesitan dosis mayores, pero acotar la poblaci¨®n reduce las necesidades¡±, contin¨²a.

Garc¨ªa Cogorro tambi¨¦n se?ala la incertidumbre de lo que est¨¢ por venir. ¡°Hay m¨¢s de cien opciones de vacuna, si quieres atraer una f¨¢brica, ?por cu¨¢l apuestas?¡±. Adem¨¢s, no solo se trata de tener la factor¨ªa. Es posible disponer de la capacidad de producci¨®n y que falten materias primas esenciales y escasas que se producen en otros lugares. ¡°Hace 30 a?os est¨¢bamos mejor. Las f¨¢bricas importantes se han ido retirando de Espa?a. Lo importante es que nos lo hagamos mirar como sociedad. ?C¨®mo se valora la ciencia? Puedes contratar doctores por 25.000 euros al a?o, en el mercado laboral no est¨¢n bien reconocidos. Tenemos mucho talento, pero nos falta una infraestructura de manufactura para competir con otros pa¨ªses¡±, concluye el CEO de Viralgen.

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