Cuando la burocracia frena la investigaci¨®n
Los autores creen que "si hay algo que ata?e (y desespera) a todos los investigadores por igual" son las enormes dificultades de gesti¨®n de sus proyectos y actividades
Ahora que paulatinamente vamos recuperando la actividad investigadora en nuestros centros ser¨ªa maravilloso que la ¡°nueva normalidad¡± se tradujera en la simplificaci¨®n de la burocracia en la investigaci¨®n. Si hay algo que ata?e (y desespera) a todos los investigadores por igual son las enormes dificultades de gesti¨®n de sus proyectos y actividades. Recordemos algunos ejemplos recientes: la resoluci¨®n de la concesi¨®n de los proyectos de 2018 se public¨® el 28 de agosto de 2019, con efectos retroactivos del 1 de enero del mismo a?o. Es decir, ocho meses en blanco para muchos grupos de investigaci¨®n, lo que ha puesto en riesgo la continuidad de muchas l¨ªneas de trabajo. Las ayudas complementarias del programa de Formaci¨®n del Personal Universitario de 2019, para estancias en centros extranjeros, no han sido a¨²n publicadas. El Ministerio de Ciencia comunic¨® que ¡®presumiblemente¡¯ la convocatoria se realizar¨ªa en el primer trimestre de 2020 para desdecirse semanas m¨¢s tarde y la convocatoria vuelve a estar en el aire. Las normas espec¨ªficas de gesti¨®n de los proyectos cambian continuamente, de modo que, lo que era un gasto elegible en el a?o 1, puede no serlo en el a?o 2, con la obligaci¨®n de devolver el importe correspondiente, m¨¢s los intereses de demora, durante el proceso de justificaci¨®n.
Con ser grave lo anterior, la gesti¨®n de los fondos de investigaci¨®n se ha visto agravada desde la aplicaci¨®n de la Ley 9/2017 de Contratos del Sector P¨²blico (LCSP), resultante de la transposici¨®n de Directivas Europeas. Pero, a diferencia de otros pa¨ªses vecinos que han optado por un articulado reducido y sint¨¦tico, en Espa?a la ley contiene 345 art¨ªculos, m¨¢s numerosas disposiciones adicionales, lo cual hace su aplicaci¨®n, cuando menos, compleja. Pensada para la gesti¨®n centralizada de organismos administrativos, nacida bajo los casos conocidos de corrupci¨®n, est¨¢ convirtiendo la gesti¨®n de los proyectos del Plan Estatal de I+D en un calvario. Porque, si bien en otros organismos administrativos, el abanico de necesidades puede ser limitado y previsible, los proyectos de investigaci¨®n presentan particularidades y necesidades que hacen que su encaje en esta norma sea casi imposible, dada la especificidad de sus procesos y suministros. Cada investigador, de forma descentralizada ¨C no el gerente o la autoridad acad¨¦mica ¨C es el responsable del buen desarrollo del proyecto y quien conoce el equipamiento y los productos y pasos m¨¢s adecuados para alcanzar sus objetivos y que pueden depender de m¨²ltiples variables. La inadecuaci¨®n de la LCSP al desarrollo de los proyectos de investigaci¨®n qued¨® patente nada m¨¢s nacer, habiendo sido objeto de remiendos, como la elevaci¨®n de la cuant¨ªa para los contratos menores o la reciente modificaci¨®n del art¨ªculo 118 que los regula.
Mientras tanto, en la era del Big Data, los cient¨ªficos estamos obligados a adquirir los ordenadores que necesitamos para tratar terabytes de datos mediante cat¨¢logos generales, normalmente pensados para equipos de trabajo administrativo. En la era del comercio electr¨®nico, no podemos adquirir suministros por internet, lo que supone dilataci¨®n de plazos, precios m¨¢s elevados y un desesperante tiempo de gesti¨®n. Tampoco los viajes (necesariamente ahora muy reducidos, pero que en ocasiones seguir¨¢n siendo imprescindibles) se salvan: todos los billetes se deben adquirir por procesos centralizados que, conllevan precios m¨¢s elevados, gastos de gesti¨®n adicionales, y no son f¨¢ciles de cambiar ante cualquier eventualidad. Recientemente un director de OPI fue citado a una reuni¨®n oficial en otra ciudad. Lo sobrevenido de la situaci¨®n condujo a que la reserva del hotel superase en unos c¨¦ntimos la dieta oficial correspondiente. El resultado fue una ma?ana de gestiones por parte del director, el gerente y el habilitador para ¡®legalizar¡¯ la comisi¨®n de servicio, de modo que el coste en horas de trabajo del personal involucrado duplic¨® el gasto ejecutado. Cualquier investigador podr¨ªa relatar situaciones similares casi a diario.
¡°Somos conscientes de que vivimos a?os dif¨ªciles, con presupuestos prorrogados y geometr¨ªas parlamentarias complicadas. Pero, precisamente porque esto puede mantenerse en el futuro, es necesario poner algunas peque?as-grandes cosas en funcionamiento autom¨¢tico¡±
Las dificultades contin¨²an ¨C e incluso se agravan ¨C varios a?os despu¨¦s de concluido el proyecto. Desde hace a?os, el proceso de justificaci¨®n de gasto est¨¢ externalizado, es decir, es realizado por agentes ajenos a la administraci¨®n, que desconocen ¨C o prefieren ignorar ¨C la especificidad de la gesti¨®n de la investigaci¨®n. Nada que objetar al m¨¢ximo control y transparencia, pero a su debido tiempo y con criterios razonables. Actualmente se est¨¢n revisando proyectos de la convocatoria de 2010 (unos siete a?os despu¨¦s de la finalizaci¨®n de la mayor¨ªa de ellos), lo que obliga a Universidades y OPIS a un esfuerzo administrativo y de gesti¨®n may¨²sculo: reavivar todas las facturas y (volver a) explicar el porqu¨¦ de cada gasto, ya sea un taxi, un reactivo, un fungible inform¨¢tico o una visita del experto internacional en el ¨¢rea. Las cantidades no justificadas ¡®debidamente¡¯ o cuyo gasto sea considerado no elegible, han de ser reintegradas con un inter¨¦s un 25% superior al legal en cada momento. Un ejemplo real ilustrativo: un investigador tiene que desplazarse a un pa¨ªs que precisa visado de entrada; el gasto del billete resulta elegible, pero el coste del visado (imprescindible para poder entrar) no, al no estar contemplado en las normas correspondientes. Y se le dice 7 a?os despu¨¦s. Puede parecer una an¨¦cdota, pero las hay a docenas y Universidades y Centros de Investigaci¨®n se ven obligados a emplear parte de sus presupuestos ordinarios anuales para la devoluci¨®n al fisco de elevadas cantidades derivadas de la ejecuci¨®n de proyectos pasados. Mientras tanto, el cumplimiento de los objetivos cient¨ªficos ¨C que son la raz¨®n de ser de la evaluaci¨®n y concesi¨®n de los proyectos ¨C queda minusvalorado y olvidado.
Nuestro sistema de I+D ha dado muestras de una enorme resiliencia. Pero todo tiene un l¨ªmite. Somos conscientes de que vivimos a?os dif¨ªciles, con presupuestos prorrogados y geometr¨ªas parlamentarias complicadas. Pero, precisamente porque esto puede mantenerse en el futuro, es necesario poner algunas peque?as-grandes cosas en funcionamiento autom¨¢tico. A nuestro juicio, la apuesta por la investigaci¨®n y su gesti¨®n de manera ¨¢gil, es una de ellas. ?Tal vez en la ¡°nueva normalidad¡±?
Carlos Andradas es Catedr¨¢tico de ?lgebra de la UCM y Rector 2015 a 2019.
Valent¨ªn Garc¨ªa Baonza es Catedr¨¢tico de Qu¨ªmica F¨ªsica de la UCM. Director del Instituto de Geociencias IGEO (CSIC-UCM).
Ricardo Garc¨ªa Herrera es Catedr¨¢tico de F¨ªsica de la Atm¨®sfera de la UCM y Director de la FGUCM de 2015 a 2019.
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