El ¡®reloj del fin del mundo¡¯ sit¨²a a la humanidad un segundo m¨¢s cerca del apocalipsis
Los expertos colocan las simb¨®licas manecillas a 89 segundos del exterminio, m¨¢s cerca que nunca en la historia, y se?alan m¨²ltiples amenazas globales, incluida la proliferaci¨®n de armas nucleares, la inteligencia artificial, las guerras y la continua crisis clim¨¢tica
El fin del mundo est¨¢ a 89 segundos. As¨ª lo ha determinado este martes un comit¨¦ de expertos convocados por el Bolet¨ªn de Cient¨ªficos At¨®micos reunidos en Washington (EE UU) alrededor del llamado Reloj del Apocalipsis (Doomsday Clock). Se trata de una met¨¢fora, un c¨¢lculo simb¨®lico que desde hace 78 a?os lanza una alerta sobre lo cerca que est¨¢ la humanidad de su propio exterminio. Cuanto m¨¢s cerca est¨¦ el reloj de llegar a la medianoche, menos quedar¨ªa para el fin del mundo. El a?o pasado, el reloj se situ¨® a 90 segundos de la medianoche, por lo que la humanidad se ha acercado un segundo a su final.
Durante la conferencia de prensa, emitida globalmente desde el Instituto de la Paz en la capital de Estados Unidos, los representantes del comit¨¦ esgrimieron sus razones. ¡°El mundo no ha hecho suficiente progreso para detener nuestro propio final. Cada segundo aumenta la probabilidad de una cat¨¢strofe global¡±, dijo al inicio de la conferencia Daniel Holz, presidente de la Junta de Ciencia y Seguridad del Bolet¨ªn y profesor de los Departamentos de F¨ªsica, Astronom¨ªa y Astrof¨ªsica de la Universidad de Chicago.
Juan Manuel Santos, expresidente de Colombia y premio Nobel de la Paz, estuvo presente en el evento y asegur¨® que esto deber¨ªa ser una advertencia ¡°para que las naciones trabajen en conjunto¡± y as¨ª evitar el fin de los tiempos. Santos carg¨® contra el presidente Donald Trump y dijo que es ¡°alarmante¡± la posici¨®n del presidente estadounidense de aumentar la producci¨®n de combustibles f¨®siles. Y a?adi¨®: ¡°Esto a¨²n no es irreversible, todav¨ªa tenemos una oportunidad de mover las manecillas del reloj hacia nuestro favor. Dependemos de que los l¨ªderes del mundo se sienten a hablar para intentar encontrar una soluci¨®n colectiva. Cada segundo cuenta¡±.
?Est¨¢ la humanidad m¨¢s o menos a salvo de una cat¨¢strofe autoinfligida que el a?o anterior? Esa es la pregunta que los especialistas utilizan para establecer la posici¨®n de su cron¨®metro apocal¨ªptico. Para responderla, utilizan par¨¢metros que incluyen la proliferaci¨®n de armas nucleares, la continua crisis clim¨¢tica, las guerras, y las amenazas biol¨®gicas, como la exposici¨®n a enfermedades, y las tecnol¨®gicas, como la falta de regulaci¨®n en la inteligencia artificial.
El grupo de cient¨ªficos suele ser muy criticado y acusado de propagar el alarmismo. Ellos defienden que el objetivo de todo este ejercicio es precisamente ese: alertar a la humanidad de los peligros que la acechan. El grupo lo forman expertos de primer nivel, entre ellos varios premios Nobel, que se prestan a un juego de hip¨®tesis que empez¨® poco despu¨¦s de las primeras bombas at¨®micas y de que Albert Einstein, J. Robert Oppenheimer y varios integrantes del Proyecto Manhattan pusieran en marcha el Bolet¨ªn. Ya desde su origen, los expertos buscaban alertar a la poblaci¨®n en general, a los responsables pol¨ªticos y a los cient¨ªficos de las amenazas para la humanidad.
El reloj del juicio final o del fin del mundo no hace referencia a un tiempo concreto correspondiente con a?os o d¨¦cadas. El cron¨®metro simb¨®lico no pretende ser un augurio de autoaniquilaci¨®n, sino una llamada de atenci¨®n para revertir el sentido de las manillas hacia modelos menos da?inos para la sociedad y el planeta.
En su primera edici¨®n, en 1947, el reloj marc¨® que la humanidad estaba a siete minutos de su medianoche. Desde entonces, se ha movido 26 veces. Tambi¨¦n se convirti¨® en un referente de la cultura popular, gracias a sus cameos en pel¨ªculas como Tel¨¦fono rojo, ?volamos hacia Mosc¨²?, de Stanley Kubrick, o canciones de grupos de rock como Smashing Pumpkins.
Los mejores registros llegaron a principios de los a?os noventa, con la ca¨ªda del bloque sovi¨¦tico y del Muro de Berl¨ªn. En 1991, las manecillas se quedaron a 17 minutos de la medianoche, 7 minutos antes que el a?o anterior. Desde entonces, y con la salvedad de 2010, el reloj no ha parado de adelantarse o de quedarse quieto. En 2007, se incluy¨® el cambio clim¨¢tico como un peligro grave para la humanidad y ese factor no ha dejado en todos estos a?os de dar cuerda a los malos presagios.
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