Da?os colaterales
Tu mascarilla no solo protege a los dem¨¢s contra el virus, sino tambi¨¦n contra el c¨¢ncer
Ahora que la pandemia parece estabilizada en los pa¨ªses occidentales ¨Cno as¨ª en el resto del mundo¡ª, nos toca pensar en los da?os colaterales que nos hemos dejado aparcados en la cuneta durante este deplorable primer semestre de 2020. No me refiero a los efectos socioecon¨®micos, que son horribles y ya d¨¢bamos por descontados, sino a las cuestiones estrictamente m¨¦dicas. Brillan especialmente en ?frica, donde los programas de vacunaci¨®n contra la malaria y la polio han tenido que ponerse al ralent¨ª para liberar los recursos materiales y humanos necesarios en la gesti¨®n de la pandemia, lo que solo puede causar muerte (malaria) y par¨¢lisis de por vida (polio). Pero eso es ?frica, ?no? Con la que tenemos aqu¨ª liada, ?a qui¨¦n demonios le va a importar lo que ocurra en esos pa¨ªses no ya atrasados, sino tambi¨¦n culpables de su propio atraso? Error. Las enfermedades aparcadas por el coronavirus en los pa¨ªses desarrollados son distintas, pero no menos graves.
Entre las muchas virtudes de Europa no se cuenta la evaluaci¨®n de los resultados de sus pol¨ªticas, y por eso estamos obligados a tener un ojo puesto en la experiencia de Estados Unidos, que nos da cien vueltas en ese cap¨ªtulo. Para empezar, el simple miedo a ir a un hospital, donde el virus hace su agosto transportado por el personal sanitario y su instrumental, ha causado deserciones masivas entre los pacientes de patolog¨ªas sin relaci¨®n con la covid-19, como el c¨¢ncer, que es una causa de mortalidad mayor que el virus a la larga. El desv¨ªo de unos recursos siempre escasos hacia el coronavirus ha frenado las revisiones preventivas de los pacientes de c¨¢ncer, particularmente importantes en una enfermedad que solo sabemos tratar eficazmente en las primeras fases de su desarrollo.
Seg¨²n la (excelente) informaci¨®n del director del Instituto Nacional del C¨¢ncer (NCI) de Estados Unidos, Norman Sharpless, en estos meses pand¨¦micos ha habido una acusada reducci¨®n de los diagn¨®sticos de c¨¢ncer en Estados Unidos. Naturalmente, eso no se debe a que los tumores se hayan atenuado entre los herederos del Mayflower, sino a que la gente no ha podido o no ha querido ir a la cl¨ªnica. Los c¨¢nceres que no hemos detectado ahora acabar¨¢n aflorando m¨¢s tarde, y por tanto con un peor pron¨®stico, puesto que la detecci¨®n precoz es esencial. Las cirug¨ªas para extirpar tumores se han desplazado muchos puestos abajo en la lista de prioridades, como tambi¨¦n la quimio y la radio de la que depende la supervivencia de muchos pacientes.
Alg¨²n d¨ªa podremos poner los muertos por coronavirus en un platillo de la balanza y las v¨ªctimas del c¨¢ncer en la otra, y solo entonces sabremos las consecuencias de nuestras decisiones. Solo en Estados Unidos, eso puede suponer 10.000 muertos por c¨¢ncer en los pr¨®ximos a?os. Y una moraleja: tu mascarilla no solo protege a los dem¨¢s contra el coronavirus, sino tambi¨¦n contra el c¨¢ncer. Pi¨¦nsalo durante el pr¨®ximo botell¨®n.
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