La apuesta por la ciencia, un nuevo Plan Marshall para Europa
Por qu¨¦ necesitamos inversiones en I+D en nuestra ofensiva contra la covid-19
¡°El ¨²nico elemento para llegar al ¨¦xito en una ofensiva es mantener el momentum¡±. As¨ª explicaba George Catlett Marshall a corresponsables internacionales la estrategia militar de los Aliados en los meses finales de la Segunda Guerra Mundial. Marshall fue militar y secretario de Estado de los Estados Unidos. Mucho se ha apelado a ¨¦l en las ¨²ltimas semanas por su plan de recuperaci¨®n de la Europa de postguerra, un plan que supuso alrededor del 6 % de la econom¨ªa estadounidense y que sirvi¨® para la reconstrucci¨®n social y econ¨®mica del continente.
El coronavirus SARS-CoV-2 ha sacudido los cimientos de Europa y del mundo y ha puesto a prueba nuestros sistemas sanitarios y de bienestar, la sociedad y la econom¨ªa y hasta c¨®mo vivimos y trabajamos. Ahora, con la reconstrucci¨®n como tel¨®n de fondo, la Uni¨®n Europea ha lanzado un Plan de Recuperaci¨®n de 750.000 millones de euros, un 5 % del PIB europeo, para dar respuesta a la crisis social y econ¨®mica provocada por la covid-19 que, para l¨ªderes europeos como Angela Merkel, es el mayor reto al que se ha enfrentado el continente desde la Segunda Guerra Mundial.
Con independencia de las espinosas y largas negociaciones entre los frugales y el resto sobre la amplitud del fondo, los ¡°cheques¡± o el porcentaje de ayudas directas versus pr¨¦stamos, se trata de un plan hist¨®rico con el que Europa quiere dar una respuesta r¨¢pida y firme a una crisis econ¨®mica y sanitaria sin precedentes y sentar las bases del crecimiento futuro de la Uni¨®n. Un plan que se acompa?ar¨¢ de un nuevo Mecanismo de Recuperaci¨®n y Resiliencia de la UE que ofrecer¨¢ ayuda financiera a enorme escala para sustentar reformas e inversiones de los Estados miembros. Se pretende, a su vez, que mitigue el impacto de la covid-19 y aumente la resiliencia social y econ¨®mica y prepare a las econom¨ªas para estimular las transiciones ecol¨®gica y digital.
Ahora que las estimaciones apuntan a que Espa?a podr¨ªa acceder a 140.000 millones de euros de ese plan -y que ese acceso vendr¨¢ acompa?ado de reformas- es hora de construir sobre las lecciones del pasado y aprovechar este momentum para colocar a la ciencia y la innovaci¨®n en el lugar que merecen en el plan de reconstrucci¨®n de nuestro pa¨ªs. Sin duda, el Plan de Choque para la Ciencia anunciado recientemente por el Gobierno podr¨ªa ser una de las palancas con las que coger impulso desde esa nueva casilla de salida en la recuperaci¨®n europea.
Los que hemos trabajado en torno a la ciencia y la innovaci¨®n llevamos d¨¦cadas intentando convencer a pol¨ªticos y ministros que no sean del gremio, y a la sociedad en general, de la importancia de invertir en I+D para conseguir un futuro mejor. Han sido muchos los informes, los rankings y los indicadores y modelos econom¨¦tricos que hemos utilizado para demostrar que las inversiones en I+D inducen un crecimiento econ¨®mico m¨¢s sostenible, con mayor productividad y competitividad. Precisamente, hace unas semanas, la Comisi¨®n Europea publicaba su ranking de innovaci¨®n anual. Espa?a mejoraba ligeramente su posici¨®n, pero segu¨ªa como pa¨ªs innovador moderado, por debajo de la media europea.
Los que hemos trabajado en torno a la ciencia y la innovaci¨®n llevamos d¨¦cadas intentando convencer a pol¨ªticos y ministros que no sean del gremio, y a la sociedad en general, de la importancia de invertir en I+D para conseguir un futuro mejor
El sistema espa?ol de I+D, construido durante d¨¦cadas con grandes esfuerzos colectivos, ha sufrido una transformaci¨®n muy positiva y profunda desde la primera Ley de la Ciencia de 1985. Es un sistema consolidado con m¨²ltiples ¨¢reas de excelencia y gran proyecci¨®n internacional, como muestra nuestra participaci¨®n en Horizonte 2020, nuestras instalaciones cient¨ªtico-t¨¦cnicas de reconocido prestigio como el Barcelona Supercomputing Center y sectores industriales que operan y se consolidan en la frontera del conocimiento, como el biotecnol¨®gico o el del espacio.
Este ¨¦xito se ha construido sobre la base de ese sistema de ciencia e innovaci¨®n maduro y Espa?a es el tercero entre los Estados miembros de la UE en participaci¨®n y el cuarto en financiaci¨®n recibida del Programa Marco, con m¨¢s de 400 becas del Consejo Europeo de Investigaci¨®n y l¨ªder en proyectos del instrumento para PYME, englobado ahora en el Consejo Europeo de Innovaci¨®n. Hasta hoy, Horizonte 2020 ha financiado a 14.700 solicitantes espa?oles con 5.000 millones de euros.
Sin embargo, los ¨²ltimos datos de inversi¨®n p¨²blica en I+D sit¨²an a Espa?a al mismo nivel en 2018 que en 2007 (0,54 % del PIB) y claramente por debajo de la media europea (0,72 % del PIB). No en vano, el Consejo de la Uni¨®n Europea ha recomendado a Espa?a el 20 de julio, como parte del Semestre Europeo, que refuerce sus inversiones en I+D. Estos niveles bajos de inversi¨®n p¨²blica en I+D mantenidos a lo largo del tiempo pueden dejar heridas, algunas de ellas profundas, en el tejido cient¨ªfico y tecnol¨®gico de un pa¨ªs, haci¨¦ndolo m¨¢s vulnerable y reduciendo el enorme potencial de la ciencia y la innovaci¨®n para mejorar la calidad de vida y transformar la econom¨ªa a trav¨¦s del conocimiento. Pero estas inversiones tienen que ser capaces de apalancar inversiones sustanciales del sector privado en ¨¢reas donde Espa?a tiene gran potencial, como el transporte sostenible, la salud, las renovables o la biotecnolog¨ªa.
Inesperadamente, el SARS-COV-2 parece haber logrado en muy poco tiempo lo que a?os de sesudos an¨¢lisis e indicadores no hab¨ªan logrado: poner la ciencia y la innovaci¨®n en la primera p¨¢gina de la agenda p¨²blica. Cient¨ªficos, makers e innovadores han ocupado las portadas de los principales peri¨®dicos y el prime time de televisiones. La emergencia sanitaria ha demostrado que las inversiones en ciencia e innovaci¨®n se transforman en vacunas, tratamientos o soluciones de diagn¨®stico. Adem¨¢s, ha puesto de manifiesto que la I+D+I crea actividad econ¨®mica y empleos m¨¢s sostenibles, que amplifican la resiliencia del tejido productivo y la competitividad de los pa¨ªses. Es necesario ser capaces de conectar esa inversi¨®n en I+D con una industria propia basada en el conocimiento. Hemos padecido durante a?os la dificultad de explicar el valor de un intangible como la inversi¨®n en ciencia, que requiere visi¨®n a largo plazo, pero esta dificultad se ha desvanecido r¨¢pidamente ante una dura pandemia que ha puesto de manifiesto que invertir en ciencia e innovaci¨®n impacta positiva y directamente sobre la vida de las personas.
Y precisamente en la ofensiva contra la covid-19 nuestro pa¨ªs deber¨ªa aprovechar que est¨¢ en un momento ¨²nico para renovar su compromiso con la ciencia. Cuenta con la inercia de una sociedad m¨¢s sensibilizada que nunca sobre el valor de la ciencia y con un plan europeo hist¨®rico que ayudar¨¢ a reconstruir nuestra econom¨ªa.
En esta crisis, Europa y sus Estados miembros necesitan una recuperaci¨®n que sea transformadora de verdad y eso solo puede ocurrir con inversiones fuertes, sostenidas y ambiciosas en ciencia e innovaci¨®n que aceleren la llegada de una econom¨ªa m¨¢s circular y sostenible. Es el momento de apostar por ellas. De acuerdo con estimaciones recientes de la Comisi¨®n, Europa necesitar¨ªa invertir 110.000 millones de euros adicionales por a?o para cerrar la brecha que la separa del objetivo de dedicar el 3 % de su PIB a la I+D e innovaci¨®n, algo que deber¨ªa haber sucedido ya en 2020.
Adem¨¢s de invertir, son muchos los Estados miembros de la Uni¨®n, y entre ellos Espa?a, los que deben reformar sus sistemas de I+D+I para aumentar su calidad, eficiencia e impacto y atajar debilidades persistentes, como la falta de cooperaci¨®n entre la ciencia y la industria. No es posible entender la pol¨ªtica p¨²blica de apoyo a la I+D+I como una pol¨ªtica aislada, que se realiza exclusivamente desde un departamento. Espa?a tiene una gran oportunidad por delante para impulsar una agenda transversal en apoyo a la ciencia y la innovaci¨®n con acci¨®n conjunta de pol¨ªticas como la industrial, educaci¨®n, digital, transici¨®n ecol¨®gica, energ¨ªa o transporte.
Espa?a tiene ante s¨ª una oportunidad ¨²nica para multiplicar la capacidad, el talento y el potencial transformador que tiene su sistema de I+D+i
Este es el momento. Junto con el Plan de Recuperaci¨®n, Europa lanzar¨¢ en 2021 el programa m¨¢s ambicioso de financiaci¨®n de la ciencia de la Uni¨®n; Horizonte Europa, con un presupuesto de 81.000 millones de euros para el periodo comprendido entre 2021 y 2027, seg¨²n el acuerdo del Consejo Europeo del pasado 21 de julio. Adem¨¢s, contaremos con los nuevos Fondos Estructurales y de Inversi¨®n Europeos para las mismas fechas, que van a resultar esenciales para apuntalar e impulsar la creaci¨®n de capacidades y la emergencia y consolidaci¨®n de ecosistemas regionales de ciencia e innovaci¨®n.
Espa?a tiene ante s¨ª una oportunidad ¨²nica para multiplicar la capacidad, el talento y el potencial transformador que tiene su sistema de I+D+i. Para lograrlo, ser¨¢ condici¨®n sine qua non que exista un compromiso a largo plazo del pa¨ªs con inversiones amplias y sostenidas, con reformas que fortalezcan la capacidad e impacto de su I+D+I que permitan una respuesta contundente a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Ahora, que tenemos la sociedad de nuestra parte e inversiones europeas sin precedentes para impulsar las transiciones digital y verde de Europa, nuestro pa¨ªs tiene que aprovechar ese momentum del que hablaba Marshall para estar listo frente a esta u otras ofensivas contra crisis venideras. Porque sin ciencia s¨ª hay futuro, pero con toda seguridad nos espera uno peor.
Rom¨¢n Arjona es economista Jefe de la Direcci¨®n General de Investigaci¨®n e Innovaci¨®n de la Comisi¨®n Europea.
Raquel Saiz es directora de An¨¢lisis y Estrategia de AseBio
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