Cuadros de los ¨²ltimos 500 a?os muestran los cambios en el dominio y la confianza social
Un algoritmo analiza el rictus en miles de retratos de personajes hist¨®ricos para indagar en los estados mentales del pasado
El rostro s¨ª puede ser el espejo del alma social. Un estudio ha usado m¨¢quinas y un algoritmo visual para estudiar las facciones del rostro en miles de retratos de los ¨²ltimos siglos. Sus autores han comprobado que el rictus ha ido cambiando con el tiempo. Observaron, de hecho, un aumento de las caras que transmit¨ªan confiabilidad y una retirada de las que mostraban dominio. El fen¨®meno ha ido paralelo al desarrollo econ¨®mico y el avance de valores como la tolerancia religiosa o la libertad.
Hay caras, como las que sonr¨ªen o lloran, que reflejan estados de ¨¢nimo evidentes. Pero hay otras que transmiten, de forma consciente o no, lejan¨ªa o posici¨®n de dominio. De hecho, la mayor¨ªa de los poderosos o pretendientes a serlo se han hecho pintar as¨ª. Por el contrario, otros cuadros emiten confianza en los dem¨¢s o prosocialidad. Ahora, un grupo de psic¨®logos sociales franceses ha rastreado la evoluci¨®n hist¨®rica de estos ademanes con un algoritmo entrenado para reproducir los juicios humanos sobre confianza y simpat¨ªa que despierta una imagen. Tras entrenarlo con fotograf¨ªas calificadas por observadores humanos, lo aplicaron a miles de retratos del pasado.
El trabajo, publicado en Nature Communications, empez¨® escaneando 1.962 retratos de la National Portrait Gallery. Situado en Londres, el museo recoge una de las mayores colecciones de retratos de personajes hist¨®ricos, en su mayor¨ªa brit¨¢nicos, pintados entre 1505 y 2016. El algoritmo ten¨ªa en cuenta la particular contracci¨®n o relajaci¨®n de los m¨²sculos de la cara que se traducen en una sonrisa o su ausencia, la elevaci¨®n o no de los ojos, la mirada, el fruncimiento del ce?o...
¡°En realidad, hay muchas se?ales, pero estas son las m¨¢s destacadas: indigno de confianza o deshonesto: mejillas hundidas, cejas fruncidas y ojos muy juntos. Confiable u honesto: un rostro sonriente con p¨®mulos prominentes y cejas elevadas¡±, explica el investigador del Instituto Jean Nicod de Par¨ªs, dependiente del Centro Nacional para la Investigaci¨®n Cient¨ªfica de Francia, y coautor del estudio Nicolas Baumard.
El an¨¢lisis de la colecci¨®n de retratos muestra una curva ascendente en el n¨²mero de retratos que transmiten confiabilidad, solo aplanada entre la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX. Para evitar que el origen ingl¨¦s de la mayor¨ªa de los personajes estuviera confundiendo al algoritmo, los investigadores repitieron el experimento con otros 4.106 retratos descargados de uno de los museos virtuales m¨¢s veteranos, la Web Gallery of Art. En sus archivos hay obras de toda Europa pintadas desde el silo XIII. De nuevo observaron un ascenso casi continuo de los rostros amigables. ¡°Cuando comparamos el nivel medio de confiabilidad obtenido por nuestro algoritmo, vemos que es 10 veces mayor en el siglo XX que en el XVI¡±, destaca Baumard.
Buscando una posible explicaci¨®n a este fen¨®meno, los autores del estudio comprobaron que hab¨ªa una relaci¨®n entre aumento de la riqueza y aumento de la confianza emanada desde los cuadros. De hecho, el crecimiento del producto interior bruto (PIB) tend¨ªa a preceder a los cambios en los retratos. ¡°Diversos modelos ecol¨®gicos apuntan que este cambio en la confianza social no se debe al paso del tiempo per se, sino a la mejora en las condiciones de vida. Por eso mismo, podemos predecir un descenso de la confianza social y la confiabilidad cuando llegan los malos tiempos¡±, concluye el investigador franc¨¦s.
Para confirmar la validez de su herramienta tecnol¨®gica y sus conclusiones, los cient¨ªficos galos realizaron un ¨²ltimo experimento. Aplicaron el algoritmo visual a 2.227 selfis de habitantes de seis ciudades, Bangkok, Sao Paulo, Nueva York, Londres, Berl¨ªn y Mosc¨², obtenidas del proyecto Selfiecity. Las seis ciudades punt¨²an de forma diferente en diversos estudios demosc¨®picos, como la Encuesta Mundial sobre Valores. De nuevo, las im¨¢genes (ahora fotograf¨ªas) que transmit¨ªan m¨¢s confianza ven¨ªan de las urbes mejor situadas en estas encuestas.
¡°Las se?ales corporales de confiabilidad en gran medida se solapan con las se?ales del atractivo como, por ejemplo, la altura, el tama?o de los ojos, el de los labios o la suavidad de la piel¡±, recuerda el psic¨®logo cognitivo de la Universidad de Bolonia (Italia) Marco Costa. Para este cient¨ªfico, no relacionado con el estudio, ¡°todo esto forma parte del llamado efecto halo [un sesgo cognitivo] del atractivo. Este tiende a tener efectos generalizados en ¨¢mbitos m¨¢s all¨¢ de la atracci¨®n f¨ªsica. En este sentido, las personas atractivas tienden a ser percibidas tambi¨¦n como m¨¢s dignas de confianza, m¨¢s competentes, m¨¢s agradables y m¨¢s competentes socialmente¡±. Costa concluye: ¡°Los atributos destacados en los retratos art¨ªsticos est¨¢n relacionados directamente con esta percepci¨®n del atractivo¡±.
El neurocient¨ªfico de la Universidad de Chicago Alexander Todorov*, autor del libro Face Value: The Irresistible Influence of First Impressions (que se podr¨ªa traducir por El valor del rostro: la irresistible influencia de la primera impresi¨®n), coincide en que las expresiones faciales positivas, la apariencia femenina y el rostro infantil transmiten confianza. Pero, acota, ¡°una apariencia digna de confianza no significa una personalidad digna de confianza¡±.
(*) Todorov es coautor de este experimento que muestra c¨®mo cambia nuestra percepci¨®n del atractivo o la confianza al modificar determinados rasgos faciales).
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