El sitio de la ciencia
El autor explica el porqu¨¦ de la oleada sin precedentes de cr¨ªticas al presidente estadounidense en las revistas cient¨ªficas del pa¨ªs
Hoy la ciencia vive en estado de sitio. A principios de los ochenta, cuando estudiaba Medicina en Barcelona, nuestra facultad no era la que estaba m¨¢s involucrada en la lucha por las reformas sociales. Otras facultades como la de Filosof¨ªa y Letras o la de Ciencias de la Informaci¨®n llevaban la voz cantante en la calle y en las sentadas en el rectorado. De acuerdo con esto, acabada la carrera, comprob¨¦ que la profesi¨®n m¨¦dica era de las m¨¢s calmadas. No es que los m¨¦dicos fueran reaccionarios o pasotas, sino que las profesionales de las ciencias sociales estaban mucho mejor entrenados para estar al tanto. Y despu¨¦s entend¨ª que los cient¨ªficos no carecen de sensibilidad social, pero que hay bastante verdad en el estereotipo del cient¨ªfico apol¨ªtico.
Pocos cient¨ªficos hab¨ªan pensado alguna vez que tendr¨ªan que defender el esp¨ªritu y la esencia de sus profesiones con algo m¨¢s que proyectos y publicaciones. Por eso, me ha tomado por sorpresa la reacci¨®n de mis colegas a los ataques de los aut¨®cratas. Ha quedado claro que la ciencia no puede defenderse sola y que requiere que los investigadores salgan a la palestra con la pancarta en la mano: no es verdad que la ignorancia valga tanto como el conocimiento; no nos callar¨¢n.
La p¨¢gina editorial de Science ha denunciado c¨®mo el gobierno de Trump ha ignorado, malinterpretado y utilizado la ciencia para alcanzar metas pol¨ªticas. Si los cient¨ªficos no participaban activamente en las discusiones de Washington, ahora Thorp, editor de Science, se ha propuesto movilizarnos. En uno de sus ataques m¨¢s recientes, Trump Lied About Science (Trump minti¨® sobre la ciencia) utiliza el verbo ¡°mentir¡± con tremenda fuerza en aras de una desaprobaci¨®n brutal del presidente americano. En su editorial, Thorp alinea su pensamiento con los del periodista Bob Woodward, h¨¦roe del Watergate, cuando sus art¨ªculos fueron claves para forzar la dimisi¨®n de Nixon. En Rabia, su libro m¨¢s reciente, Woodward afirma que Trump minti¨® sobre la gravedad del coronavirus y que, aun sabiendo que pod¨ªa tratarse de una pandemia severa, decidi¨® ocultar esa verdad a los ciudadanos. Una actitud que no careci¨® de consecuencias.
La mejor revista de medicina cl¨ªnica del mundo, el New England Journal of Medicine, rompi¨® la regla no escrita de no-intervenci¨®n en materias pol¨ªticas. Sus editores ¡ªtodos¡ª firmaron lel editorial Dying in a leadership vacuum (Muriendo en un vac¨ªo de liderazgo). En ella defienden su postura explicando que ¡°la verdad no es de derechas ni de izquierdas¡±. En Estados Unidos, afirman, los l¨ªderes han convertido una crisis en una tragedia. La falta de testing para el coronavirus es una de las causas del desastre: la cantidad de pruebas realizadas por persona infectada es muy inferior a la de pa¨ªses que cuentan con muchos menos medios como Kazajst¨¢n, Zimbabwe y Etiop¨ªa. Otros aspectos que agigantan la crisis son la politizaci¨®n de las mascarillas y de las vacunas. Aunque el Gobierno de EE UU ha invertido coherentemente en la generaci¨®n de las vacunas, ha politizado el proceso generando falta de confianza del p¨²blico, que sospecha un aceleramiento artificial y peligroso del proceso de las inmunizaciones, que acabar¨¢ por saltarse los pasos necesarios para detectar toxicidad, con la intenci¨®n de cumplir el calendario pol¨ªtico. Los editores denuncian que se ha ignorado o denigrado a los expertos mientras que ¡°la administraci¨®n ha recurrido a ¡°l¨ªderes de opini¨®n¡± desinformados y charlatanes que oscurecen la verdad y facilitan la promulgaci¨®n de mentiras descaradas¡±. Con objeto de evitar que sigan los desmanes, la editorial termina solicitando a los lectores que no voten a Trump en los comicios de noviembre.
La revista ¡®Scientific American¡¯, por primera vez en m¨¢s de cien a?os de historia, ha respaldado a un candidato presidencial, Joe Biden
Beau Biden, hijo de Joe Biden, candidato a la presidencia de los Estados Unidos, muri¨® de un tumor cerebral. En sus ¨²ltimos d¨ªas fue tratado a la desesperada con uno de los virus de mi laboratorio. No hubo tiempo para que surtiera efecto la viroterapia, un tratamiento de efecto lento. La muerte de su hijo acerc¨® a Biden a los departamentos de Neuro-Oncolog¨ªa y Neurocirug¨ªa de mi hospital. Nunca se quej¨® de nada. M¨¢s bien al contrario a nivel local cre¨® una c¨¢tedra con el nombre de su hijo y, a nivel nacional, inici¨® una campa?a llamada Moonshot con la intenci¨®n de mejorar el pron¨®stico de enfermos con tumores cerebrales. Un tipo generoso y sensible, que llora al recordar a su hijo, no es la imagen del pol¨ªtico de moda en el presente.
La revista Scientific American, por primera vez en m¨¢s de cien a?os de historia, ha respaldado a un candidato presidencial, Joe Biden, ¡°quien ofrece planes basados en hechos¡±. Seg¨²n esta revista, Trump ¡°atac¨® la protecci¨®n del medio ambiente, la atenci¨®n m¨¦dica y a los investigadores y agencias p¨²blicas de ciencia que ayudan a este pa¨ªs a prepararse para sus mayores desaf¨ªos¡±. La revista lo acusa de empeorar la situaci¨®n de la pandemia al animar a los ciudadanos a participar en conductas de riesgo, propagando a¨²n m¨¢s el virus: ¡°Si la mayor¨ªa de los ciudadanos en los EE. UU. usaran mascarillas en p¨²blico, podr¨ªan haberse salvado unas 66.000 vidas a principios de diciembre¡±. Y se pide el apoyo expl¨ªcito a Biden que ¡°tiene un historial de basarse en los datos y guiarse por la ciencia¡±.
No solo las revistas m¨¦dicas han criticado a la administraci¨®n americana. The Atlantic, en el art¨ªculo Trump failed the 3 A.M. test, recuerda a los lectores un anuncio de televisi¨®n retransmitido durante las elecciones presidencial de 2008: ¡°Son las 3 de la madrugada y sus hijos est¨¢n seguros y dormidos, pero hay un tel¨¦fono en la Casa Blanca y est¨¢ sonando... Su voto decidir¨¢ qui¨¦n responde a esa llamada¡±. The Atlantic remarca que con la actual administraci¨®n no es necesario especular. El tel¨¦fono rojo son¨® en enero, al comienzo de la pandemia, y el presidente fracas¨®: no protegi¨® a los ciudadanos como deb¨ªa y ni siquiera supo protegerse a s¨ª mismo.
Karl Popper dijo que ¡°ning¨²n argumento racional tendr¨¢ un efecto racional en quien no quiere adoptar una actitud racional¡±. Algo que podr¨ªa aplicarse a los aut¨®cratas. Y hablando de fil¨®sofos de la ciencia, Bertrand Russell advert¨ªa que el pol¨ªtico que se aleja de la realidad acaba convencido que la ret¨®rica partidista es la ¨²nica verdad. Creo que Popper y Russell, defensores de la ciencia, ser¨ªan cr¨ªticos con el manejo de la pandemia por el gobierno americano.
La ciencia vuelve a estar sitiada, como en periodos m¨¢s oscuros de la historia. Una estatua de Giordano Bruno marca el lugar donde muri¨® en la hoguera y mira directamente al Vaticano. No estar¨ªa de m¨¢s edificar estatuas de cient¨ªficos frente a los palacios presidenciales.
Juan Fueyo es neur¨®logo e investigador del Centro de C¨¢ncer MD Anderson
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