Lo que ense?an las viejas letrinas
Una investigaci¨®n analiza el microbioma intestinal medieval a partir del an¨¢lisis de heces en antiguos retretes de Jerusal¨¦n y Riga
Hace cientos de a?os, un mont¨®n de ciudadanos medievales sintieron la llamada de la naturaleza e hicieron sus necesidades fisiol¨®gicas en unas letrinas de Riga y de Jerusal¨¦n. All¨ª qued¨® para siempre una buena muestra de su interior biol¨®gico, en esa oscuridad de los retretes en la que nadie quiere indagar. Hasta ahora, cuando un equipo de cient¨ªficos ha recuperado las heces para investigar el microbioma intestinal de aquellas gentes remotas.
El microbioma es el material gen¨¦tico de la microb...
Hace cientos de a?os, un mont¨®n de ciudadanos medievales sintieron la llamada de la naturaleza e hicieron sus necesidades fisiol¨®gicas en unas letrinas de Riga y de Jerusal¨¦n. All¨ª qued¨® para siempre una buena muestra de su interior biol¨®gico, en esa oscuridad de los retretes en la que nadie quiere indagar. Hasta ahora, cuando un equipo de cient¨ªficos ha recuperado las heces para investigar el microbioma intestinal de aquellas gentes remotas.
El microbioma es el material gen¨¦tico de la microbiota, el conjunto de organismos microsc¨®picos (sobre todo bacterias) que viven dentro o sobre los seres vivos y que hacen posible nuestra vida. Pesan hasta dos kilos y se encuentran en muchas partes del cuerpo, pero sobre todo en el aparato digestivo. Vitales en la digesti¨®n, pueden tener relaci¨®n con enfermedades gastrointestinales, la obesidad, la diabetes e incluso con la ansiedad y la depresi¨®n. Por ello, su estudio es una activa rama de la ciencia actual.
Esta nueva investigaci¨®n demuestra que tambi¨¦n se puede determinar el microbioma intestinal de personas del medievo mirando en el que era su v¨¢ter, cuando normalmente el ADN arqueol¨®gico se extrae de huesos o dientes, mejor conservados.
Y no solo eso. ¡°Mediante el microscopio ¨®ptico hemos identificado huevos de varias especies de par¨¢sitos en los sedimentos¡±, dice Kirsten Bos, del Instituto Max Planck de Historia Humana, una de las l¨ªderes del estudio. Ello demuestra que ¡°estas estructuras f¨ªsicas pueden sobrevivir cientos de a?os y revelan informaci¨®n sobre los par¨¢sitos intestinales que habitaban las entra?as de los pueblos medievales¡±, a?ade. Analizando esas viejas letrinas se pueden conocer las enfermedades de la ¨¦poca, muestras de la dieta (a partir del polen de plantas, semillas preservadas y fragmentos de huesos de animales) o qu¨¦ basura se arroj¨® a ellas (cer¨¢mica rota, objetos de vidrio y otros desechos dom¨¦sticos).
Diversidad
?Por qu¨¦ de las distintas letrinas medievales de las que quedan restos el equipo estudi¨® esas dos en concreto? ¡°Las elegimos porque eran comunales, del mismo per¨ªodo (siglos XIV-XV), pero de lugares alejados, por lo que las diferencias podr¨ªan indicar una variaci¨®n geogr¨¢fica en el microbioma en el pasado¡±, responde Piers D. Mitchell, de la Universidad de Cambrigde, otro de los investigadores. El hecho de que sean anteriores a la Revoluci¨®n Industrial tambi¨¦n podr¨ªa evidenciar diferencias con el microbioma moderno, tal vez por los cambios en la alimentaci¨®n.
El ADN humano es una mol¨¦cula bastante resistente. Los especialistas recabaron todo el que hab¨ªa en las dos letrinas y luego, por comparaci¨®n, fueron determinando el origen de cada uno. ¡°Al comenzar esta investigaci¨®n, estaba segura de que encontrar¨ªamos mucho ADN ambiental en el sedimento de la letrina, ya que parec¨ªa barro¡±, dice Bos. ¡°Incluso me preocupaba que el ADN moderno fuera tan abundante que terminar¨ªa siendo todo lo que detectar¨ªamos a nivel molecular. Pero luego, felizmente, no fue as¨ª¡±.
?Es ese microbioma como el nuestro? ¡°Depende de lo que se entienda por nuestro¡±, explica Susanna Sabin, igualmente investigadora del Max Planck. Los microbiomas humanos var¨ªan entre individuos y comunidades por muchos factores, como la dieta o el empleo de antibi¨®ticos. ¡°Aun as¨ª, hemos encontrado de todo: caracter¨ªsticas del microbioma tanto propias de individuos de civilizaciones industriales como de grupos de cazadores recolectores¡±, concluye Sabin.
Para contextualizar mejor su trabajo y conocer c¨®mo ha variado el microbioma con el tiempo y la llegada de los estilos de vida modernos, har¨¢ falta comparar los datos con pr¨®ximos estudios en otras letrinas y con heces fosilizadas, los coprolitos. Una mina de oro gen¨¦tico al fondo a la derecha de los siglos.