Los yanomami, los humanos con mayor variedad de bacterias
El an¨¢lisis del microbioma de un grupo de indios amaz¨®nicos sin contacto previo con el hombre blanco muestra adem¨¢s que han desarrollado resistencia a los antibi¨®ticos
Un helic¨®ptero del ej¨¦rcito venezolano descubr¨ªa en 2008 entre la espesura de la selva amaz¨®nica un poblado no registrado en sus mapas. Unos meses despu¨¦s, una misi¨®n m¨¦dica cient¨ªfica llegaba hasta esa zona del sur de Venezuela para descubrir que se trataba de un grupo de unos 50 indios yanomami. Comprobaron que, salvo alg¨²n contacto con otros de su misma tribu, nunca hab¨ªan tenido relaci¨®n con el mundo exterior. Para los cient¨ªficos era una ocasi¨®n ¨²nica para estudiar su universo bacteriano y compararlo con el de los occidentales. Se llevaron unas cuantas sorpresas.
"Llegamos en abril de 2009. Siempre que vamos a una comunidad hacemos una reuni¨®n con todos los pobladores para explicarles que es lo que vamos a hacer, gracias a la ayuda de un traductor", recuerda el investigador del Centro Amaz¨®nico de Investigaci¨®n y Control de Enfermedades Tropicales Sim¨®n Bol¨ªvar, el venezolano ?scar Noya-Alarc¨®n. Este m¨¦dico, que participa en un programa del Gobierno de Venezuela para eliminar la oncocercosis, o ceguera de los r¨ªos, lleva varios a?os buscando nuevos poblados yanomami. Esta vez ten¨ªa una misi¨®n extra.
Aunque no era el objetivo principal, los cient¨ªficos consiguieron el consentimiento de una treintena de los 54 yanomami que formaban la comunidad para tomar muestras de piel de su antebrazo, su boca y de material fecal, el mejor indicador de la flora bacteriana del tracto intestinal. "Les parec¨ªa asqueroso, como a cualquier ser humano, que recogi¨¦ramos sus muestras de heces. Se burlaban de ello. Pero siempre accedieron amablemente a colaborar", comenta?Noya-Alarc¨®n. Los materiales biol¨®gicos se conservaron en nitr¨®geno l¨ªquido hasta que volvieran a la civilizaci¨®n.
La diversidad del microbioma de los yanomami dobla a la de los occidentales
Empezaba entonces la segunda parte de la aventura. En un ejemplo de que la ciencia le puede a la pol¨ªtica, las muestras volaron hasta un par de laboratorios de EE UU. Durante cuatro a?os, una veintena de cient¨ªficos estadounidenses y venezolanos han desentra?ado el perfil gen¨¦tico de las bacterias presentes en las muestras originales. Tambi¨¦n las cultivaron, para realizar ensayos que midieran su resistencia a los antibi¨®ticos, lo que se conoce como resistoma.
"Lo que hemos encontrado es que los yanomami de este estudio tiene un grado de diversidad bacteriana sin precedentes", dec¨ªa durante una conferencia de prensa el profesor de gen¨¦tica de la escuela Icahn de medicina del hospital Monte Sina¨ª (Nueva York) y principal autor del estudio, Jos¨¦ Clemente. Los autores de la investigaci¨®n compararon el microbioma de los yanomamis con una muestra de estadounidenses y otras dos de los guahibo, tambi¨¦n amerindios amaz¨®nicos, y de ind¨ªgenas de Malaui, en el sur de ?frica. En los dos casos se trata de poblaciones con cierto grado de occidentalizaci¨®n. Los yanomami, a?ade Clemente, "tienen casi el doble de diversidad que los estadounidenses".
De hecho, observaron un progresivo descenso de diversidad desde los yanomami hasta los occidentales, pasando por los guahibo y los malau¨ªes. Adem¨¢s, los investigadores bucearon en estudios anteriores sobre microbioma y no han encontrado otros pueblos que tengan mayor variedad bacteriana. Tampoco en los archivos del proyecto Microbioma Humano. Es como si, cuanto m¨¢s expuesto est¨¢ uno al estilo de vida occidental, m¨¢s se reduce la riqueza de su microbioma. Estos resultados colocan a los yanomamis en la c¨²spide en lo que a bacterias se refiere. Esta misma semana, otro estudio mostraba como comunidades rurales de Pap¨²a Nueva Guinea ten¨ªan un 15% de mayor diversidad que los occidentales. Pero estos indios amaz¨®nicos se acercan al 100%.
Los yanomami de este poblado, cuya ubicaci¨®n no se ha revelado para protegerlos, siguen viviendo de la caza y la recogida de frutos como hac¨ªan sus antepasados hace miles de a?os. Lo m¨¢s cerca que hab¨ªan visto a un hombre blanco era cuando ve¨ªan volar sobre ellos alg¨²n avi¨®n. De la medicina, solo conoc¨ªan la propia palabra, que se la hab¨ªan o¨ªdo a otros yanomami de poblados vecinos. Y el dispensario m¨¢s cercano, regentado por unos misioneros, se encuentra a dos semanas yendo a pie por entre las monta?as. Para los microbi¨®logos, este pueblo aislado es una m¨¢quina en el tiempo con la que imaginar como era la microbiota de los humanos antes de que la modernizaci¨®n lo cambiara todo.
"Nuestras bacterias juegan importantes cometidos en la fisiolog¨ªa humana, como la respuesta inmune, el metabolismo y hasta la conducta. Pero a¨²n no sabemos cu¨¢nto y c¨®mo han cambiado nuestros microbiomas occidentalizados con relaci¨®n al microbioma de nuestros ancestros", recuerda la profesora de la escuela de medicina de la Universidad de Nueva York, Mar¨ªa Gloria Dom¨ªnguez, tambi¨¦n coautora del estudio. "Tenemos muchas pr¨¢cticas antimicrobianas, como el nacimiento por ces¨¢rea, el uso de los antibi¨®ticos, el jab¨®n, los limpiadores. Pero en el mundo a¨²n quedan poblaciones remotas de cazadores y recolectores que viven en la era pre-bi¨®tica como lo hac¨ªan nuestros antepasados", a?ade. Unos pueblos, que alerta, "se est¨¢n occidentalizando r¨¢pidamente".
Antes de que el estilo de vida occidental reduzca su diversidad bacteriana, pueblos como este yanomami, pueden ayudar a la ciencia. Muchas de las enfermedades no transmisibles, como inflamaci¨®n intestinal, la esclerosis m¨²ltiple, la diabetes tipo I, la artritis reumatoide, obesidad, c¨¢ncer de colon y un sinf¨ªn de alergias est¨¢n mediatizadas por bacterias. La mayor¨ªa tienen una alta prevalencia en las sociedades avanzadas, siendo testimoniales en las poblaciones menos occidentalizadas. Aunque queda mucho por investigar, la degradaci¨®n del microbioma puede tener mucho que ver con estas enfermedades modernas.
Resistencia adquirida a los antibi¨®ticos
La segunda gran sorpresa que se llevaron los investigadores fue que, al cultivar y secuenciar las muestras fecales, encontraron que las bacterias de los yanomami portan genes que las har¨ªan resistentes a los antibi¨®ticos, incluso a los de ¨²ltima generaci¨®n. Para medir esta resistencia, los estudios cient¨ªficos suelen fijarse en las cepas de la enterobacteria Escherichia coli. En las muestras fecales de los yanomami, encontraron que todas las cepas de E. coli contaban con genes que intervienen en el desarrollo de resistencia a la acci¨®n de los antibi¨®ticos. Entonces ampliaron su an¨¢lisis a otras bacterias, encontrando unos 30 genes que podr¨ªan expresar resistencia.
Si se da por buenas las palabras del jefe del poblado, negando haber tenido contacto con otros hombres que no fueran otros yanomami y, menos a¨²n, con la medicina moderna, ?de d¨®nde procede esa resistencia? La principal hip¨®tesis de los investigadores es que viene de la ¨ªntima relaci¨®n de estos indios con el medio que les rodea. Mucho antes de que Alexander Fleming descubriera casi por azar el poder antibi¨®tico de hongos del g¨¦nero Penicillium, las bacterias han tenido que lidiar con otros microorganismos para sobrevivir. En el caso de los yanomami, estos microbios habr¨ªan aprendido a combatir gracias a la flora bacteriana del suelo de la selva que, por medio de transferencia horizontal, les habr¨ªan prestado los genes anti antibi¨®ticos.
"Sin embargo, tambi¨¦n encontramos varios genes de resistencia que codifican resistencia contra las ¨²ltimas generaciones de antibi¨®ticos semisint¨¦ticos y sint¨¦ticos", recuerda el profesor de patolog¨ªa de la Universidad Washington en San Luis (EE UU), Gautam Dantas. "Incluyen, por ejemplo, a medicamentos de tercera y cuarta generaci¨®n (las cefalosporinas) que intentamos reservar para luchar contra algunas de las peores infecciones del mundo", a?ade. Son medicinas tan nuevas y tan sint¨¦ticas que la hip¨®tesis del pr¨¦stamo de la resistencia por otras bacterias no consigue explicarlo.
A los autores del estudio, publicado en Science Advances, les alarm¨® descubrir que la flora bacteriana de los yanomami pudiera ser resistente a tan modernas medicinas. "Pensamos en un par de explicaciones a estos resultados. La primera y quiz¨¢ la m¨¢s simple es que en el suelo haya versiones naturales de estos medicamentos sint¨¦ticos y que, simplemente, no las hayamos encontrado a¨²n", opina Dantas. Al fin y al cabo, las primeras generaciones de antibi¨®ticos copiaban a la penicilina natural.
Pero hay otra posibilidad que intriga a¨²n m¨¢s: que estos genes de resistencia tengan una gran plasticidad y sean multifuncionales. "En realidad, podr¨ªan tener otras funciones en la bacteria pero, expuestos a los antibi¨®ticos, podr¨ªan reprogramarse para desarrollar carga de resistencia", sugiere este pat¨®logo. De ser as¨ª, esto explicar¨ªa el r¨¢pido y extendido desarrollo de resistencia entre muchas de las bacterias pat¨®genas que alarma tanto a los cient¨ªficos y m¨¦dicos por el abuso de los antibi¨®ticos.
Los antibi¨®ticos, la dieta, el jab¨®n o el nacimiento por ces¨¢rea han reducido la diversidad bacteriana de los occidentales
En cuanto a los yanomami que tanto han ayudado a la microbiolog¨ªa, el doctor?Noya-Alarc¨®n comenta que han vuelto a esa comunidad solo una o dos veces al a?o desde 2009, "por lo que el impacto en su microbioma habr¨ªa sido m¨ªnimo, pero ya no ser¨¢ el mismo". Recuerda haber dado antibi¨®ticos a alg¨²n yanomami con neumon¨ªa o con alguna infecci¨®n dermatol¨®gica. "Lo ¨¦tico era tratarla ya que ten¨ªamos la medicina a nuestra disposici¨®n, de otra forma quiz¨¢s el paciente con neumon¨ªa podr¨ªa haber muerto", explica.
"Gracias a esta oportunidad de encontrar un microbioma tan diverso, el resto de la humanidad podr¨ªa verse beneficiada al conocer que probablemente tengamos que restablecer parte de nuestra flora microbiana para volver a lograr una armon¨ªa entre nuestras funciones metab¨®licas o fisiol¨®gicas", opina Noya-Alarc¨®n. El primer hombre blanco, un venezolano de ascendencia gallega, que contact¨® con este pueblo cree obligado, "reconocer esta diversidad bacteriana y respetar este equilibrio que se mantiene entre los yanomami e intentar extrapolarlo a lo macro, es decir, aprender del estrecho contacto que ellos tienen con la naturaleza".
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