La verdad sobre el microbioma

Busco microbioma en Bing y me salen v¨ªdeos italianos, por alguna raz¨®n. Philippe Langella nos ilustra sobre el microbioma intestinal de los ¡°sujetos ancianos¡±, mientras Luca Masucci diserta acerca de la seguridad de los trasplantes de heces. ¡°Microbioma y medicina veterinaria¡±, a?ade Antonio Gasbarrini sin reparar en que Franco Vicariotto ya hab¨ªa dado un pelotazo hist¨®rico con su v¨ªdeo ¡°microbioma y la mujer¡±. La b¨²squeda en Google mejora un poco las cosas, pero no demasiado. Otras webs de Muy interesante, Efe Salud y el Instituto Roche nos terminan de sembrar en el hipocampo el virus cerebral (meme, en la nomenclatura de Richard Dawkins) de que el microbioma, la colecci¨®n de mil especies de bacterias, virus y hongos que llevamos en el intestino y otras partes blandas, es la causa de todos los males y por tanto la soluci¨®n a todos ellos. La presi¨®n de la industria alimentaria es fuerte y los sabiondos proliferan como setas de cardo en nuestra sociedad cr¨¦dula e intoxicada por las redes. Mal asunto.

Y mira que la investigaci¨®n del microbioma es bien activa e interesante. Los cient¨ªficos dedicados a ello aspiran a descubrir si existe un microbioma saludable y c¨®mo estimular su composici¨®n de bacterias en las personas que no tienen la suerte de llevarlo puesto de nacimiento en las tripas. Gracias a eso sabemos que el c¨¢ncer, el autismo y las enfermedades autoinmunes, que van desde la esclerosis m¨²ltiple hasta la artritis reumatoide, tienen relaci¨®n con el microbioma. ?No ser¨ªa fant¨¢stico que pudi¨¦ramos tratar esas afecciones sin m¨¢s que modificar la dieta? Sin duda. Ser¨ªa fant¨¢stico, pero en sentido literal, porque no estamos a¨²n en condiciones de recomendar una dieta que estimule un microbioma saludable. No hagas caso a los chamanes. Lo peor no es que quieran robarte la cartera. Lo peor es que no tienen ni idea de lo que hablan.

Peter Turnbaugh, microbi¨®logo de la Universidad de California en San Francisco, es uno de los responsables de la mala fama que han adquirido las carnes rojas y procesadas. Los resultados de su laboratorio indican que, en ratones, comer carne reduce las bacterias que metabolizan la fibra y promueve la enfermedad inflamatoria intestinal. Pero ¨¦l mismo reconoce que sus estudios son insuficientes y extremos en las dosis de carne que consumen los animales. ¡°?Refleja eso lo que ocurre en la gente que sigue unas dietas m¨¢s t¨ªpicas?¡±, se pregunta. La respuesta es que no lo sabemos. Turnbaugh piensa que estos datos son valiosos para los cient¨ªficos y que alg¨²n d¨ªa pueden conducir a un remedio farmacol¨®gico. Pero no estamos ni de lejos en condiciones de recomendar ninguna dieta que mejore el microbioma de la poblaci¨®n.

Hay otro asunto que merece la pena comentar. El mes pasado, Nature public¨® una colecci¨®n de art¨ªculos sobre el microbioma y sus efectos en la salud humana. El trabajo fue financiado por Danone y, de hecho, Patrick Veiga, Silvia Miret y Liliana Jim¨¦nez, de Danone Nutricia Research en Palaiseau, Francia, colaron en el paquete un art¨ªculo titulado ¡°Danone: el microbioma y la probi¨®tica, 100 a?os de historia compartida¡±. Los editores de Nature se han visto compelidos a aclarar: ¡°Nos complace reconocer el apoyo financiero de Danone; como siempre, Nature es la ¨²nica responsable de todo el contenido editorial¡±. Como siempre.