La construcci¨®n de la mentira
Esta vez no son los rusos, sino la derecha dom¨¦stica quien se dedica a manipular las elecciones. Luego vendr¨¢n los antivacunas
Los trucos son burdos, pero funcionan bien en este mundo no menos rampl¨®n. Primero Donald Trump anuncia sin venir a cuento que no se fiar¨¢ de un resultado electoral adverso. Medio mundo se echa las manos a la cabeza ante la ¨²ltima ocurrencia venenosa del presidente de Estados Unidos. Pero poco despu¨¦s empiezan a aparecer unas cosas muy raras en las redes sociales. El 25 de septiembre, un tuit originado en la cuenta de un periodista conservador asegura que se ha descubierto un millar de votos por correo tirados a un contenedor de escombros en el condado de Sonoma, en California, y presenta fotos elocuentes. Pocas horas despu¨¦s, una web de extrema derecha publica las fotos acompa?adas de una informaci¨®n ¡®exclusiva¡¯ donde se acusa a unos trabajadores de intentar ocultar el esc¨¢ndalo. En un solo d¨ªa, 25.000 tuiteros rebotan la informaci¨®n por todas partes. Uno de ellos es el hijo de Trump, con casi seis millones de seguidores. Lo cierto es que las fotos eran de unos sobres vac¨ªos sobrantes de unas elecciones anteriores y que iban a tirarse al reciclado de papel, pero el bulo, tan sospechosamente servicial para el inquilino de la Casa Blanca, ya hab¨ªa hecho su trabajo a la perfecci¨®n. Mentir sale gratis en nuestros tiempos de anonimato y abyecci¨®n digital, y a quien no le guste que se vaya al planeta Marte.
A los cient¨ªficos sociales y expertos en redes, sin embargo, estas cosas les pillan cada vez m¨¢s preparados, y Greg Miller informa en ¡®Science¡¯ de los avances t¨¦cnicos que les permiten rastrear ahora la propagaci¨®n de la falsedad, su origen y su finalidad. Todos esperamos que estas investigaciones, unidas a una presi¨®n creciente sobre los mocosos billonarios de Silicon Valley, acaben por erradicar la desinformaci¨®n de las redes, aunque solo sea por el procedimiento venerable de desnudar a quienes la perpetran. Esto no va a ocurrir de martes a jueves, pero habr¨¢ que empezar a picar piedra antes de que el fen¨®meno fake nos acabe de fosfatinar a todos el cerebro. Sin una informaci¨®n veraz y contrastada no hay elecciones libres ni democracia, no hay ciencia ni entendimiento ni hay manera de progresar hacia alguna parte que no sea la estepa donde muere la raz¨®n.
Es bien conocido que las elecciones de 2016, las que llevaron a Trump al poder ante la incredibilidad del mundo, padecieron un ataque sistem¨¢tico de origen ruso que sembr¨® la desinformaci¨®n y el desconcierto, aunque calcular sus efectos concretos en el resultado resulta imposible. La investigaci¨®n actual muestra, sin embargo, que este a?o las mentiras vienen sobre todo de dentro de casa. Tal vez los manipuladores profesionales hayan aprendido ya su oficio y no necesiten a los rusos para inventarse todas esas tonter¨ªas que enga?an a los bobos. A millones de bobos. S¨¦ que esto no parece un an¨¢lisis del coronavirus, pero en el fondo lo es tambi¨¦n, porque es probable que nos enfrentemos a una campa?a manipuladora de los antivacunas con pocos precedentes. Aprendamos de la pol¨ªtica.
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