El ¡®caso Oumuamua¡¯

El 24 de junio de 1947, el piloto norteamericano Kenneth A. Arnold avist¨® unos objetos con forma de bumer¨¢n que volaban al estilo de un platillo sobre la cordillera de las Cascadas, en Washington.

Un error period¨ªstico convirti¨® el bumer¨¢n en ¡°platillo volante¡±, quedando as¨ª transformada la forma de los ovnis en el imaginario colectivo. A partir de entonces, la literatura ufol¨®gica har¨ªa el resto a la hora de presentarnos los objetos interestelares como platillos volantes.

Todo esto viene a cuento por la pol¨¦mica creada en torno al ...

El 24 de junio de 1947, el piloto norteamericano Kenneth A. Arnold avist¨® unos objetos con forma de bumer¨¢n que volaban al estilo de un platillo sobre la cordillera de las Cascadas, en Washington.

Un error period¨ªstico convirti¨® el bumer¨¢n en ¡°platillo volante¡±, quedando as¨ª transformada la forma de los ovnis en el imaginario colectivo. A partir de entonces, la literatura ufol¨®gica har¨ªa el resto a la hora de presentarnos los objetos interestelares como platillos volantes.

Todo esto viene a cuento por la pol¨¦mica creada en torno al Oumuamua, el misterioso objeto interestelar que atraves¨® nuestro sistema solar de punta a punta el 19 de octubre del a?o 2017. Se trataba de un objeto extra?o con forma de puro habano que ser¨ªa descubierto gracias a las observaciones hechas por el telescopio Pan-STARRS. Todo un hallazgo por tratarse del primer objeto interestelar observado por el ser humano.

En un principio se catalog¨® como un cometa, pero luego se desech¨® tal registro. Aunque vaporizaba hielo cuando recib¨ªa radiaci¨®n solar, no mostraba cola; carec¨ªa de la nube de polvo y gas que envuelve a un cometa. Por ello, al Oumuamua se le registr¨® como un asteroide activo. Con todo, hubo personas poco convencidas con tal catalogaci¨®n, en primer lugar los uf¨®logos quienes se?alaron el Oumuamua como un elemento de civilizaciones extraterrestres, un curioso ¡°platillo volante¡± con forma de puro.

El prestigioso Avi Loeb, catedr¨¢tico de Astrof¨ªsica de la Universidad de Harvard, sostiene que se trata de la primera manifestaci¨®n de vida interestelar

Luego est¨¢ el prestigioso Avi Loeb, catedr¨¢tico de Astrof¨ªsica de la Universidad de Harvard, quien sostiene que se trata de la primera manifestaci¨®n de vida interestelar. Tal hip¨®tesis la desarrolla en su libro Extraterrestre (Planeta), reci¨¦n publicado en castellano.

Se trata de un trabajo que anima uno de los debates cient¨ªficos m¨¢s relevantes de las ¨²ltimas d¨¦cadas. Para Avi Loeb, el extra?o objeto bautizado como Oumuamua no es otra cosa que chatarra c¨®smica; una pieza construida por civilizaciones que est¨¢n fuera de nuestro sistema solar. Uno de los detalles de los que se sirve Avi Loeb para afirmar tal cosa es el reflejo de los rayos solares en la superficie del Oumuamua, un reflejo que multiplica su potencia por diez. Para Avi Loeb, esto se debe a la superficie met¨¢lica del inusual objeto.

Los cient¨ªficos refutaron la teor¨ªa de Avi Loeb sugiriendo que el Oumuamua no es un despojo de un naufragio interestelar sino uno de los restos de un planeta

Por si fuera poco, hace unas semanas, los cient¨ªficos refutaron la teor¨ªa de Avi Loeb, sugiriendo que el Oumuamua no es un despojo de un naufragio interestelar, sino uno de los restos de un planeta. Por lo tanto, se tratar¨ªa de un escombro y no de una chatarra, ya que la reflectividad del Oumuamua tiene su causa en el hielo de nitr¨®geno que compone su superficie, un elemento que se encuentra en Plut¨®n. Por tal asunto, lo m¨¢s probable es que sea de un planeta similar a Plut¨®n, pero que se encuentra fuera de nuestro sistema solar.

La respuesta de Avi Loeb no se hizo esperar, afirmando que no puede ser hielo de nitr¨®geno, pues, de ser as¨ª, tendr¨ªa que tener carbono, y el telescopio no capt¨® indicios de carbono en la trayectoria del Oumuamua. Hay que advertir que el nitr¨®geno y el carbono se forman juntos.

As¨ª est¨¢n las cosas hasta el momento. La pol¨¦mica sigue su curso, el debate se enciende y lo que hoy se afirma, ma?ana se contradice. Mientras tanto, podemos deleitarnos con el magn¨ªfico libro de Avi Loeb donde el astrof¨ªsico no solo nos presenta por primera vez su teor¨ªa acerca del Oumuamua como un resto de ¡°platillo volante¡±, sino que nos ofrece un did¨¢ctico aprendizaje por el Universo desde sus or¨ªgenes hasta hoy.

El hacha de piedra es una secci¨®n donde Montero Glez, con voluntad de prosa, ejerce su asedio particular a la realidad cient¨ªfica para manifestar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.

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