El primer objeto interestelar que nos visit¨® ten¨ªa propulsi¨®n propia
Un an¨¢lisis de la ¨®rbita de Oumuamua indica que liberaba gases y polvo que lo hac¨ªan acelerar, un tipo de comportamiento propio de los cometas
Es dif¨ªcil imaginar nuestra soledad en el universo. Nos rodean miles de millones de galaxias con miles de millones de sistemas solares y sus correspondientes planetas, pero todos, hasta el m¨¢s cercano, a distancias inalcanzables. La ¨²nica nave espacial que ha salido del sistema solar (manteniendo el contacto con la Tierra) es la Voyager 1 y le cost¨® 35 a?os viajando a 60.000 kil¨®metros por hora. Para llegar a la estrella m¨¢s pr¨®xima en su camino, Gliese 445, tendr¨¢ que recorrer el espacio interestelar durante 40.000 a?os m¨¢s.
Este vac¨ªo extraordinario que nos rodea da idea de lo sorprendente de la visita que descubrimos el pasado 19 de octubre. Ese d¨ªa, un telescopio rob¨®tico de Haw¨¢i dise?ado para detectar objetos con probabilidades de chocar con nuestro planeta, identific¨® lo que parec¨ªa un cometa desconocido entre la ¨®rbitas de la Tierra y Marte. Una observaci¨®n m¨¢s detallada revel¨® que no ten¨ªa una cola como cabr¨ªa esperar y que en realidad se trataba de un asteroide alargado como un pepino, de 800 metros de largo y 80 de ancho. La sorpresa lleg¨® cuando se pudo calcular su ¨®rbita y su velocidad. Lleg¨® a 100.000 kil¨®metros por hora y recibi¨® una sacudida cuando se enganch¨® en la ¨®rbita de Mercurio y sali¨® disparado tres veces m¨¢s r¨¢pido en direcci¨®n a la constelaci¨®n de Pegaso. Su origen estaba, con certeza, fuera del Sistema Solar. Aquel objeto hab¨ªa recibido un empuj¨®n gravitatorio que lo hab¨ªa expulsado del entorno de la estrella donde se origin¨®, hace millones de a?os.
Desde su descubrimiento, los investigadores han seguido analizando los datos recogidos durante la visita de Oumuamua, el mensajero que lleg¨® primero, el nombre hawaiano con el que fue bautizado el visitante. Su naturaleza a¨²n requiere trabajo para ser bien comprendida, y hoy, un equipo internacional de investigadores presenta en Nature un trabajo en el que plantean que, como se pens¨® en un principio, el objeto interestelar es un cometa. El grupo, liderado por Marco Micheli, del centro de seguimiento de objetos cercanos a la Tierra que tiene la Agencia Espacial Europea en Frascati, Italia, introdujo en un modelo todas las influencias gravitatorias que pudo recibir Oumuamua en su viaje por el Sistema Solar, del Sol, los planetas y los grandes asteroides.
Los cient¨ªficos plantean que haya una nave espacial preparada para lanzarla cuando aparezca el siguiente visitante interestelar
Sus conclusiones, alcanzadas despu¨¦s de un preciso an¨¢lisis de los datos, indican que parte de la aceleraci¨®n que alejaba al visitante interestelar de nuestra estrella no ten¨ªa origen gravitatorio. Una peque?a fuerza de propulsi¨®n, entre 1.000 y 10.000 veces m¨¢s d¨¦bil que la gravedad, desviaba a Oumuamua de la trayectoria que le marcaba la atracci¨®n del Sol y sus planetas y deb¨ªa proceder de gases expulsados por el objeto. ¡°Este movimiento es consistente con el comportamiento de los cometas, que pueden ser propulsados por el gas que liberan¡±, se?alan los autores.
Los investigadores consideran que esta es la explicaci¨®n m¨¢s plausible para el comportamiento de Oumuamua, que se desplazaba ¡°como un cometa en miniatura¡±. Adem¨¢s del tama?o, que es de 800 metros de largo frente a los 25 kil¨®metros del 67P/Churyumov-Gerasimenko, el cometa que visit¨® la sonda Rosetta, hay otros factores que lo diferencian de los habitantes de nuestro sistema planetario. ¡°Los cometas tienen actividad gaseosa o de emisi¨®n de polvo, al menos en alguna fase de su ¨®rbita, pero eso no parece que exista, o al menos que se observe, en este objeto¡±, apunta Pedro Guti¨¦rrez, investigador del Instituto de Astrof¨ªsica de Andaluc¨ªa del CSIC. ¡°Pero el an¨¢lisis confirma que hay emisi¨®n de gas y polvo, aunque el polvo debe tener unas caracter¨ªsticas muy concretas¡±, a?ade. Los autores plantean que la ausencia de peque?os granos, una baja cantidad de polvo con respecto al hielo o cambios en la superficie del cometa durante su largo viaje pueden explicar que no se observe una cola.
Parece que los datos recogidos hasta ahora no ser¨¢n suficientes para comprender del todo la naturaleza de Oumuamua. ¡°Sus rasgos podr¨ªan tener explicaci¨®n en el distinto entorno de la estrella donde naci¨® y los efectos de su viaje a trav¨¦s del espacio interestelar¡±, se?ala Helena Morais, astr¨®noma de la Universidad Estatal Paulista (Brasil). ¡°Es probable que las propiedades f¨ªsicas de objetos tan extra?os no sean las mismas de los que se han formado en nuestro sistema solar¡±, contin¨²a. Los autores del art¨ªculo que hoy publica Nature reconocen que revelar la naturaleza f¨ªsica de Oumuamua sin ambig¨¹edades requerir¨ªa observaciones in situ, con naves espaciales sobrevolasen el objeto. Dada la velocidad a la que surc¨® nuestro sistema solar este primer visitante, la tarea parece complicada.
"Como los objetos interestelares son tan r¨¢pidos, creo que ser¨ªa muy dif¨ªcil lograr poner una nave espacial en ¨®rbita en torno al objeto, como hizo Rosetta con su cometa", se?ala Micheli. "Ser¨ªa m¨¢s probable realizar un sobrevuelo, solo una pasada r¨¢pida junto al objeto, pero que a¨²n as¨ª ser¨ªa extramadamente ¨²til". El investigador de la ESA reconoce que "construir desde cero una nave despu¨¦s de descubrir otro objeto interestelar requerir¨ªa demasiado tiempo, as¨ª que supongo que la ¨²nica opci¨®n ser¨ªa tener uno listo para lanzarlo cuando se necesite". "Mi esperanza ¡ªconcluye Micheli¡ª es que en el futuro, con m¨¢s y mejores telescopios inspeccionando el cielo, el descubrimiento de objetos interestelares podr¨ªa volverse m¨¢s habitual haciendo m¨¢s f¨¢cil planificar una misi¨®n as¨ª".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.