La naturaleza puede explicar el enigma del asteroide que parece una nave espacial

El 19 de noviembre de 2017 un telescopio en la cima de un volc¨¢n hawaiano detect¨® un visitante inesperado. Era un cuerpo estrecho y alargado que viajaba a unos 95.000 kil¨®metros de velocidad dando vueltas como si fuera una h¨¦lice. Era el primer cuerpo llegado de fuera del sistema solar del que se ten¨ªa constancia. Dos a?os despu¨¦s, un equipo de 14 astr¨®nomos de varios pa¨ªses ha recopilado todos los datos existentes sobre este objeto en un estudio que intenta aclarar su origen.

¡°Nunca hemos visto nada parecido a Oumuamua en el sistema solar y el cuerpo sigue siendo un misterio¡±, reconoce en una nota de prensa Matthew Knight , astr¨®nomo de la Universidad de Maryland y coautor del estudio, publicado hoy en Nature Astronomy.

El apodo de este objeto interestelar significa explorador en hawaiano. Tres d¨ªas antes de ser descubierto, alcanz¨® su punto m¨¢s cercano a la Tierra, unos 23 millones de kil¨®metros. Ven¨ªa en la direcci¨®n de Vega, la quinta m¨¢s brillante en el cielo nocturno, y debido a su velocidad y trayectoria solo se lo pudo observar durante unos d¨ªas. Esto foment¨® las especulaciones de varios astr¨®nomos, que propusieron que tal vez Oumuamua era un objeto fabricado por una civilizaci¨®n alien¨ªgena m¨¢s all¨¢ de nuestro sistema solar y enviado en una misi¨®n de reconocimiento.

Oumuamua es un cuerpo alargado y estrecho como un misil, de unos 200 metros de largo por 40 de ancho, y de color rojo, como otros asteroides o cometas conocidos dentro del sistema solar. Presentaba algunas otras caracter¨ªsticas nunca vistas a las que se aferraban aquellos que quer¨ªan darle un origen sobrenatural. La m¨¢s llamativa era que parec¨ªa estar aumentando de velocidad a medida que recorr¨ªa su ¨®rbita. Esto es com¨²n en los cometas, pero ninguno de los telescopios que lo observ¨® capt¨® rastros de una cola o estela de gases. Un a?o despu¨¦s de su paso, dos astr¨®nomos del Centro de Astrof¨ªsica Harvard Smithsonian especularon que Oumuamua era una vela solar de fabricaci¨®n alien¨ªgena.

¡°La hip¨®tesis de la nave extraterrestre es interesante¡±, dice Knight, ¡°pero nuestro an¨¢lisis sugiere que todas sus caracter¨ªsticas pueden explicarse por fen¨®menos naturales¡±. El principal impedimento para que el cuerpo sea una vela solar es que este tipo de objetos deben ser planos y permanecer orientados al Sol, lo que no se cumple en este caso, seg¨²n el nuevo estudio.

Lo m¨¢s probable es que Oumuamua sea un objeto ¡°joven¡± que se form¨® hace menos de 2.000 millones de a?os, resalta el nuevo trabajo. En comparaci¨®n, nuestro sistema solar se form¨® hace unos 4.500 millones de a?os. Para los autores del estudio lo m¨¢s plausible es que este cuerpo sea un amasijo de polvo, hielo y roca formado en el disco protoplanetario que existe en torno a muchas estrellas. En el sistema solar este tipo de fragmentos se fueron juntando para formar planetas, pero tambi¨¦n es probable que alguno salga despedido por la atracci¨®n gravitatoria de otra estrella cercana o el empuje de planetas gaseosos del tipo de J¨²piter. A pesar de que su origen alien¨ªgena es descartable, los autores del trabajo reconocen que Oumuamua deja muchas preguntas por responder, entre ellas cu¨¢l es el sistema solar del que procede.

¡°Yo apostar¨ªa a que este objeto se cre¨® por procesos naturales que a¨²n necesitamos entender y que dif¨ªcilmente podamos desentra?ar con los pocos datos obtenidos¡±, opina Javier Licandro, investigador del Instituto de Astrof¨ªsica de Canarias. ¡°Una posibilidad es que se trate de un objeto con una densidad media inusualmente baja, que por tanto pesa poco y presenta un ¨¢rea grande de exposici¨®n a la luz solar. En ese caso la presi¨®n de la propia radiaci¨®n solar podr¨ªa darle el empuje necesario para producir una aceleraci¨®n como la observada. No conocemos objetos naturales de este tipo con densidades tan bajas como las que se requieren, pero eso no quiere decir que no existan¡±, detalla.

Los autores del estudio se?alan que parte de las dudas pueden quedar despejadas cuando se descubran nuevos visitantes interestelares gracias a instrumentos como el Gran Telescopio para Rastreos (LSST, en ingl¨¦s), que comenzar¨¢ a operar desde Chile dentro de tres a?os. ¡°Es posible que entonces comencemos a ver un objeto de este tipo cada a?o¡±, razona Knight. ¡°Si vemos 10 o 20 objetos y ninguno se parece a Oumuamua, entonces tendremos que reconsiderar nuestras hip¨®tesis¡±, concluye.