Adi¨®s al h¨¦roe silencioso

Michael Collins ha muerto y de los tres protagonistas del viaje m¨¢s famoso de la humanidad ya solo queda Buzz Aldrin. En aquella misi¨®n del Apolo 11, Collins fue el encargado de quedarse a bordo del m¨®dulo de mando mientras sus compa?eros, Armstrong y Aldrin, pisaban la Luna por primera vez. A diferencia de otros protagonistas de la carrera espacial, no le conoc¨ª personalmente y no tuve la suerte de escucharle c¨®mo vivi¨® aquellos d¨ªas solitarios, pero, m¨¢s all¨¢ del viaje que le hizo famoso, s¨¦ que era uno de los grandes. Hay muchos libros escritos por astronautas, pero Carrying the Fire, la autobiograf¨ªa en la que Collins cuenta su experiencia como piloto de pruebas y tripulante de las misiones G¨¦minis 10 y Apolo 11, es el relato que mejor explica lo que significa estar en la vanguardia de la carrera espacial.

En el libro abundan ideas propias y potentes y contiene reflexiones sobre el futuro de la exploraci¨®n espacial llenas de perspicacia. En esas p¨¢ginas queda reflejada una mente muy estructurada, capaz de ordenar problemas complej¨ªsimos y de estructurar el trabajo de los dem¨¢s. Esta sensaci¨®n me la han confirmado personas que s¨ª le conocieron y que hablan de ¨¦l como un hombre muy reflexivo, un ingeniero excelente y un gran piloto. Aunque quiz¨¢ sea el menos conocido de los tres astronautas del m¨ªtico viaje, sus capacidades fueron imprescindibles para el ¨¦xito de aquella aventura en la que el arrojo de los h¨¦roes cl¨¢sicos deb¨ªa acompa?arse con un profundo conocimiento de la ciencia y la tecnolog¨ªa y una gran capacidad para aplicarlas. Si de Armstrong se dec¨ªa que era el h¨¦roe remiso, se puede afirmar que Collins era el h¨¦roe silencioso.

Como a casi todos los que hemos viajado al espacio, la experiencia le hizo consciente del valor incalculable de nuestro mundo

En estos tiempos en que somos cada vez m¨¢s conscientes de la fragilidad de nuestro planeta y del destino que todos los humanos compartimos en su interior, quiero recordar otro de los legados de este protagonista de la carrera espacial. Mientras esperaba el retorno de sus compa?eros, tom¨® muchas im¨¢genes de la Luna y de nuestro planeta, pero hay una especialmente famosa. En ella, el m¨®dulo lunar asciende desde el sat¨¦lite para encontrarse con el m¨®dulo de mando y al fondo, en la oscuridad, se observa emerger la Tierra. Se suele decir que en esa imagen estaban todos los humanos vivos, menos Collins. Como a casi todos los que hemos viajado al espacio, la experiencia le hizo consciente del valor incalculable de nuestro mundo y Collins lo recordaba en uno de sus ¨²ltimos tuits: ¡°Estoy seguro de que si todo el mundo pudiera ver la Tierra flotando por la ventana, todos los d¨ªas ser¨ªan el D¨ªa de la Tierra¡±.

Pero junto a la fascinaci¨®n ante el momento, estoy seguro de que al mismo tiempo pensaba en la dif¨ªcil maniobra que necesitaba completar para volver a encontrarse con sus compa?eros. Collins escribi¨® el documento de 117 p¨¢ginas en el que se detallaban las 18 maniobras de atraque diferentes para que su m¨®dulo y el de sus compa?eros se uniesen a la perfecci¨®n. Aquel hombre que aun¨® en aquel instante el talento t¨¦cnico y la emoci¨®n del viaje espacial nos ha dejado hoy. Buen viaje, Michael.

Pedro Duque es ministro Ciencia e Innovaci¨®n del Gobierno de Espa?a y fue el primer astronauta de nacionalidad espa?ola.

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