Unas pocas mutaciones protegen a los humanos del coronavirus de los dromedarios
Hasta el 80% de los cam¨¦lidos del norte de ?frica han estado en contacto con un virus que mata al 30% de las personas que infecta
En mayo de 2015, un empresario surcoreano regres¨® de un viaje de negocios por el golfo P¨¦rsico. Sin saberlo, este ciudadano llevaba en su cuerpo un virus respiratorio desconocido en Corea del Sur. Se trataba del MERS-CoV, un coronavirus propio de los dromedarios detectado en humanos por primera vez tres a?os antes. Su letalidad fue y es muy superior a la del actual SARS-CoV-2, matando entonces al 32% de los infectados. Por fortuna, en ...
En mayo de 2015, un empresario surcoreano regres¨® de un viaje de negocios por el golfo P¨¦rsico. Sin saberlo, este ciudadano llevaba en su cuerpo un virus respiratorio desconocido en Corea del Sur. Se trataba del MERS-CoV, un coronavirus propio de los dromedarios detectado en humanos por primera vez tres a?os antes. Su letalidad fue y es muy superior a la del actual SARS-CoV-2, matando entonces al 32% de los infectados. Por fortuna, en aquel brote el virus solo afect¨® a unos dos centenares de personas, casi todos sanitarios. Ahora, un estudio compara aquel pat¨®geno con las distintas cepas presentes en estos animales. Han descubierto que unos pocos cambios en el genoma viral protegen a los humanos de la mayor¨ªa de las variantes por ahora.
El MERS-CoV emergi¨® en 2012 cuando las autoridades sanitarias saud¨ªes detectaron varios casos de una enfermedad que acabaron llamando S¨ªndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS, por sus siglas en ingl¨¦s). Estudios posteriores comprobaron dos cosas: por un lado, que aquel nuevo pat¨®geno ten¨ªa una elevada prevalencia entre los dromedarios y, por el otro, que antes de ellos ven¨ªa de otro animal. No se ha encontrado la prueba definitiva, pero la gen¨¦tica apunta a alguna especie de murci¨¦lago por identificar. En aquel primer brote, casi el 40% de los afectados murieron. Pero la mayor¨ªa eran personas que hab¨ªan estado en contacto estrecho con los cam¨¦lidos y hubo pocos episodios de transmisi¨®n comunitaria. Desde el explosivo brote coreano, ha habido 2.000 personas afectadas, m¨¢s del 90% en Arabia Saud¨ª y los peque?os pa¨ªses del Golfo. Esa concentraci¨®n y los pocos casos de contagio entre personas casi han dejado en el olvido a la que es una de las principales amenazas para la humanidad, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS).
El vir¨®logo de la Universidad de Hong Kong Malik Peiris es uno de los que se niega a olvidarse del MERS. Lleva investig¨¢ndolo casi desde que se detect¨® su salto de los dromedarios a los humanos. Reconoce que parte del olvido se debe a la relativa baja eficacia del virus: ¡°La mayor¨ªa de las amenazas de enfermedades infecciosas emergentes surgen de los animales. Muchas de ellas se propagan de animal a humano con una transmisi¨®n m¨ªnima entre humanos, es el caso de la gripe aviar H5N1. Otras se transmiten a los humanos y tambi¨¦n eficientemente entre humanos, por ejemplo, la pandemia de H1N1 de 2009, el SARS de 2003, que se propag¨® por todo el mundo pero se control¨®, y la covid. Luego hay otros que caen en el medio, es el caso del MERS-CoV¡±, dice.
Aunque el MERS emergi¨® en Arabia Saud¨ª en 2012, el mayor brote se produjo tres a?os despu¨¦s en Corea del Sur tras el regreso de un empresario de un viaje a los pa¨ªses del Golfo
En efecto, todos los a?os hay decenas de saltos de animales a humanos, pero solo en unas ocasiones hay transmisi¨®n comunitaria. ¡°Tiene la capacidad de transmitirse entre humanos, pero no se ha adaptado por completo para una transmisi¨®n humana sostenida¡±, comenta Peiris. ¡°Pero sabemos que en sus primeras etapas con el SARS de 2003 se dio una situaci¨®n similar antes de que el virus se adaptara para adquirir la capacidad de esta transmisi¨®n sostenida. Por eso es que el MERS-CoV sigue siendo un virus de preocupaci¨®n pand¨¦mica, incluso en plena covid¡±, advierte.
El ¨²ltimo trabajo de Peiris y sus colegas, publicado esta semana en la revista cient¨ªfica PNAS indaga en uno de los misterios sin resolver de este coronavirus, un misterio que esconde una gran amenaza. Trabajos anteriores han demostrado que entre el 70% y el 80% de los dromedarios tienen anticuerpos contra el MERS-CoV, es decir, han pasado la enfermedad o la ten¨ªan en el momento del an¨¢lisis. Adem¨¢s, hasta el 70% de los infectados no viven en la pen¨ªnsula ar¨¢biga, sino en ?frica, donde las condiciones sanitarias y la superpoblaci¨®n a?ade riesgos. Sin embargo, aqu¨ª apenas se han dado (o al menos detectado) casos en humanos. Para investigarlo, Peiris ha juntado m¨¢s de una decena de variantes africanas del virus, desde la de Marruecos a la de Egipto, pasando por las de Nigeria o Kenia y las ha comparado con la variante humana causante del brote de Corea del Sur y la dominante en Arabia Saud¨ª.
¡°Desde un punto de vista gen¨¦tico, los MERS-CoV de ?frica se agrupan por separado (denominados como clado C) y son distintos de los virus actuales del clado B que circulan por Oriente Medio. Aunque filogen¨¦ticamente distintos, estos dos grupos comparten similitud en un 99,18%¨C99,58% a nivel de nucle¨®tido¡±, explica Peiris. Al probar los distintos virus en c¨¦lulas de pulmones humanos y en ratones modificados gen¨¦ticamente, vieron que tanto la variante humana como la ar¨¢biga infectaban y se replicaban con facilidad. Sin embargo, las africanas eran hasta 100 veces menos capaces de una replicaci¨®n eficiente.
Dos cambios en la prote¨ªna S de los coronavirus africanos rebaja la capacidad de virus de replicarse
La diferencia entre las variantes de los dos continentes parecen concentrarse en la prote¨ªna S, la famosa esp¨ªcula con la que los coronavirus se enganchan a las c¨¦lulas. En la mayor¨ªa de los MERS-CoV africanos hay dos cambios en amino¨¢cidos de esta prote¨ªna que podr¨ªan explicar su menor patogenicidad, aunque no descartan la existencia de otras variaciones que tambi¨¦n influyan. La prueba definitiva la tuvieron cuando, mediante gen¨¦tica inversa, modificaron los coronavirus africanos para llevar la esp¨ªcula ar¨¢biga. Vieron que aumentaba su capacidad de colarse en los cultivos de c¨¦lulas de los bronquios humanos.
Para el vir¨®logo del Centro Nacional de Biotecnolog¨ªa del CSIC Luis Enjuanes, una de las principales conclusiones de este trabajo es que ¡°los virus del tipo de los que se diseminan por ?frica se replican con un t¨ªtulo m¨¢s bajo [dando menos virus como resultado] que los que se han aislado en Arabia Saud¨ª¡±. Y al reproducirse peor, ¡°es l¨®gico que se transmitan menos de los camellos a las personas¡±.
Sin embargo, el propio Peiris publicaba hace tres meses una investigaci¨®n con personas que trabajan con dromedarios. En este caso, se trataba de operarios de un matadero en Kano, una ciudad de Nigeria. Ninguno dio positivo por MERS, pero el 30% ten¨ªa anticuerpos contra el MERS-CoV. Es decir, el MERS ya ha llegado a ?frica, aunque no con la virulencia de los brotes de Araba Saud¨ª o Corea del Sur.
¡°El MERS-CoV sigue siendo un virus de preocupaci¨®n pand¨¦mica, incluso en plena covid¡±Malik Peiris, vir¨®logo de la Universidad de Hong Kong
Quim Segal¨¦s es investigador del Instituto de Investigaci¨®n y Tecnolog¨ªa Agroalimentarias (IRTA) y ha trabajado en el desarrollo de una vacuna contra el MERS-CoV para los cam¨¦lidos. ¡°Adem¨¢s de los dromedarios y los camellos, las alpacas, las llamas o las vicu?as tambi¨¦n son susceptibles al virus¡±, recuerda. El cient¨ªfico catal¨¢n destaca un hecho que eleva el riesgo: ¡°En los dromedarios es una infecci¨®n subcl¨ªnica, lo m¨¢ximo que tienen es un resfriado muy leve. Como a ellos no les hace nada, no hay inter¨¦s en vacunarlos. ?Qu¨¦ empresa se va a gastar el dinero necesario en su fabricaci¨®n si no se la van a comprar?¡±
Pero Segal¨¦s, tambi¨¦n catedr¨¢tico de la facultad de veterinaria de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, recuerda que ya la OMS incluy¨® al MERS ¡°entre las siete enfermedades emergentes m¨¢s peligrosas¡±. Solo har¨ªa falta que la variante ar¨¢biga cruzara el estrecho de Suez para convertirse en la dominante entre los dromedarios africanos, haciendo m¨¢s f¨¢cil y grave el salto a los humanos. En la investigaci¨®n de Peiris se menciona un detalle de la d¨¦bil protecci¨®n que tiene ?frica: el comercio de dromedarios, aunque relevante, es de una ¨²nica direcci¨®n, Arabia Saud¨ª y los dem¨¢s pa¨ªses del Golfo compran los cam¨¦lidos que venden los pa¨ªses africanos. El riesgo lo resume Peiris: ¡°Esto nos ha podido proteger hasta ahora. Pero deber¨ªamos asegurarnos de que se evita ese comercio en sentido inverso¡±.
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