El c¨¢ncer de mama a trav¨¦s de las bellas artes
No fue hasta el Renacimiento cuando el c¨¢ncer de mama se evidenci¨® p¨²blicamente en pintura y escultura
Seg¨²n Galeno de P¨¦rgamo, las tumoraciones cancerosas eran el efecto de la bilis negra cuando quedaba atrapada en el organismo. Para acabar con dicha alteraci¨®n, propon¨ªa la cirug¨ªa. Con respecto al c¨¢ncer de mama, Galeno sosten¨ªa que la forma de atajarlo era la cauterizaci¨®n, al contrario que Hip¨®crates, quien aconsejaba que no se tocase el tumor porque, de ser tocado, se extender¨ªa.
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Seg¨²n Galeno de P¨¦rgamo, las tumoraciones cancerosas eran el efecto de la bilis negra cuando quedaba atrapada en el organismo. Para acabar con dicha alteraci¨®n, propon¨ªa la cirug¨ªa. Con respecto al c¨¢ncer de mama, Galeno sosten¨ªa que la forma de atajarlo era la cauterizaci¨®n, al contrario que Hip¨®crates, quien aconsejaba que no se tocase el tumor porque, de ser tocado, se extender¨ªa.
En un art¨ªculo de hace ya alg¨²n tiempo, recogido en la prestigiosa Revista Cl¨ªnica se nos explica, con todo detalle, c¨®mo en el conocido cuadro de Rubens titulado Las tres Gracias, una de las figuras femeninas muestra uno de los pechos con alteraciones relacionadas con un posible c¨¢ncer de mama. En otro cuadro, fechado pocos a?os m¨¢s tarde, el tambi¨¦n pintor barroco Rembrandt Harmenszoon van Rijn, m¨¢s conocido como Rembrandt a secas, pinta a la mujer de uno de los soldados de David, rey de los jud¨ªos. La mujer est¨¢ desnuda y el cuadro se titula Betsab¨¦ con la carta de David. En ¨¦l se puede apreciar c¨®mo en uno de los pechos de la citada aparece una tumoraci¨®n que se extiende a la axila y que bien puede asociarse con el c¨¢ncer de mama. Se sabe que la modelo que utiliz¨® Rembrandt para el cuadro fue Hendrickje Stoffels, su segunda esposa, que fallecer¨ªa a?os despu¨¦s. Suponemos que su muerte se debi¨® al avance del tumor.
Barth¨¦l¨¦my Cabrol (1529-1603), cirujano del rey Enrique IV de Francia, empez¨® a practicar mastectom¨ªas para atajar tumores
Sin embargo, ninguna de estas dos pinturas ser¨ªan las primeras expresiones art¨ªsticas donde aparece la enfermedad. Para llegar hasta las primeras representaciones art¨ªsticas donde aparece el c¨¢ncer de mama, hay que remontarse al Renacimiento, a los tiempos en los que Barth¨¦l¨¦my Cabrol (1529-1603), cirujano del rey Enrique IV de Francia, empez¨® a practicar mastectom¨ªas para atajar tumores. Se sabe que a finales del siglo XVI, Barth¨¦l¨¦my Cabrol practic¨® una mastectom¨ªa radical a una joven de 35 a?os con extirpaci¨®n del m¨²sculo pectoral.
En la tumba de Giuliano de M¨¦dici, en Florencia, podemos observar que una de las esculturas, la que representa a la noche, muestra uno de los pechos con el pez¨®n retra¨ªdo, caracter¨ªstica del c¨¢ncer de mama. La obra es de Miguel ?ngel. Pero si queremos acercarnos a la tumoraci¨®n en esta obra, resulta m¨¢s evidente cuando nos ponemos frente a la versi¨®n pintada que realiz¨® Michele Ridolfo del Ghirlandaio y donde apreciamos la retracci¨®n del pez¨®n de una manera m¨¢s visible que en el relieve de la escultura de Miguel ?ngel.
En el siglo XVI, en pleno Renacimiento, es cuando se empieza a mostrar la enfermedad en los desnudos. Sin ir m¨¢s lejos, en La alegor¨ªa de fortaleza, el pintor Tommaso d¡¯Antonio Manzuoli, m¨¢s conocido como Maso de San Friano, pinta a una mujer sentada sobre un le¨®n. En uno de sus pechos tambi¨¦n se puede apreciar el efecto del c¨¢ncer de mama. Con todo, la primera expresi¨®n art¨ªstica donde se nos muestra la enfermedad, se la debemos a Rafael Sanzio y a su pintura titulada La Fornarina, un semidesnudo en el que la joven dirige su mano al seno enfermo. La obra fue creada entre 1518 y 1520.
Hasta que la ciencia m¨¦dica no fue sumando a?os, la teor¨ªa vigente acerca de la causa del c¨¢ncer fue la de la alteraci¨®n de los humores de Galeno, el m¨¦dico griego que ejerci¨® en la Antigua Roma. Pero en el siglo XVII, el cirujano franc¨¦s Jean Louis Petit (1674 ¨C 1750) conocido por inventar el torniquete, relacion¨® el c¨¢ncer de mama y los n¨®dulos linf¨¢ticos axilares. Puede decirse que fue el primer cirujano que se aproxim¨® en sus escritos a lo que hoy consideramos como mastectom¨ªa radical. Esto llev¨® al cirujano Alfred Velpeau (1795-1867) a componer su obra Tratado de las enfermedades del seno y de la regi¨®n mamaria, un minucioso estudio donde llega a la causa linf¨¢tica, y del que se va a servir el cirujano norteamericano William Stewart Halsted (1852-1922) para poner en pr¨¢ctica la mastectom¨ªa radical que lleva su nombre, y de la cual derivan las mastectom¨ªas actuales.
Si bien el c¨¢ncer de mama existe desde tiempos remotos, no fue hasta el Renacimiento cuando se evidenci¨® p¨²blicamente en pintura y escultura. Por entonces era una enfermedad local; hoy sabemos que se trata de una enfermedad sist¨¦mica. En los tiempos de Rafael y de Miguel ?ngel, cuando el humanismo empez¨® a determinar una nueva concepci¨®n del mundo, el c¨¢ncer de mama se empezar¨ªa a mostrar en las bellas artes, como si los artistas quisieran con ello nutrir el futuro cient¨ªfico mostrando ejemplos de la enfermedad. Para que nadie saliese diciendo que, antiguamente, el c¨¢ncer no exist¨ªa.
El hacha de piedra es una secci¨®n donde Montero Glez, con voluntad de prosa, ejerce su asedio particular a la realidad cient¨ªfica para manifestar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento
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