Las tres gracias de Rubens son cuarks
Un libro invita a contemplar las obras del Museo del Prado a trav¨¦s de los ojos de la ciencia
Las tres gracias son cuarks. Al menos eso se puede ver en la representaci¨®n de Rubens (de 1635) que se expone en el Museo del Prado: bailan muy juntas, unidas por unas leves gasas, cada una con el cabello de un color. Los cuarks, seg¨²n la teor¨ªa f¨ªsica actualmente aceptada, el Modelo Est¨¢ndar, son los componentes fundamentales de otras part¨ªculas como el prot¨®n. Se re¨²nen de tres en tres, fuertemente unidos y pueden ser de diferentes colores (como las melenas de las Gracias). Tres cuarks forman un prot¨®n. As¨ª, las tres Gracias, pueden ser, tambi¨¦n, un prot¨®n.
Quien ve esta curiosa analog¨ªa cient¨ªfica es el matem¨¢tico y novelista Jos¨¦ David de la Fuente, que ha pasado tres a?os paseando por el Museo del Prado y tratando de encontrar la ciencia dentro de los cuadros. Y ciencia de altos vuelos: Relatividad, Mec¨¢nica Cu¨¢ntica, F¨ªsica de Part¨ªculas¡ A veces, como se ve, de manera muy imaginativa. ¡°Se suelen ense?ar la ciencia y el arte como elementos inconexos¡±, dice De la Fuente, ¡°yo pretendo tender puentes entre ambos campos¡±.
Por ejemplo, en El Lavatorio (1547) de Tintoretto se encuentra la contracci¨®n einsteniana del espacio y en El rapto de Helena (1579), del mismo autor, en vez de una batalla entre troyanos y espartanos, De la Fuente ve una lucha entre terr¨ªcolas y alien¨ªgenas procedentes de un planeta cu¨¢ntico donde la incertidumbre de Heisenberg se percibe a nivel macrosc¨®pico. ¡°Hay que fijarse en esos caballos que se desdoblan, en esa masa de cuerpos borrosos que se despliega al fondo¡±, indica el profesor. Algunos ciervos, los del cuadro Cacer¨ªa en el castillo de Torgau en honor a Fernando I (1545), de Lucas Cranach el Viejo, producen con su movimiento en las aguas revueltas algo as¨ª como la representaci¨®n del espacio tiempo curvo que Einstein desarrolla en la Teor¨ªa de la Relatividad General: la masa hace que el espacio tiempo se deforme y los sucesos muy violentos pueden crear ondas gravitacionales.
¡°Fra Angelico no lo sab¨ªa, pero en La Anunciaci¨®n, de 1426, estaba adelantando alguno de los conceptos einstenianos¡±, dice el profesor. Uno de los experimentos mentales claves en el desarrollo conceptual de Einstein fue imaginar c¨®mo ser¨ªa ir montado en un rayo de luz. ¡°Fra Angelico representa el Esp¨ªritu Santo como una paloma sobre un rayo de luz¡±, dice De la Fuente, ¡°adem¨¢s, al viajar a la velocidad de la luz la masa de los cuerpos se transforma totalmente en energ¨ªa: como el Esp¨ªritu Santo¡±. Si bien se mira, todo encaja.
Despu¨¦s de jubilarse de sus clases, el matem¨¢tico convirti¨® al museo en algo as¨ª como su ¡°segunda casa¡±. Y de sus expediciones por sus salas ha salido el libro Di¨¢logos en el Prado sobre ciencia y arte, publicado por la Consejer¨ªa de Educaci¨®n, Juventud y Deporte de la Comunidad de Madrid, que se puede descargar gratuitamente de Internet. Especialmente dedicado a los j¨®venes (y a cualquier persona que no tenga conocimientos cient¨ªficos), en ¨¦l reproduce el g¨¦nero del di¨¢logo que conduce al conocimiento, siguiendo la tradici¨®n de los Di¨¢logos de Plat¨®n o el Di¨¢logo sobre los dos m¨¢ximos sistemas del mundo, de Galileo. En este caso, el profesor dialoga con su joven nieta.
Adem¨¢s de las grandes teor¨ªas de la F¨ªsica moderna, el autor se fija en la precisa forma de representar la luz y las sombras que se ve en el cuadro Santa B¨¢rbara (1438) de Robert Campin, en los pliegues las t¨¦cnicas de superposici¨®n de figuras que produce la imagen tridimensional en El descendimiento (1443) de Van Der Weyden o en la presencia de las ideas creacionistas en El jard¨ªn de la delicias (1515) de El Bosco que, adem¨¢s, en su trasera muestra una grisalla con una representaci¨®n ptolemaica, es decir, geoc¨¦ntrica, del Universo.
¡°Hay gente a la que le puede parecer prosaico o extra?o buscar la ciencia dentro de estas obras, pero otro de mis prop¨®sitos es mostrar que la belleza no solo se encuentra en el arte y las Humanidades¡±, dice el autor. Como ejemplifica, para algunos matem¨¢ticos como Paul Dirac, la belleza tambi¨¦n era importante a la hora de encontrar ecuaciones f¨ªsicas (una ecuaci¨®n bella es la que tiene sencillez, simetr¨ªa, etc¨¦tera). ¡°Quien sepa conjugar la belleza pl¨¢stica con la intelectual conseguir¨¢ disfrutar mucho m¨¢s del Museo del Prado¡±.
En la sala de las atormentadas Pinturas Negras de Goya, El perro semihundido (1823), misterioso, mira, hacia ning¨²n sitio desde una entidad extra?a que lo engulle irremediablemente. ¡°?Qu¨¦ forma m¨¢s bella y enigm¨¢tica de representar un agujero negro!¡±, concluye De la Fuente.
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