Al borde de la muerte a los 18 a?os por una superbacteria
Dani R¨ªo es uno de los miles de pacientes que sufren infecciones resistentes a antibi¨®ticos cada a?o en Espa?a, un problema que mata cuatro veces m¨¢s que los accidentes de tr¨¢fico
En apenas unos d¨ªas de invierno de 2019, Dani R¨ªo pas¨® de ser un chaval de 18 a?os con una vida normal a estar al borde de la muerte. La culpable fue una bacteria resistente a todos los antibi¨®ticos que se hab¨ªa acantonado en su sistema respiratorio. Fue el comienzo de tres a?os de tratamientos, comas inducidos, viajes en aviones medicalizados y la entrada en lista de espera para un doble trasplante de pulm¨®n. Su terrible historia ilustra un creciente problema de salud global que solo en Espa?a mata a unas 4.000 personas cada a?o, cuatro veces m¨¢s que los accidentes de tr¨¢fico. Si la situaci¨®n...
En apenas unos d¨ªas de invierno de 2019, Dani R¨ªo pas¨® de ser un chaval de 18 a?os con una vida normal a estar al borde de la muerte. La culpable fue una bacteria resistente a todos los antibi¨®ticos que se hab¨ªa acantonado en su sistema respiratorio. Fue el comienzo de tres a?os de tratamientos, comas inducidos, viajes en aviones medicalizados y la entrada en lista de espera para un doble trasplante de pulm¨®n. Su terrible historia ilustra un creciente problema de salud global que solo en Espa?a mata a unas 4.000 personas cada a?o, cuatro veces m¨¢s que los accidentes de tr¨¢fico. Si la situaci¨®n sigue como hasta ahora, en pocas d¨¦cadas estas infecciones incurables matar¨¢n a m¨¢s gente que el c¨¢ncer a nivel mundial.
Dani, un chaval nacido en Barcelona de padres vascos, sufre fibrosis qu¨ªstica desde que naci¨®. Esta dolencia de origen gen¨¦tico provoca trastornos respiratorios y da?o en otros ¨®rganos, pero a ¨¦l con el tratamiento est¨¢ndar le hab¨ªa ido muy bien hasta el oto?o de 2018, cuando le empez¨® a faltar la respiraci¨®n. En invierno le hicieron unos an¨¢lisis que detectaron Mycobacterium abscessus, una bacteria no muy com¨²n. Los pacientes de fibrosis qu¨ªstica tienen tendencia a sufrir infecciones respiratorias. Los m¨¦dicos comenzaron a probar con Dani un antibi¨®tico tras otro, hasta cinco diferentes administrados en el hospital y tambi¨¦n por v¨ªa intravenosa en su propia casa, pues los orales ya no serv¨ªan para nada. ¡°Fue como intentar matar la bacteria a ca?onazos¡±, recuerda Dani. ¡°Los m¨¦dicos te dan antibi¨®ticos hasta que aguantes¡±.
La infecci¨®n mejor¨® al acabar el verano. El chico pudo retomar los estudios, pero unos d¨ªas antes de su cumplea?os, el 29 de septiembre, un catarro que probablemente pill¨® en el instituto reactiv¨® la infecci¨®n bacteriana. En unos pocos d¨ªas su capacidad pulmonar baj¨® del 120% ¡ªDani era un chaval deportista que jugaba al f¨²tbol y al tenis¡ª al 45%. ¡°Estaba hecho una piltrafa, medio muerto en vida¡±, recuerda el joven, ahora con 20 a?os. ¡°Tuve que dejar el deporte y las clases, no me daba el cuerpo para nada. Fue tan r¨¢pido que apenas me di cuenta de lo que pasaba¡±, recuerda.
Aqu¨ª comenz¨® la parte m¨¢s dura de su historia. Le ingresaron con una saturaci¨®n de di¨®xido de carbono en sangre enorme. Su coraz¨®n lat¨ªa desbocado como si estuviera corriendo un marat¨®n. Los m¨¦dicos decidieron inducirle un coma y fletaron un vuelo medicalizado para trasladarle desde Palma de Mallorca, donde viv¨ªa, hasta el Hospital de la Fe de Valencia. Dani entr¨® en lista de espera para que le trasplantasen los pulmones. Pero antes hab¨ªa que acabar con la infecci¨®n y esta no remit¨ªa a pesar de todos los antibi¨®ticos recibidos. Estuvo tres semanas en la UCI.
¡°No d¨¢bamos un duro por ¨¦l¡±, confiesa Amparo Sol¨¦, coordinadora del programa de trasplante pulmonar en la Fe, quien decidi¨® aceptar a Dani, que ven¨ªa ya rechazado por otro gran hospital del pa¨ªs. ¡°Es un caso ¨²nico. En 23 a?os de experiencia es el primer paciente en esta situaci¨®n que veo salir¡±, resalta Sol¨¦.
Hubo cierta mejor¨ªa y le dejaron salir a un piso tutelado en el que vivi¨® con su madre. Su padre se escapaba del trabajo los fines de semana para reunirse con ellos. ¡°Estaba muy bajo de moral y pensamos: o reactivamos a esta criatura o le perdemos¡±, recuerda Paz Arizti, su madre.
Los padres de Dani son bi¨®logos y les llam¨® mucho la atenci¨®n un estudio que acababa de salir en Nature, una de las revistas cient¨ªficas m¨¢s prestigiosas. Una chavala de 15 a?os con fibrosis qu¨ªstica y una infecci¨®n intratable por una bacteria de la especie M. abscessus se hab¨ªa curado con una terapia experimental a base de virus bacteri¨®fagos que matan bacterias. Carlos, el padre de Dani, contact¨® con los cient¨ªficos estadounidenses y les envi¨® cultivos de la bacteria de su hijo para que encontrasen un fago capaz de matarla. No hubo suerte: la abscessus es una infecci¨®n poco com¨²n y no se conoc¨ªan bacteri¨®fagos efectivos contra ella.
¡°Nunca eres consciente de que pueden pasar estas cosas. Es una putada y cuando sucede simplemente intentas asumirla con toda la entereza que puedas¡±,Carlos R¨ªo, bi¨®logo y padre de un afectado
Carlos recurri¨® entonces a Pilar Domingo-Calap, una cient¨ªfica especialista en fagos terap¨¦uticos que trabaja en Valencia. Esta investigadora fue al hospital donde estaba Dani y tom¨® muestras de casi todas partes, incluso de las aguas fecales, con la esperanza de encontrar un virus capaz de eliminar la infecci¨®n recalcitrante. Al mismo tiempo Dani comenz¨® a recibir una terapia novedosa contra la fibrosis qu¨ªstica que hab¨ªa funcionado bien en los ensayos cl¨ªnicos y que ataca el origen de la enfermedad, la prote¨ªna CFTR. No se sabe bien por qu¨¦, pero Dani est¨¢ mejor desde entonces. Ha vuelto a casa, su trasplante se ha puesto en espera y ha retomado los estudios de segundo de bachillerato tras esta odisea. Su entereza es asombrosa.
¡°Despu¨¦s de tres a?os tomando cuatro antibi¨®ticos diarios intravenosos tengo muchos efectos secundarios. Me he quedado casi sordo y tengo parestesia en las piernas por la estancia en UCI. Me duelen mucho y mis pies son como ladrillos, no los controlo bien¡±, relata. Sus padres han instalado un peque?o gimnasio en una de las habitaciones de su casa en Palma. ¡°Hago mucho ejercicio. La capacidad pulmonar no sube mucho a¨²n, pero yo me encuentro mucho mejor. Puedo caminar y hacer pesas¡±, celebra el joven.
Tanto Dani como sus padres reconocen que antes de todo esto no hab¨ªan pensado en las infecciones resistentes; era un problema totalmente ajeno. A partir de esta crisis han decidido compartir su historia para que se visualice el enorme problema que suponen. ¡°Nunca eres consciente de que pueden pasar estas cosas. Es una putada y cuando sucede simplemente intentas asumirla con toda la entereza que puedas¡±, dice Carlos.
La casualidad quiso que en Valencia, Marta, otra joven bi¨®loga, contactase con Pilar Domingo para preguntarle si los fagos podr¨ªan matar a las bacterias que llevaban cuatro a?os afectando a su padre. Emilio M. Bosch es un economista de 73 a?os al que la vida le cambi¨® con la jubilaci¨®n. ¡°Yo tuve buena salud hasta que dej¨¦ de trabajar. Es una impresi¨®n personal, pero a partir de entonces tal vez por el par¨®n de la tensi¨®n de mi trabajo, que era bastante, empec¨¦ a tener problemas en las rodillas y me tuvieron que poner dos pr¨®tesis¡±, explica. Lo peor fue que adem¨¢s el m¨¦dico le detect¨® una infecci¨®n de orina con la bacteria E. coli. Antes de cada intervenci¨®n era necesario eliminarla, as¨ª que el paciente empez¨® a tomar antibi¨®ticos de forma m¨¢s o menos regular. Despu¨¦s vinieron un par de intervenciones en la pr¨®stata y una operaci¨®n de ri?¨®n. La bacteria desaparec¨ªa tras el tratamiento y volv¨ªa despu¨¦s. La infecci¨®n por ahora no le causa muchos problemas de salud, pero s¨ª debe acudir al hospital cada tres meses para el resto de su vida y hacerse un an¨¢lisis cada mes y medio. ¡°Cuando te jubilas piensas que vas a hacer tres vueltas al mundo y lo que haces son tres vueltas al quir¨®fano¡±, bromea. Lo peor, dice, es ¡°el agotamiento mental¡±. ¡°Me siento muy impotente y no es que la sanidad p¨²blica me haya tratado mal, todo lo contrario, pero es lo que siento porque lo ¨²nico que pueden ofrecerme es un antibi¨®tico nuevo cada dos meses¡±, lamenta.
La hija de Emilio contact¨® con Pilar Domingo-Calap, que busc¨® fagos capaces de eliminar las infecciones que sufr¨ªa su padre. La investigadora dirige un proyecto para buscar virus contra las bacterias resistentes m¨¢s peligrosas y crear librer¨ªas de cara a posibles tratamientos en el futuro. En el caso de Emilio ¡°la infecci¨®n urinaria recurrente la causan las bacterias Klebsiella pneumoniae y Escherichia coli. Hemos aislado fagos y estamos avanzando hacia la preparaci¨®n de las muestras para su uso compasivo¡±, explica. A¨²n no ha conseguido dar con fagos efectivos contra la bacteria de Dani R¨ªo.
La resistencia a antibi¨®ticos es un problema complej¨ªsimo ocasionado por un instinto muy b¨¢sico: la lucha por sobrevivir. Las bacterias son el organismo vivo m¨¢s abundante en el planeta y llevan m¨¢s de 3.000 millones de a?os sobreviviendo a todo tipo de ataques externos. Cuando el uso de antibi¨®ticos se generaliz¨® en la d¨¦cada de los cincuenta del pasado siglo, comenzaron a surgir variantes resistentes. En los noventa hab¨ªa tantos antibi¨®ticos disponibles que se pens¨® que era posible erradicar ciertas bacterias nocivas. Pero el uso descontrolado y abusivo de estos f¨¢rmacos tanto para curar a personas como para engordar animales de granja potenci¨® la aparici¨®n de bacterias multirresistentes ¡ªinmunes a varios tipos de antibi¨®ticos¡ª y panresistentes ¡ªimposibles de eliminar con estos medicamentos¡ª.
Estos microbios afectan a las personas m¨¢s d¨¦biles: gente con el sistema inmune debilitado, enfermos hospitalizados y, sobre todo, los ingresados en las unidades de cuidados intensivos. Las bacterias se acantonan en cat¨¦teres, respiradores, v¨ªas. Los m¨¦dicos las combaten con asepsia y antis¨¦pticos, pero la lucha contra ellas contribuye en parte a generar m¨¢s resistencias, explica ?ngel Asensio, jefe de Medicina Preventiva del Hospital Puerta de Hierro de Madrid. ¡°Cuando un paciente tiene una bacteria multirresistente y aplicas un antibi¨®tico lo que haces es eliminar al resto de bacterias que hay en su organismo y dejar solo la resistente¡±, explica. ¡°Si tenemos en cuenta que la mitad de los pacientes ingresados toma alg¨²n tipo de antibi¨®ticos, el resultado es que los hospitales se convierten en un foco diseminador¡±, resalta.
En Espa?a, el 5% de los ingresados adquiere una infecci¨®n en el hospital que no ten¨ªa antes y de ellos, el 20% o m¨¢s pueden ser resistentes, explica Asensio. En la mayor¨ªa de los casos la infecci¨®n no ser¨¢ grave, pero esto en parte fomenta el problema. Muchos pacientes ¡ªy personal m¨¦dico¡ª se convierten en portadores de un microbio resistente que no les hace da?o, pero que pueden contagiarle a otro paciente si no se extreman las medidas b¨¢sicas de higiene como lavarse las manos y aislar a los pacientes infectados, algo muy complicado en hospitales sobrecargados donde la mayor¨ªa de las habitaciones son dobles. De esta forma hay muchos pacientes portadores de estas bacterias que las llevan al exterior, donde el mal uso de los antibi¨®ticos ya fomenta por s¨ª solo el desarrollo de nuevas resistencias.
La falta de nuevos antibi¨®ticos desarma a los m¨¦dicos. ¡°Las combinaciones de antibi¨®ticos que llegamos a usar llega a ser kafkiana y en ocasiones no funcionan; es muy frustrante¡±, confiesa Jes¨²s Rodr¨ªguez Ba?o, jefe de Infecciosas del Hospital Virgen de la Macarena, en Sevilla. Este centro fue uno de los pioneros en Espa?a en la aplicaci¨®n de nuevas estrategias a finales de los 90 para minimizar el impacto de estas infecciones, un proyecto reforzado por el Gobierno con el Plan Nacional de Resistencia a Antibi¨®ticos a partir de 2014. Seg¨²n los datos m¨¢s recientes, entre 2014 y 2020 el consumo nacional de antibi¨®ticos baj¨® un 32,4 % en salud humana y un 56,7 % en sanidad animal.
Espa?a tiene una incidencia de estas resistencias mayor que en los pa¨ªses del norte de Europa, donde el uso de antibi¨®ticos est¨¢ muy controlado, pero menor que en otros pa¨ªses de nuestro entorno como Portugal, Italia o Grecia, donde ¡°la mortalidad por infecciones resistentes puede llegar a ser del 50% en algunos hospitales¡±, resalta Rodr¨ªguez.
Un aspecto algo oculto es que estas bacterias se ceban con los reci¨¦n nacidos, especialmente los prematuros porque su sistema inmune es a¨²n d¨¦bil, destaca Mar¨ªa del Mar Tom¨¢s, microbi¨®loga del Hospital de A Coru?a que lleva casi toda su carrera luchando contra estas infecciones. Su tesis doctoral en 2008 se centr¨® en un brote de Acinetobacter baumannii en el hospital. ¡°Los genes de resistencia a antibi¨®ticos en las bacterias van asociados a mecanismos de resistencia a los antis¨¦pticos que usamos para eliminarlas, con lo que acaban colonizando los entornos hospitalarios¡±, resalta Tom¨¢s.
La incidencia en ni?os de m¨¢s edad tambi¨¦n va en aumento, explica Fernando Baquero, de la Sociedad Espa?ola de Infectolog¨ªa Pedi¨¢trica. ¡°Estas infecciones son causa frecuente de fiebre en ni?os con factores de riesgo, inmunodeprimidos, con enfermedades cr¨®nicas, con ingresos prolongados en unidades de cuidados intensivos o cirug¨ªas complejas. La escalada de resistencias en estas bacterias es preocupante. Con las bacterias panresistentes las opciones terap¨¦uticas son muy limitadas y debemos utilizar nuevos antibi¨®ticos con experiencia muy limitada en pediatr¨ªa y fuera de su indicaci¨®n original. Muchas de estas bacterias resistentes colonizan el intestino de estos pacientes y pueden transmitirse a otros ni?os si no se realizan medidas de prevenci¨®n adecuadas¡±, relata.
¡°Las combinaciones de antibi¨®ticos que llegamos a usar llega a ser kafkiana y en ocasiones no funcionan; es muy frustrante¡±Jes¨²s Rodr¨ªguez Ba?o, jefe de Infecciosas del Hospital Virgen de la Macarena, en Sevilla
Lo m¨¢s preocupante es que no existe una soluci¨®n clara a este problema. Grandes farmac¨¦uticas han abandonado el desarrollo de nuevos antibi¨®ticos. Los tratamientos experimentales con fagos se aplican solo como ¨²ltimo recurso y benefician solo a unos pocos pacientes. El volumen global de resistencias bacterianas sigue en aumento tanto dentro de los hospitales como fuera de ellos con la emergencia de tuberculosis, gonococos y gonorreas de transmisi¨®n sexual resistentes a antibi¨®ticos.
Estas infecciones matan a 1,2 millones de personas cada a?o en todo el mundo, una cifra superior a la que se estimaba, seg¨²n ha desvelado el mayor estudio hasta la fecha sobre esta pandemia silenciosa. Los autores proponen medidas urgentes para paliar esta crisis, como minimizar las infecciones en los hospitales, reducir m¨¢s a¨²n el uso de antibi¨®ticos, especialmente en ganader¨ªa, y financiar el desarrollo de nuevos antibacterianos.
Jos¨¦ Miguel Cisneros, jefe de Infecciosas del Hospital Virgen del Roc¨ªo de Sevilla, participa en un gran proyecto de la UE para la b¨²squeda de nuevos antibi¨®ticos entre el sector p¨²blico y el privado con unos 650 millones de euros de presupuesto. En Espa?a, desde 2014 el plan nacional de resistencia a antibi¨®ticos solo ha recibido 2,5 millones de euros. ¡°La financiaci¨®n de este problema no es suficiente¡±, opina Cisneros.
El experto resalta que la pandemia de covid ha empeorado las cosas, pues ha aumentado el uso de antibi¨®ticos, que se daban como tratamiento con la esperanza de obtener alg¨²n beneficio y que inevitablemente aumentar¨¢ las resistencias especialmente en los hospitales, que son ¡°un entorno perfecto para las bacterias¡±. ¡°Si nos quedamos sin antibi¨®ticos la medicina moderna se viene abajo¡±, resume Cisneros. ¡°Los trasplantes de ¨®rganos, el tratamiento de leucemias y muchos otros c¨¢nceres... todo depende de estos f¨¢rmacos¡±, a?ade.
Puedes contactar con nosotros en nuno@esmateria.com, seguir a MATERIA en Facebook, Twitter e Instagram, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.