Las bacterias superresistentes, el otro gran problema de salud global frente al que tambi¨¦n fuimos advertidos
El mal uso de los antibi¨®ticos reduce su eficacia y para las empresas farmac¨¦uticas no es rentable la creaci¨®n de nuevos medicamentos que los sustituyan
Hace cuatro a?os, la Asamblea General de las Naciones Unidas firm¨® una declaraci¨®n para coordinar a los estados miembros frente a una amenaza sanitaria de grandes dimensiones. Hasta la primera mitad del siglo XX, la principal causa de la muerte en el mundo eran las infecciones por virus o bacterias. Las vacunas ayudaron con los primeros y los antibi¨®ticos redujeron dr¨¢sticamente la letalidad de las segundas. Pero como advirti¨® Alexander Fleming, uno de los creadores de estos medicamentos, desde que se comenz¨® a utilizar la penicilina, las bacterias empezaron a adaptarse para sobrevivir. Hoy, la resistencia a los antibi¨®ticos es una amenaza que crece a diario y contra la que los expertos llevan tiempo previniendo, como sucedi¨® con la gran pandemia.
Todos los a?os, alrededor de 700.000 personas mueren por infecciones causadas por bacterias resistentes a los medicamentos disponibles y la previsi¨®n es que ese n¨²mero crezca paulatinamente en los pr¨®ximos a?os. Jes¨²s Rodr¨ªguez Ba?o, portavoz de la Sociedad Espa?ola de Enfermedades Infecciosas y Microbiolog¨ªa Cl¨ªnica (SEIMC), asegura que, en los hospitales, ¡°tener bacterias resistentes a muchos antibi¨®ticos antes era una rareza y ahora es frecuente¡±.
Entre el 70% y el 80% de los pacientes con covid reciben antibi¨®ticos, aunque los que tienen infecci¨®n bacteriana al entrar no superan el 5% y solo llegan al 15% durante el ingreso
El mal uso de estos medicamentos entre la poblaci¨®n, en los hospitales o con los animales, es la principal causa de que los microorganismos los toleren mejor. Cuando se finaliza un tratamiento antes de tiempo o se toma un antibi¨®tico cuando no es necesario, la bacteria sobrevive despu¨¦s de haber tenido contacto con el f¨¢rmaco y sale reforzada para ocasiones posteriores, como si hubiese recibido un entrenamiento. Rodr¨ªguez Ba?o recuerda que, durante esta crisis del coronavirus, en pa¨ªses como Reino Unido y Espa?a, ¡°entre el 70% y el 80% de los pacientes con covid reciben antibi¨®ticos, aunque los que tienen infecci¨®n bacteriana al entrar no superan el 5% y solo llegan al 15% durante el ingreso¡±.
Adem¨¢s, la globalizaci¨®n est¨¢ facilitando la expansi¨®n de las resistencias, que se pueden intercambiar entre bacterias. En un estudio reciente, se observ¨® c¨®mo una prote¨ªna que ofrece a las bacterias resistencia a los antibi¨®ticos y se detect¨® por primera vez en un hospital de Nueva Delhi (India) en 2008, salt¨® a las aguas de la ciudad y en pocos a?os lleg¨® a m¨¢s de 100 pa¨ªses. En 2013, apareci¨® incluso en muestras de bacterias tomadas en el archipi¨¦lago ¨¢rtico de Svalbard.
Rafael Cant¨®n, jefe del Servicio de Microbiolog¨ªa en el Hospital Universitario Ram¨®n y Cajal, en Madrid, marca diferencias entre la r¨¢pida expansi¨®n de una pandemia como la del SARS-CoV-2 y el impacto sobre la salud global que puede tener la aparici¨®n de resistencias. ¡°La dispersi¨®n de una bacteria que sea multirresistente es posible, pero las din¨¢micas de dispersi¨®n y las posibilidades de control hacen que el proceso sea m¨¢s lento¡±, explica.
Acuerdos como el tomado por la ONU y los planes nacionales para combatir las bacterias superresistentes muestra que hay un consenso internacional en la existencia del problema y en su importancia, pero la complejidad de algunas medidas y la misma aparici¨®n de la covid est¨¢ ralentizando su puesta en marcha. Pese a que se haya identificado el problema del uso excesivo de antibi¨®ticos, la SEIMC, que estima que una de cada dos peticiones de antibi¨®ticos en Espa?a es inadecuada, denunciaba hace dos a?os que no hay inversi¨®n para formar en la aplicaci¨®n de unos f¨¢rmacos que, a diferencia de otros medicamentos como los antitumorales, son prescritos por todos los m¨¦dicos. ¡°Ahora la gente est¨¢ trabajando m¨¢s en la covid y muchos expertos no tienen tiempo para esto, pero igual que tenemos que hacer compatible las cirug¨ªas con el tratamiento del covid, tenemos que hacerlo compatible con un buen uso de los antibi¨®ticos¡±, apunta Rodr¨ªguez Ba?o.
La aparici¨®n de una prote¨ªna que confiere superresistencia a algunas bacterias viaj¨® en pocos a?os de Delhi a unas islas del ?rtico
Otro punto fundamental en la guerra contra las bacterias es mantener el armamento actualizado. Hasta los a?os sesenta, se desarrollaron m¨¢s de 20 tipos nuevos de antibi¨®ticos, pero desde entonces la innovaci¨®n en este campo se ha ralentizado dr¨¢sticamente. Para las empresas farmac¨¦uticas, los antibi¨®ticos son poco rentables. A diferencia de superventas como los f¨¢rmacos oncol¨®gicos, que se pueden utilizar durante largos periodos, o las estatinas, que se recetan durante media vida, los antibi¨®ticos se aplican durante pocos d¨ªas y su uso se ha de limitar tanto como sea posible haciendo m¨¢s dif¨ªcil recuperar la inversi¨®n. Cant¨®n comenta que, en algunos casos, incluso despu¨¦s de haber creado el antibi¨®tico, ¡°alguno se ha retirado del mercado porque si el pago se realizaba por paciente tratado, a la empresa no le sal¨ªan las cuentas¡±. Para resolver esa situaci¨®n, muchos pa¨ªses est¨¢n tratando de dise?ar otras formas de pago que incentiven la innovaci¨®n sin necesidad de que luego el medicamento creado deba aplicarse con mucha frecuencia, durante mucho tiempo o a muchas personas para que exista un retorno econ¨®mico.
El pasado mes de julio, una veintena de las principales compa?¨ªas biotecnol¨®gicas y farmac¨¦uticas del mundo lanzaron el Fondo de Acci¨®n AMR, una iniciativa con la que pretenden desarrollar entre dos y cuatro antibi¨®ticos innovadores durante la pr¨®xima d¨¦cada. De momento, ya han comprometido una inversi¨®n de 1.000 millones de d¨®lares y buscar¨¢n inversi¨®n e incentivos por parte de gobiernos y organizaciones internacionales como el Banco Europeo de Inversiones o la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS).
En un informe de 2016, la OMS estim¨® que en 2050, si no se toman medidas, las superbacterias resistentes provocar¨¢n alrededor de 10 millones de muertes, por encima del c¨¢ncer, una cifra que las colocar¨ªa como la primera causa de muerte global. A diferencia de la emergencia de un nuevo virus letal, esta amenaza mundial ir¨¢ creciendo de forma paulatina y a¨²n hay tiempo para mitigar sus efectos.
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