Los cambios en el comportamiento de los tiburones ballena alertan del posible impacto del ¡®ecoturismo¡¯
Los cient¨ªficos denuncian los efectos que provoca bucear con esta especie y plantean si las actividades tur¨ªsticas son perjudiciales para los animales
El pez m¨¢s grande que existe se ha convertido en una atracci¨®n tur¨ªstica. Desde hace a?os, viajeros y cient¨ªficos acuden a distintos destinos del mundo con la ilusi¨®n de observar, convivir y retratarse junto al tibur¨®n ballena. Entre barcos de empresas tur¨ªsticas, excursionistas y equipos de buceo, el bi¨®logo brit¨¢nico Joel Gayford monitore¨® los h¨¢bitos de estos animales en el mar de Baja California Sur (M¨¦xico), e identific¨® un comportamiento alterado a ra¨ªz de interacciones con humanos, as¨ª como los efectos que esto puede tener sobre el entorno natural. La investigaci¨®n acaba de publicarse en la revista Nature.
A diferencia de estudios antes realizados con tiburones ballena, que se hac¨ªan filmando desde el agua o barcos, esta investigaci¨®n utiliz¨® drones para registrar los movimientos sin interferir en la conducta natural del animal. Las im¨¢genes capturadas por los veh¨ªculos a¨¦reos no tripulados se analizaron con un sistema de algoritmos y estad¨ªsticas. Los resultados sugieren que la presencia de humanos aumenta la probabilidad de que los tiburones ballena tengan cambios en su comportamiento, como permanecer largos periodos en estado de perturbaci¨®n, mayor gasto energ¨¦tico y reducci¨®n de la velocidad.
Gayford, experto en tiburones por el Imperial College de Londres, explica que esa alteraci¨®n de la conducta puede impactar en la elecci¨®n de h¨¢bitat por parte de los animales, ocasionando importantes consecuencias en un fen¨®meno conocido como cascadas tr¨®ficas. ¡°Si una poblaci¨®n de tiburones modifica su ubicaci¨®n preferida, entonces cambia la abundancia de las especies con las que se alimenta, creando un efecto de cascada que puede transformar la abundancia de muchas especies en todo un ecosistema¡±. Esta especie act¨²a como un importante flujo biol¨®gico de nutrientes entre ecosistemas, por lo que el abandono de un ¨¢rea o un menor ¨¦xito en la b¨²squeda de alimento, puede tener consecuencias a largo plazo en el ciclo de nutrientes. ¡°Las actividades por s¨ª mismas, as¨ª como las perturbaciones y alteraciones del paisaje que provocan, pueden tener efectos desastrosos para la migraci¨®n, la reproducci¨®n y otras formas de vida¡±, detalla.
Los tiburones ballena pueden medir m¨¢s de 12 metros, destacan por sus llamativas manchas blancas, se alimentan principalmente de plancton y son inofensivos, por lo que son ideales para el ecoturismo. Pero cuando los animales se convierten en una atracci¨®n, puede ser complicado respetar su espacio. Los gu¨ªas de este sector piden a los turistas seguir tres simples reglas al estar cerca de un tibur¨®n: ¡°No tocar, no montar, no estorbar¡±. Se debe mantener una distancia de cinco a seis metros, no est¨¢ permitido usar flash y las embarcaciones deben reducir la velocidad al estar cerca de los animales, pero ?son suficientes estas restricciones?
El turismo amenaza al tibur¨®n blanco
Irene G¨®mez, bi¨®loga marina de la Universidad de Granada, vive desde hace nueve a?os en las Islas Maldivas y es experta en tibur¨®n ballena. En el ?rea Mar¨ªtima Protegida de Ari Sur, donde trabaja, se puede ver a estos peces todos los d¨ªas del a?o. G¨®mez lamenta que ¡°se ha convertido en una moda y la gente no cumple las normas de convivencia¡±. Asegura que aunque las empresas respetan mucho el h¨¢bitat, el turismo pueda dejar huella en las especies. De los 708 tiburones ballena que hay en la zona, el 76% tienen da?os. La mayor parte de las heridas son por cortes con h¨¦lices de lanchas r¨¢pidas que incumplen las normativas de velocidad.
El autor del estudio, por su parte, sugiere que para prevenir cambios de comportamiento ¡°potencialmente negativos¡± en los tiburones ballena, es necesario aumentar la distancia m¨ªnima permitida entre humanos y tiburones. En otras especies ya se han observado cambios de conducta. La Comisi¨®n Nacional de ?reas Protegidas suspendi¨® las actividades tur¨ªsticas relacionadas con el tibur¨®n blanco el pasado febrero en esta misma zona al detectar ¡°malas pr¨¢cticas que pon¨ªan en riesgo a la especie¡±. Antes de esta medida, los aventureros se sumerg¨ªan en un mar infestado de estos tiburones, encerrados en jaulas de barrotes.
El ecoturismo de tiburones es una industria global. Australia, las Islas Maldivas, la costa de Mozambique, Indonesia y Filipinas son otros destinos populares para nadar con estos animales.
Los tiburones se encuentran entre los m¨¢s amenazados de todos los vertebrados. De acuerdo con una investigaci¨®n de la UICN (Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza), m¨¢s de un tercio de tiburones y rayas est¨¢n en peligro de extinci¨®n. El cambio clim¨¢tico, la destrucci¨®n del h¨¢bitat y la sobrepesca son las principales amenazas para los tiburones. La pesca furtiva golpea a estos animales, que se practica exhaustivamente en algunos pa¨ªses asi¨¢ticos, donde son considerados un plato gourmet. Uno de sus principales destinos es China y el precio por cada cuerpo oscila entre los 3.000 y los 4.000 euros. La carne y las aletas se consumen como alimento y la piel se vende para bolsos.
El ecoturismo es un modo vacacional diferente al tradicional, que en principio busca ser m¨¢s responsable con la naturaleza. Sin embargo, si no est¨¢ bien gestionado, puede tener efectos negativos en el medio ambiente. La contaminaci¨®n, la degradaci¨®n de los ecosistemas y, como sugiere este estudio, la alteraci¨®n de los h¨¢bitos de los animales, son algunos de ellos. ¡°El ecoturismo de verdad requiere normas y responsabilidad. No por ponerle la etiqueta verde a algo, significa que realmente lo sea¡±, apunta G¨®mez.
En algunos casos puede que el turismo ofrecido como ecol¨®gico no tenga impactos importantes en el entorno, pero los expertos coinciden en que es necesaria m¨¢s investigaci¨®n y colaboraci¨®n. Gayford lamenta que una de las problem¨¢ticas que enfrentan los cient¨ªficos es ¡°la insuficiente integraci¨®n con organismos reguladores de las actividades que ponen en peligro a las especies¡± y considera que deber¨ªa existir ¡°una mayor cooperaci¨®n entre los cient¨ªficos y los proveedores de ecoturismo para ayudar a garantizar que las actividades se realicen de la manera m¨¢s segura posible¡±.
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