La homosexualidad en los mam¨ªferos tiene una utilidad?evolutiva
Un estudio muestra que es m¨¢s habitual en las especies sociales y los animales donde hay agresi¨®n letal entre machos, donde funcionar¨ªa como mecanismo adaptativo para rebajar la agresividad
La ciencia ha documentado la conducta homosexual en unas 1.500 especies de todos los ¨®rdenes del reino animal, desde los insectos hasta los primates, pasando por las ara?as, los delfines o los nem¨¢todos. Es posible que esta universalidad hubiera desconcertado a Charles Darwin. De hecho, las relaciones sexuales con los cong¨¦...
La ciencia ha documentado la conducta homosexual en unas 1.500 especies de todos los ¨®rdenes del reino animal, desde los insectos hasta los primates, pasando por las ara?as, los delfines o los nem¨¢todos. Es posible que esta universalidad hubiera desconcertado a Charles Darwin. De hecho, las relaciones sexuales con los cong¨¦neres del mismo sexo est¨¢ considerada como una paradoja darwiniana: desde el punto de vista de la teor¨ªa de la evoluci¨®n, supone un coste en la eficacia biol¨®gica del individuo al no tener un efecto directo en el fin ¨²ltimo, la perpetuaci¨®n de la especie. Pero pueden existir otros efectos indirectos que expliquen no solo su pervivencia, sino que le den un papel destacado en la evoluci¨®n de buena parte de los seres vivos. Es lo que sugiere un trabajo cient¨ªfico que muestra c¨®mo el comportamiento homosexual en mam¨ªferos, aunque minoritario, es m¨¢s frecuente en las especies m¨¢s sociales.
Algunas de las teor¨ªas sobre el porqu¨¦ del sexo animal con los del mismo sexo recuerdan a las mantenidas hasta no hace mucho para explicar la homosexualidad humana. Entre ellas est¨¢n las que mantienen que se trata de casos de confusi¨®n de identidad, o provocada por la frustraci¨®n sexual de no poder aparearse con el sexo contrario. Una tercera se apoya en lo observado cuando se enjaula la vida. La reducida disponibilidad y el control ejercido sobre los animales que viven en cautividad en instituciones como los zoos o los laboratorios llevar¨ªa a pr¨¢cticas homosexuales. Sin embargo, hay cient¨ªficos que sostienen que la homosexualidad puede ser una ventaja adaptativa.
Una investigaci¨®n realizada por investigadores espa?oles y publicada en la revista cient¨ªfica Nature Communications ha revisado lo que la ciencia sabe sobre la homosexualidad entre los mam¨ªferos. Sus resultados muestran que de las m¨¢s de 4.300 especies de la clase Mammalia, en 261 (el 4%) se han documentado conductas homosexuales. El abanico de estas conductas es muy amplio: va desde la c¨®pula hasta tener una pareja estable del mismo sexo, pasando por el contacto genital o el simple cortejo. El porcentaje sube a medida que se asciende en la taxonom¨ªa (la forma en la que los bi¨®logos organizan el ¨¢rbol de la vida). As¨ª, por encima de la especie, en la mitad de las familias de mam¨ªferos existen relaciones homosexuales, cifra que se eleva al 63% en la siguiente escala, la del orden. Tambi¨¦n han comprobado que no hay grandes diferencias de g¨¦nero: los machos tienen sexo con los machos en 199 especies, mientras que las hembras lo tienen entre ellas en 163. En m¨¢s de la mitad de estas especies, ejemplares de ambos g¨¦neros tienen alguna conducta homosexual.
Dentro de ese ¨¢rbol de la vida, las conductas homosexuales tienden a ser m¨¢s frecuentes en algunas de sus ramas que en otras. Los ¨®rdenes donde es m¨¢s habitual son los de los carn¨ªvoros, los ungulados, el de los marsupiales, como los canguros y los ualab¨ªes, roedores y, sobre todo, en los primates. Solo este ¨²ltimo orden, el de los humanos, incluye 51 especies donde la homosexualidad es relativamente habitual.
El trabajo va m¨¢s all¨¢ de cuantificar la conducta homosexual e intenta averiguar si aporta algo al avance evolutivo m¨¢s que ser un sinsentido evolutivo. Para hacerlo, los investigadores se apoyaron en el enfoque filogen¨¦tico que, en palabras del investigador de la Universidad de Valencia y coautor del estudio, Miguel Verd¨², ¡°utiliza el rastro que deja la evoluci¨®n en todas las especies para estudiar c¨®mo y cu¨¢ndo se ha originado un determinado comportamiento¡±. En su an¨¢lisis, los autores encuentran que la homosexualidad ha surgido de forma independiente en distintos linajes. ¡°Mapeando el comportamiento sexual entre individuos del mismo sexo en las especies de la filogenia de los mam¨ªferos, hemos podido saber cu¨¢ntas veces ha evolucionado, si lo ha hecho recientemente o no y si est¨¢ asociado a otros comportamientos que tambi¨¦n pueden mapearse en la filogenia¡±, a?ade Verd¨².
Lo que han visto es que la conducta homosexual no aparece aleatoriamente distribuida entre las distintas especies. Esto implica, seg¨²n dice el investigador de la Estaci¨®n Experimental de Zonas ?ridas (EEZA), instituto del CSIC y primer autor del estudio, Jos¨¦ Mar¨ªa G¨®mez, ¡°que este comportamiento aparece concentrado en grupos de especies emparentadas evolutivamente, por ejemplo, en varias especies de roedores o en diversas especies de ungulados o en muchas de primates¡±.
Con esta distribuci¨®n no aleatoria y el enfoque filogen¨¦tico, los investigadores pudieron examinar dos hip¨®tesis sobre la pervivencia de la homosexualidad animal. Por un lado, quer¨ªan ver si estas conductas cumpl¨ªan alguna funci¨®n social. Por el otro, indagaron su relaci¨®n con la agresi¨®n entre adultos, el adulticidio. Sus resultados niegan que se trate de una paradoja darwiniana. As¨ª, el estudio ha detectado una asociaci¨®n significativa entre la ocurrencia de comportamiento sexual entre individuos del mismo sexo y el establecimiento y mantenimiento de los lazos sociales. Por tanto, las especies sociales son las que mayor probabilidad tienen de exhibir este tipo de interacciones.
El comportamiento sexual entre individuos del mismo sexo es una adaptaci¨®n que juega un papel importante¡±Jos¨¦ Mar¨ªa G¨®mez, investigador de la Estaci¨®n Experimental de Zonas ?ridas (EEZA-CSIC)
¡°Nuestro estudio sugiere que el comportamiento sexual entre individuos del mismo sexo exhibido por mam¨ªferos no humanos, m¨¢s que un comportamiento aberrante o maladaptivo, es una adaptaci¨®n que juega un papel importante en el mantenimiento de las relaciones sociales en ambos sexos¡±, explica G¨®mez en una nota de prensa. En algunos casos, como el de los macacos rhesus de Puerto Rico, los machos mantienen m¨¢s relaciones sexuales entre ellos que con las hembras y lo hacen para reforzar sus coaliciones.
Los investigadores tambi¨¦n confirmaron, aunque parcialmente, su otra hip¨®tesis, al observar una correlaci¨®n entre adulticidio y homosexualidad: en las especies donde la agresividad dentro del mismo sexo es habitual, como en aquellas con grupos jer¨¢rquicos, como son los papiones o babuinos. Pero esta conexi¨®n solo se produce en el caso de los machos. Sobre esta diferencia, la investigadora de la Universidad de Granada y tambi¨¦n coautora del estudio, Adela Gonz¨¢lez, dice: ¡°Pensamos que esto ocurre porque el factor principal que se correlaciona con el comportamiento sexual entre individuos del mismo sexo en las hembras es el desarrollo de v¨ªnculos sociales en lugar de la evitaci¨®n de conflictos intrasexuales¡±. El ejemplo arquet¨ªpico de las primeras ser¨ªan las bonobas, que frotan sus genitales como medio para reforzar sus lazos.
La evoluci¨®n del comportamiento homosexual en machos y su relaci¨®n con la existencia previa del adulticidio entre ellos es uno de los resultados del trabajo que m¨¢s destaca el cient¨ªfico experto en cognici¨®n animal de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena (Austria), Antonio J. Osuna. ¡°Esto es sumamente interesante, pues sugiere que el comportamiento homosexual en machos podr¨ªa haber evolucionado como una forma de mitigar la agresi¨®n intrasexual (entre miembros del mismo sexo), pero ¨²nicamente entre machos¡±, dice en declaraciones a SMC Espa?a. Para Osuna, no relacionado con este estudio, habr¨ªa que investigar m¨¢s a fondo otro tipo de violencias no letales para ver si ah¨ª s¨ª juega alg¨²n papel el sexo entre hembras. Osuna termina afirmando: ¡°El estudio del comportamiento homosexual ha estado muy limitado por razones que todos conocemos, tanto en humanos como en otras especies animales, y estas razones son puramente sociales. Es muy interesante descubrir que nuestros ancestros comunes con otros grandes simios ya mostraban, con gran probabilidad, estos comportamientos, y que son tan naturales como cualquier otro¡±.
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