Los machos matan para tener cr¨ªas, las hembras para protegerlas
Un estudio analiza por primera vez los motivos por los que los mam¨ªferos acaban con la vida de otros miembros adultos de su propia especie: ¡°Es un fen¨®meno al que no se ha prestado suficiente atenci¨®n¡±
?Por qu¨¦ se matan los animales? Pudo creerse que solo los humanos matan a otros cong¨¦neres intencionadamente, pero hace tiempo se sabe que no es as¨ª. Incluso cuando Jane Goodall estremeci¨® con su relato de ¡°guerras¡± entre chimpanc¨¦s, se comprendi¨® que hab¨ªa animales capaces de ensa?arse con crueldad al matar a otro miembro de su misma especie, incluso amigo cercano. Pero tambi¨¦n cuando un animal mata a otro sin ese prop¨®sito deliberado, por ejemplo, en un enfrentamiento por ser el alfa, que provoca heridas incurables, ?cu¨¢l es el sentido evolutivo de esa muerte, si es que lo tiene?
¡°Es un fen¨®meno al que no se ha prestado suficiente atenci¨®n¡±, lamenta Jos¨¦ Mar¨ªa G¨®mez, uno de los tres investigadores que se han asomado por primera vez de forma sistem¨¢tica a este oscuro perfil de los mam¨ªferos. Y para su sorpresa, es una realidad mucho m¨¢s extendida de lo que se imaginaba. De las 1.000 especies de mam¨ªferos analizadas, algo m¨¢s de un tercio (352) presentaban casos de adulticidio, es decir, muertes provocadas a otro ejemplar adulto de la misma especie. Al menos 280 con registros de muertes provocadas en el medio salvaje. Adem¨¢s, consideran que estos n¨²meros seguramente estar¨¢n subestimados por falta de registro cient¨ªfico de muertes en otros animales. ¡°Nos sorprendi¨® la cantidad de especies, m¨¢s de las que registran infanticidios¡±, se?ala G¨®mez, cient¨ªfico del CSIC.
El infanticidio, matar a las cr¨ªas, es una circunstancia mucho m¨¢s estudiada porque se considera una estrategia evolutiva y reproductiva de muchos animales. Los machos de muchas especies matan a las cr¨ªas de las hembras para poder disponer de ellas libremente, pero tambi¨¦n se matan ante la escasez de recursos, por ejemplo. Se entiende que tiene una funci¨®n. ¡°La principal raz¨®n por la que no se ha estudiado el adulticidio es que no existe un marco conceptual, que es el que aqu¨ª proponemos¡±, explica G¨®mez, que resalta incluso la novedad de uso de ese t¨¦rmino.
Del an¨¢lisis de este millar de especies, se descubren al menos cuatro motivos (no excluyentes) por el que los mam¨ªferos se matan entre ellos: agresiones entre machos para aparearse, para defender recursos valiosos, para proteger a sus cr¨ªas y para aprovecharse de sus cong¨¦neres.
Hay grupos de mam¨ªferos con tendencias mucho mayores a matarse entre ellos, que quiz¨¢ no casan bien con la imagen que tenemos de animales asesinos: venados y ciervos, musara?as, canguros y primates. En cambio, murci¨¦lagos, ballenas y delfines o conejos y liebres apenas se matan.
Diferencias entre sexos
Otra cosa que sorprendi¨® a los investigadores (que publicaron su estudio en Proceedings of the Royal Society B) es que las hembras tambi¨¦n matan mucho. Pero por motivos bien distintos: mientras que los machos cometen adulticidios para aumentar sus oportunidades de reproducirse, las hembras lo hacen principalmente para defender a sus cr¨ªas de la amenaza de cong¨¦neres infanticidas. Ellos, para tener cr¨ªas; ellas, para mantenerlas vivas.
¡°Observamos correlaciones robustas¡±, se?ala G¨®mez, ¡°las hembras no matan en el mismo contexto, sino que est¨¢n asociadas a la defensa de su progenie. Pero no hay literatura cient¨ªfica sobre este fen¨®meno, solo reportes¡±, lamenta.
Las muertes las perpetran principalmente por machos (son 320 especies con adulticidas machos frente a 133 con hembras que matan), un dato que contrasta llamativamente con el infanticidio, donde la prevalencia es similar en ambos sexos (119 frente a 89 especies). En la mayor¨ªa de los casos, la v¨ªctima de los machos era otro macho (en al menos 232 especies); los machos matan a las hembras en 42 especies, las hembras a los machos en 30 y las hembras se matan entre ellas en otras 35.
¡°Tradicionalmente se ha considerado que la mortalidad entre adultos es anecd¨®tica, sin intencionalidad de matar, sino un simple subproducto de la competencia entre machos, una escalada incontrolada en la competencia por un recurso: la hembra¡±, resume G¨®mez. Y pone como ejemplo una pelea entre ciervo, que ¡°se les iba de las manos y muere uno de ellos accidentalmente antes de que el perdedor se rinda¡±.
?Estrategia evolutiva?
Pero su trabajo abre la puerta a analizar este fen¨®meno desde un punto de vista m¨¢s amplio: ¡°Independientemente de las causas concretas, el adulticidio en mam¨ªferos puede tener importantes consecuencias evolutivas¡±, asegura el estudio. Por ejemplo, para explicar mejor el desarrollo de armamento o de otras estrategias, como la que lleva a los elefantes marinos a reconocerse por la voz para evitar enfrentamientos en los que se acercan a la muerte.
O para entender la proporci¨®n de muertes perpetradas por hembras, que no son anecd¨®ticas, sino reiteradas. Ellas son capaces de matar por defender a sus cr¨ªas, entre otros motivos, porque la inversi¨®n de energ¨ªa dedicada a una cr¨ªa es enorme. El macho quiere reproducirse y todos sus esfuerzos se centran en eso. Pero, ?qu¨¦ pasa con la hembra que ha dedicado tantos meses, recursos, energ¨ªas, a la gestaci¨®n y la lactancia?
Un estudio reciente calculaba, para una hembra de chimpanc¨¦ a la que mataban a su cr¨ªa una semana despu¨¦s del nacimiento, que el infanticidio resultaba para ella en una p¨¦rdida de 473 d¨ªas de su vida f¨¦rtil, en algunos casos hasta un 20% de ese periodo en el que podr¨¢ tener descendencia. Durante mucho tiempo se pens¨® que las hembras que usaban la violencia en su entorno, como muchos tipos de roedores, lo hac¨ªan porque eran territoriales o defend¨ªan la comida, hasta que estudios posteriores ilustraron esta realidad: eran agresivas con sus cong¨¦neres defendiendo la madriguera para que no mataran a sus cr¨ªas.
Adem¨¢s, los investigadores detallan que hay 47 especies en las que se han registrado muertes deliberadas de miembros de la misma especie, como cuando los chimpanc¨¦s se van en comando a matar miembros de un clan rival. Por grupos, estos asesinatos se dan en 24 especies de roedores, en 13 de primates y solo 10 en carn¨ªvoros. Esto sugiere que el canibalismo no media la evoluci¨®n adulticida en mam¨ªferos. Por ejemplo, frente a otros grupos animales (ara?as, escorpiones, algunos peces), es muy raro el caso de dar muerte a otro animal de la misma especie con voluntad de com¨¦rselo. Por eso, los adulticidios no destacan entre los carn¨ªvoros y hay muchos herb¨ªvoros mat¨¢ndose entre ellos.
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