El sexo entre bonobas las ayuda a mantener a raya a los machos
Las hembras fortalecen alianzas entre ellas frot¨¢ndose mutuamente los genitales y usan esas coaliciones para evitar agresiones
A los bonobos se los conoce popularmente como los primates jipis por sus relaciones desenfadadas, mucho menos agresivas que las de sus primos los chimpanc¨¦s, en las que las agresiones son escasas, la generosidad con los desconocidos es espont¨¢nea y el sexo casual es com¨²n: un veh¨ªculo muy agradable para reafirmar v¨ªnculos y relajar tensiones sociales. Estas relaciones sexuales son habituales, tambi¨¦n, entre bonobos del mismo sexo, sobre todo entre las hembras de la misma comunidad. Las manadas de bonobos son pac¨ªficas y el papel de las hembras es mucho m¨¢s decisivo, porque establecen alianzas entre ellas que cortan de ra¨ªz cualquier conato violento que pudieran intentar los machos, m¨¢s grandes que ellas. Pero hasta ahora no se hab¨ªa estudiado con detalle qu¨¦ papel desempe?an en estas alianzas el sexo que practican entre ellas. Un estudio reci¨¦n publicado ofrece interesantes claves porque vincula directamente estos episodios homosexuales con la fortaleza de los v¨ªnculos de las hembras.
Visto desde la perspectiva de la evoluci¨®n de los grandes simios, incluidos los humanos, ayuda a entender el papel del sexo, tambi¨¦n el homosexual, como una placentera herramienta social. "El comportamiento sexual entre individuos del mismo sexo est¨¢ muy extendido en los animales, lo que sugiere que les proporciona beneficios. Sin embargo, hasta ahora ha sido dif¨ªcil determinar cu¨¢les podr¨ªan ser estos beneficios", advierte la primat¨®loga Liza Moscovice.?Adem¨¢s de en bonobos, tambi¨¦n hay evidencia de un v¨ªnculo entre el comportamiento homosexual y una mayor cooperaci¨®n entre sujetos en otras especies con cerebros muy desarrollados para responder ante relaciones sociales comprejas, como los delfines y los humanos. Esto sugiere, seg¨²n Moscovice, que el comportamiento homosexual podr¨ªa ser un veh¨ªculo que han desarrollado estas especies durante su evoluci¨®n para lograr una mayor confianza entre individuos sin parentesco. "Nuestra investigaci¨®n ayuda a explicar por qu¨¦ el comportamiento sexual entre sujetos del mismo sexo puede ser beneficioso para las bonobas, ya que desencadena la liberaci¨®n de la hormona oxitocina, que provoca que en el cerebro aumenten los sentimientos de confianza y cercan¨ªa, lo que promueve una mayor cooperaci¨®n entre las parejas".
Moscovice, de la Universidad Emory (EE UU), y sus compa?eros analizaron un millar de encuentros sexuales observados a lo largo de a?o y medio en una comunidad de 40 bonobos de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, en LuiKotale. La mayor¨ªa, el 65%, fueron relaciones entre bonobas y solo un 1% encuentros sexuales entre machos. El sexo entre hembras consiste en frotar sus genitales, las vulvas hinchadas (ver v¨ªdeo), lo que provoca el desenlace placentero en ellas porque es la mejor postura para estimular sus cl¨ªtoris mutuamente, abrazadas frente a frente. Por lo general, aunque no siempre, las c¨®pulas entre macho y hembra se producen por la espalda de ellas.
"Si un macho intenta acosar o perseguir a una hembra, es com¨²n que varias hembras se unan y ahuyenten al agresor masculino", explica la investigadora
El resultado fundamental del estudio, que se publica en la revista cient¨ªfica Hormones and behaviour, es que las hembras permanec¨ªan cerca de su pareja sexual en los encuentros con otras hembras, mucho m¨¢s que cuando copulan con machos. Adem¨¢s, segregaban mucha m¨¢s oxitocina, esta hormona que ayuda a reforzar los lazos entre sujetos. Por ejemplo, los chimpanc¨¦s machos que van a atacar a otra comunidad segregan oxitocina para establecer v¨ªnculos de camarader¨ªa b¨¦lica. Y la ¨²ltima conclusi¨®n del estudio es la m¨¢s decisiva: las parejas de hembras que ten¨ªan m¨¢s relaciones sexuales entre ellas tambi¨¦n se ayudaban m¨¢s en coaliciones para defenderse mutuamente y "reducir el acoso de los machos". Defender juntas su acceso a la comida, su lugar en la comunidad y, esencialmente, hacer frente a los espor¨¢dicos ataques de los machos.
En los chimpanc¨¦s, los primos evolutivos de los bonobos, los machos agreden habitualmente a las hembras como forma de garantizarse su acceso sexual, una forma de afianzar sus probabilidades de reproducirse con ¨¦xito. Las bonobas, en cambio, no tienen una ¨¦poca de celo definida, lo que har¨ªa in¨²til esta violencia en los machos. Adem¨¢s, en estudios previos se ha observado que las bonobas solo forman coaliciones para ir contra machos, nunca contra otras hembras, y en todos los casos las coaliciones eran victoriosas, obligando al bonobo a retirarse. Solas, en cambio, suelen perder la batalla porque ellos son m¨¢s fuertes. Las hembras de chimpanc¨¦ a veces se atacan porque compiten por el inter¨¦s de los machos o por alimentos.
"Descubrimos que la mayor parte de las ayudas que se produjeron durante el per¨ªodo de estudio fue entre hembras y, a menudo, contra machos", se?ala Moscovice, que tambi¨¦n investiga para el Instituto de Comportamiento Fisiol¨®gico de Leibniz. "Esto significa que si un macho intenta acosar o perseguir a una hembra, por ejemplo, para ocupar su lugar en un ¨¢rbol para alimentarse, es com¨²n que varias hembras se unan y ahuyenten al agresor masculino", desarrolla la primat¨®loga. Por el contrario, es raro que un bonobo macho obtenga ayuda de otros bonobos si comienza a atacar a una hembra. "Esto puede explicar por qu¨¦ los bonobos machos muestran relativamente poca agresividad hacia las hembras en comparaci¨®n con los chimpanc¨¦s y por qu¨¦ los bonobos machos son m¨¢s propensos que las hembras a ser expulsados del acceso a recursos importantes, como alimentos de preferencia", indica la primat¨®loga. Por lo tanto, aunque no se requieren interacciones sexuales para que las hembras cooperen entre s¨ª, las que tienen m¨¢s interacciones sexuales entre ellas son a¨²n m¨¢s propensas a ayudarse.
"Tal vez las hembras usan el sexo como una forma r¨¢pida y f¨¢cil de indicarle a otra hembra que tienen intenciones amistosas y que les gustar¨ªa asociarse con ellas", describe Moscovice
Los investigadores descubrieron que la mayor¨ªa de las hembras tienen compa?eras preferidas con las que se asocian m¨¢s en muchos comportamientos amistosos, pero en lugar de solo cooperar con estas hembras, las bonobas se aliaron con muchas hembras diferentes y tuvieron relaciones sexuales con muchas hembras distintas. "Tal vez las hembras usan el sexo como una forma r¨¢pida y f¨¢cil de indicarle a otra hembra que tienen intenciones amistosas y que les gustar¨ªa asociarse con ellas", describe Moscovice. Y a?ade: "De esta manera, incluso las que no son amigas cercanas pueden permanecer juntas y cooperar a veces".
En el estudio se?alan que incluso la forma de realizar estos encuentros sexuales entre hembras podr¨ªa influir en su capacidad para reforzar estos v¨ªnculos. Para frotarse los genitales, las hembras se abrazan frente a frente, se dirigen mutuamente la mirada, tienen que coordinar sus cuerpos para que el roce sea satisfactorio y, adem¨¢s, este roce propicia que estimulen sus cl¨ªtoris, lo que no suele ocurrir en las c¨®pulas con machos. "Dir¨ªa que requiere un contacto social m¨¢s intenso que el t¨ªpico de las c¨®pulas. El roce genital ocurre en una posici¨®n que puede facilitar f¨¢cilmente la estimulaci¨®n del cl¨ªtoris", indica la autora del estudio. Y a?ade: "En otras especies, sabemos que la mirada mutua y la estimulaci¨®n genital est¨¢n asociadas con aumentos en la oxitocina, por lo que es probable que estos aspectos del frotamiento genital tambi¨¦n contribuyan a una mayor liberaci¨®n de oxitocina en las bonobas".
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