La aparici¨®n de los Estados provoc¨® un pico de muertes violentas hace 6.400 a?os
Un estudio muestra que cuando estas organizaciones se perfeccionaron, fueron capaces de reducir la violencia social, gracias al control militar, pero tambi¨¦n fomentando la cooperaci¨®n
Los seres humanos tienen una naturaleza que parece parad¨®jica. Son capaces de cooperar a gran escala o de ser altruistas con desconocidos, pero tambi¨¦n demuestran niveles de violencia extremos. Esta naturaleza h¨ªbrida enfrenta a quienes creen que la violencia interpersonal es intr¨ªnseca a las sociedades humanas y los que piensan que hubo un para¨ªso pac¨ªfico hasta la llegada de la agricultura. Para aportar datos a este debate, Joerg Baten, Giacomo Benati y Arkadiusz So?tysiak han estudiado las se?ales de violencia en...
Los seres humanos tienen una naturaleza que parece parad¨®jica. Son capaces de cooperar a gran escala o de ser altruistas con desconocidos, pero tambi¨¦n demuestran niveles de violencia extremos. Esta naturaleza h¨ªbrida enfrenta a quienes creen que la violencia interpersonal es intr¨ªnseca a las sociedades humanas y los que piensan que hubo un para¨ªso pac¨ªfico hasta la llegada de la agricultura. Para aportar datos a este debate, Joerg Baten, Giacomo Benati y Arkadiusz So?tysiak han estudiado las se?ales de violencia en los cr¨¢neos reventados y las heridas de diferentes armas encontradas en esqueletos de m¨¢s de 3.500 individuos enterrados en varios yacimientos de una amplia regi¨®n de Oriente Pr¨®ximo, desde la actual Turqu¨ªa hasta Ir¨¢n. En total, seg¨²n cuentan en un art¨ªculo publicado este lunes en Nature Human Behavior, han cubierto un periodo que va desde hace unos 14.000 a?os, cuando se empiezan a desarrollar la agricultura y la ganader¨ªa, hasta el a?o 400 antes del inicio de nuestra era, en los tiempos en que el griego Her¨®doto dio inicio a la historiograf¨ªa.
Los restos encontrados muestran que la violencia fluctu¨®. Partiendo de unos niveles relativamente bajos en los albores de la civilizaci¨®n, se fue incrementando con la complejidad de aquellas primeras sociedades agrarias. Se cree que los grupos humanos de cazadores recolectores pod¨ªan evitar el conflicto con m¨¢s facilidad porque eran pocos. Durante el Neol¨ªtico, mientras se difund¨ªa la tecnolog¨ªa agraria, la densidad de poblaci¨®n sigui¨® siendo baja, pero parece que algo cambi¨® hace unos 6.400 a?os, en la Edad del Cobre. Seg¨²n explican los autores, un clima cada vez m¨¢s seco pudo ser uno de los factores que favorecieron la urbanizaci¨®n en Oriente Pr¨®ximo, con migraciones del campo hacia las principales ciudades y la competici¨®n por los recursos entre las ¨¦lites que las gobernaban. En ese mismo periodo aparecen los primeros Estados, que a¨²n no ten¨ªan fuerza para gestionar los conflictos entre sus habitantes, pero s¨ª pudieron incrementar los conflictos entre grupos a gran escala. Esa combinaci¨®n de factores puede explicar por qu¨¦ esos primeros pasos de la organizaci¨®n estatal tuvieron como resultado el mayor pico de muertes violentas en los m¨¢s de 13.000 a?os que abarca el estudio.
Despu¨¦s de esos siglos de mayor violencia interpersonal, el registro arqueol¨®gico muestra un descenso durante 1.500 a?os, desde el 4500 hasta el 3000 antes de nuestra era. En ese tiempo, los Estados perfeccionaron su organizaci¨®n, obteniendo recursos a trav¨¦s de los impuestos, y fueron capaces de controlar la violencia social, en parte a trav¨¦s del control militar, pero tambi¨¦n fomentando la cooperaci¨®n mediante festivales religiosos y otros proyectos, como la construcci¨®n de templos o palacios, que fomentaron el sentimiento de pertenencia a una sociedad y la reducci¨®n de conflictos.
Tras este tiempo de un mejor control de la violencia, volvi¨® a incrementarse en la transici¨®n a la Edad de Hierro, 1.500 a?os antes de nuestra era. En ese periodo, una sequ¨ªa de tres siglos, que provoc¨® desplazamientos de poblaci¨®n y escasez, se sum¨® al ascenso de superpotencias guerreras, como el imperio asirio, que se impuso a sus vecinos con despiadadas campa?as militares y deportaciones masivas.
Giacomo Benati, investigador de la Universidad de Barcelona y autor principal del estudio, cuenta que trabajos como el suyo ayudan a completar una visi¨®n sobre las variaciones en la violencia en un periodo menos conocido que otros m¨¢s recientes, pero fundamental para comprender qu¨¦ factores fomentan el conflicto. Uno de los hallazgos de su trabajo es que el incremento de la desigualdad no necesariamente fomenta la violencia. ¡°Hay evidencias de que la desigualdad puede desencadenar conflictos, pero en nuestros datos vemos que durante la Edad de Bronce se incrementa la desigualdad, pero la violencia desciende¡±, apunta Benati. En este periodo se observa tambi¨¦n una profesionalizaci¨®n de la guerra, con entierros en los que aparecen cada vez mayores cantidades de armas, algo que pudo hacer que, aunque hubiese altos niveles de conflicto, las heridas asociadas a la violencia fuesen menos frecuentes entre los grupos que no pertenec¨ªan a la casta guerrera. El investigador tambi¨¦n reconoce que, junto a aspectos materiales, hay factores ideol¨®gicos que pudieron influir en el aumento o el descenso de la violencia. ¡°La cultura, el capital humano, la religi¨®n o la moral pueden tener un impacto, pero a falta de testimonios escritos, es casi imposible acceder a la forma de pensar en la prehistoria, as¨ª que nos ce?imos a las variables que podemos medir¡±, explica Benati.
Por ¨²ltimo, sobre la pregunta de si los humanos estamos m¨¢s inclinados a la cooperaci¨®n o al conflicto, Benati afirma que ¡°somos las dos cosas¡±. ¡°En el registro arqueol¨®gico vemos que siempre hay cooperaci¨®n, para construir ciudades y vivir juntos en ellas en grandes grupos, pero tambi¨¦n hay conflicto¡±, cuenta. ¡°Haciendo estos mapas de las variaciones en los conflictos y tratando de entender qu¨¦ variables alimentan el conflicto, estamos en mejores condiciones para comprender qu¨¦ circunstancias provocan la violencia o la evitan¡±, contin¨²a. ¡°Ahora sabemos que la organizaci¨®n institucional y los sistemas legales que ayudan a gestionar el conflicto dentro de una sociedad reducen la violencia, y que los cambios clim¨¢ticos o la urbanizaci¨®n pueden aumentarla¡±, concluye.
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