El Gobierno aprueba la creaci¨®n del Museo Cajal sin revelar todav¨ªa d¨®nde estar¨¢
Un real decreto fija la sede central en Madrid, sin m¨¢s detalles, pese a que Pedro S¨¢nchez asegur¨® que el centro estar¨¢ activo en junio de 2025
Tras d¨¦cadas de amagos institucionales, el Gobierno ha aprobado este martes la creaci¨®n de un museo nacional dedicado a difundir el legado de Santiago Ram¨®n y Cajal, ganador del Nobel de Medicina en 1906 tras demostrar que el cerebro est¨¢ organizado en c¨¦lulas individuales: las neuronas. El Consejo de Ministros ha aprobado un Real Decreto que fija la sede central del museo en Madrid, pero sin explicar d¨®nde estar¨¢ exactamente. La ubicaci¨®n sigue siendo un enigma, pese a que el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, asegur¨® en octubre de 2022 que habr¨ªa ¡°un museo dedicado al funcionamiento del cerebro¡± que comenzar¨ªa su actividad al terminar el A?o de Investigaci¨®n Ram¨®n y Cajal, el 31 de mayo de 2025. Queda menos de un a?o.
El museo ¡°preservar¨¢ y exhibir¨¢¡± el Legado Cajal, formado por m¨¢s de 28.000 piezas que pertenecieron al nobel, como sus c¨¦lebres dibujos de la arquitectura neuronal, rodajas de cerebros para analizar al microscopio, cartas manuscritas y espectaculares im¨¢genes tomadas por el investigador, pionero de la fotograf¨ªa en Espa?a. Este legado, declarado Bien de Inter¨¦s Cultural el pasado 2 de abril, se conserva actualmente en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, en Madrid.
La discusi¨®n sobre la sede ha generado tensiones dentro del Gobierno. El 14 de junio, Jorge Pueyo, diputado de la Chunta Aragonesista en el Grupo Parlamentario Plurinacional Sumar, declar¨®: ¡°Madrid es una aspiradora de todos los edificios p¨²blicos, centros culturales y museos. Un British Museum a la castellana. Los aragoneses y aragonesas tenemos derecho a disfrutar de nuestra cultura y figuras en igualdad y, por ello, el Museo Cajal tiene que estar en Uesca¡±.
Santiago Ram¨®n y Cajal naci¨® en Petilla de Arag¨®n (Navarra) en 1852 y de ni?o se crio en Ayerbe (Huesca), donde ya existe un centro de interpretaci¨®n en la casa en la que residi¨®. Estudi¨® Medicina en Zaragoza, pas¨® como profesor por Valencia y realiz¨® sus grandes descubrimientos en 1888 en Barcelona. Sin embargo, Cajal vivi¨® en Madrid la mayor parte de su vida, hasta su fallecimiento en 1934. Lleg¨® a la capital en 1892, tras ganar la c¨¢tedra de Histolog¨ªa de la Universidad Central, origen de la actual Complutense.
En Madrid se conserva pr¨¢cticamente intacta el aula donde Cajal imparti¨® clase durante tres d¨¦cadas, en el llamado viejo caser¨®n de San Carlos, en la calle de Atocha, una de las sedes barajadas por el Ministerio de Ciencia. En ese edificio monumental estuvo la antigua Facultad de Medicina de Madrid, entre 1834 y 1965. All¨ª naci¨® a finales del siglo XIX la palabra quir¨®fano, para describir una sala as¨¦ptica de operaciones, separada de los estudiantes y sus microbios por una pared de cristal. Y en ese caser¨®n tambi¨¦n estudi¨® el m¨¦dico Severo Ochoa, as¨ª que los dos ¨²nicos espa?oles que han ganado el Nobel de Medicina salieron de este templo cient¨ªfico madrile?o, propiedad del Ministerio de Ciencia y cedido al Colegio de M¨¦dicos de Madrid desde 1970.
El Museo Cajal, que tambi¨¦n divulgar¨¢ la obra de sus disc¨ªpulos, ser¨¢ el tercero adscrito al Ministerio, adem¨¢s del Museo Nacional de Ciencias Naturales, en Madrid, y el Museo Nacional de Ciencia y Tecnolog¨ªa, con sedes en A Coru?a y en la localidad madrile?a de Alcobendas. El Real Decreto sostiene que, adem¨¢s de la sede central en Madrid, ¡°podr¨¢n establecerse sedes filiales o vinculadas al Museo Cajal en otros municipios espa?oles¡±. La futura instalaci¨®n depender¨¢ del Ministerio a trav¨¦s del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC).
El legado de Cajal ha sufrido un maltrato hist¨®rico. Su palacete madrile?o, en el n¨²mero 64 de la calle Alfonso XII, habr¨ªa sido una excelente sede para un museo, pero se puso en venta en 2014 porque algunos de los descendientes propietarios estaban acuciados por los elevados costes de mantenimiento. Una promotora inmobiliaria troce¨® la mansi¨®n en pisos de lujo. En ese proceso, cientos de libros y objetos de Cajal acabaron a la venta en el Rastro por unos pocos euros.
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