Bajo el volc¨¢n de Malcolm Lowry, una novela armada con part¨ªculas subat¨®micas

En alg¨²n sitio, Julio Cort¨¢zar dej¨® dicho que los pr¨®logos son algo que se pone al principio y que se suele dejar para el final en el mejor de los casos, pues, la mayor¨ªa de las veces, no se leen. Con todo, hoy vamos a empezar hablando de un pr¨®logo que conviene leer. Se trata del texto preliminar de la novela Bajo el volc¨¢n de Malcolm Lowry (1909-1957), publicada en nuestro pa¨ªs por ...

En alg¨²n sitio, Julio Cort¨¢zar dej¨® dicho que los pr¨®logos son algo que se pone al principio y que se suele dejar para el final en el mejor de los casos, pues, la mayor¨ªa de las veces, no se leen. Con todo, hoy vamos a empezar hablando de un pr¨®logo que conviene leer. Se trata del texto preliminar de la novela Bajo el volc¨¢n de Malcolm Lowry (1909-1957), publicada en nuestro pa¨ªs por Random House (2020).

El citado pr¨®logo lo firma el mexicano Juli¨¢n Herbert y, como en un juego de mu?ecas rusas, nos ofrece el fragmento de otro pr¨®logo, en este caso firmado por Jos¨¦ Revueltas (1914-1976) autor de Los muros de agua que lo incorpora en la reedici¨®n de 1961. En ¨¦l, Revueltas nos habla de la realidad y de sus andamios, y esto es algo que resulta muy bien tra¨ªdo por Herbert para presentar Bajo el volc¨¢n, una de las obras m¨¢s importantes de la literatura del siglo pasado.

De esta manera, Revueltas se?ala que la realidad posee un ¡°movimiento interno propio¡±, un andamiaje invisible que la soporta siguiendo un m¨¦todo preciso y que est¨¢ sujeto a leyes donde la ¡°acumulaci¨®n cuantitativa se transforma cualitativamente¡±. Los resortes de este andamiaje son una extra?a combinaci¨®n de part¨ªculas y ondas. Con ello, la vibraci¨®n de la materia puede ser percibida por organismos sensibles aunque lo percibido sea una parte ¨ªnfima de lo que existe. Porque lo m¨¢s importante se mantiene oculto y las variables del mundo cu¨¢ntico no se dejan medir simult¨¢neamente; cuando lo hacemos con la posici¨®n de una part¨ªcula, la velocidad se convierte en incertidumbre.

Por ello, el mundo invisible, el mundo de las part¨ªculas ha de ser analizado con el principio de incertidumbre que formul¨® Heisenberg cuando logr¨® agarrar por la cola un electr¨®n, algo que igual¨® Malcolm Lowry cuando complet¨® una novela que le llev¨® media vida. Porque Bajo el volc¨¢n, aunque trata del periplo del c¨®nsul brit¨¢nico en el pueblo de Quauhnahuac, M¨¦xico, el D¨ªa de Muertos en 1938, es un testimonio del escritor en su deriva borracha; una bajada al Infierno, sitio que no se nombra por ser el sitio del que nunca se vuelve. Ya sabemos que el tiempo termodin¨¢mico es irreversible.

En apariencia, la novela de Lowry es eso y poco m¨¢s. Pero como sucede en la realidad, lo importante de la novela es lo que no se ve, en este caso lo que no se cuenta: la abundancia, el exceso de energ¨ªa oscura que subyace en cada una de sus l¨ªneas y que da forma al periplo del c¨®nsul brit¨¢nico mientras los volcanes asoman en el paisaje de una ciudad po¨¦tica, tr¨¢gica y bella, como la prosa que fluye en sus p¨¢ginas.

Malcolm Lowry intuy¨® que el andamiaje invisible que esconde la realidad resulta absurdo al sentido com¨²n, y que es una rareza dif¨ªcil de explicar con palabras a no ser que esas palabras se relacionen entre s¨ª para dar lugar a una ficci¨®n de calibre como lo es Bajo el volc¨¢n. Su novela maldita cuyo pr¨®logo firmado por Juli¨¢n Herbert recurre a Jos¨¦ Revueltas para detenerse a explicar, entre otras cosas, c¨®mo la energ¨ªa oscura subyace bajo la apariencia de toda materia viviente.

El hacha de piedra es una secci¨®n donde Montero Glez, con voluntad de prosa, ejerce su asedio particular a la realidad cient¨ªfica para manifestar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.

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