El milagro de la nanotecnolog¨ªa o la biblioteca de Alejandr¨ªa en un grano de arroz
Tony Skyrme es un gran desconocido para la historia de la ciencia. Fallecido en 1987, no pudo llegar a ver el desarrollo de su descubrimiento particular
Dicho de manera sencilla, para que todo el mundo lo entienda, un v¨®rtice es lo m¨¢s parecido a un remolino de corrientes circulares alrededor de un mismo eje. Los v¨®rtices se estudian en ciencias de la atm¨®sfera, que es lo m¨¢s com¨²n, aunque su estudio puede derivar al fluido l¨ªquido de las aguas.
Con todo, los v¨®rtices tambi¨¦n se dan en el mundo de las part¨ªculas invisibles, y fue una de esas hipot¨¦ticas part¨ªculas subat¨®micas la que surgi¨® como un v¨®rtice de ¨¢tomos cuando se le aplic¨® una carga magn¨¦tica. Dicha part¨ªcula, relacionada originalmente con los bariones (familias de part¨ªculas subat¨®micas formadas por tres quarks) fue propuesta a principios de los 60 por el f¨ªsico brit¨¢nico Tony Skyrme, de ah¨ª que a estas part¨ªculas se las denomine como Skyrmiones.
Tony Skyrme naci¨® en Lewisham en 1922 y toda su vida la dedic¨® a curiosear en las fluctuaciones de vac¨ªo que contienen los ¨¢tomos, en la estructura nuclear y en las ecuaciones de estado de las estrellas de neutrones. Sin embargo, Skyrme sigue siendo un gran desconocido para la historia de la ciencia. Fallecido en 1987, no pudo llegar a ver el desarrollo de su descubrimiento particular, pues la superposici¨®n cu¨¢ntica de sus v¨®rtices magn¨¦ticos ha venido a inaugurar una de las ¨²ltimas fronteras de la nanotecnolog¨ªa. Para entendernos, estos v¨®rtices magn¨¦ticos descubiertos en su d¨ªa por Skyrme, pueden almacenar bits de informaci¨®n con alta densidad y nos permiten aumentar la capacidad actual de los discos duros alrededor de veinte veces m¨¢s.
De esta manera, todo lo que cabe en el disco duro de nuestro ordenador lo transportamos en otro mucho m¨¢s ligero y de tama?o semejante a un grano de arroz. Con estas cosas, podemos asegurar que Tony Skyrme fue un f¨ªsico que trabaj¨® para la posteridad como pocos, y su nombre podr¨ªa estar cerca del de John von Neumann cada vez que se habla de ciencia aplicada a las computadoras.
Tony Skyrme es uno de los grandes olvidados, su nombre podr¨ªa figurar en las p¨¢ginas del olvido junto al de ese otro matem¨¢tico y l¨®gico ingl¨¦s llamado John Venn (1834-1923) que dise?¨® los diagramas que llevan su nombre y que permiten comprobar la veracidad de un silogismo y que John von Neumann utiliz¨® para su contribuci¨®n matem¨¢tica a la teor¨ªa de conjuntos. Como curiosidad, hay que decir que John Venn fue un tipo profundamente religioso cuya definici¨®n emp¨ªrica de probabilidad se basa en la frecuencia relativa de lo ya ocurrido con respecto a cierto n¨²mero de repeticiones de un experimento. De esta manera, la probabilidad de que ocurra algo se define como el l¨ªmite a largo plazo de la causa de las veces que ese algo ocurri¨® en el pasado. Pero... d¨®nde queda el l¨ªmite, d¨®nde queda la frontera. A partir de aqu¨ª, las f¨®rmulas se disparan y rozan la improbabilidad c¨®smica que luego manejar¨ªa John von Neumann para sus enredijos matem¨¢ticos.
Hay un v¨®rtice maldito en la historia de la ciencia que, en vez de atraer, rechaza algunos nombres y los relega a un segundo plano. Ahora, que Gay Talese se despide con su obra m¨¢s crepuscular, una colecci¨®n de retratos titulada Bartleby y yo (Alfaguara) donde el periodista neoyorquino nos descubre a todas esas personas que est¨¢n en un segundo plano y que nunca fueron protagonistas, estar¨ªa bien que alguien tomase el relevo y que llevase ese mismo modelo a la historia de la ciencia y hablase de los grandes descubrimientos debidos a hombres y mujeres que no figuran en primera l¨ªnea. Un ensayo narrativo, alejado de las enciclopedias, y con la fuerza y la agilidad de una cr¨®nica. A ver si.
El hacha de piedra es una secci¨®n donde Montero Glez, con voluntad de prosa, ejerce su asedio particular a la realidad cient¨ªfica para manifestar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.
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