?Se est¨¢n buscando vidas alternativas en el espacio?

La respuesta a esta pregunta depende del sentido que se le d¨¦ a ¡°vidas alternativas¡±. Si el t¨¦rmino se interpreta como civilizaciones inteligentes diferentes a la humana, la mayor¨ªa de las personas que nos dedicamos a la ciencia pensamos que, aun pudiendo existir, la b¨²squeda de este tipo de vida es muy dif¨ªcil y su detecci¨®n, por tanto, muy improbable. Hasta ahora, las iniciativas dedicadas a la b¨²squeda de inteligencia extraterrestre (la mayor¨ªa basadas en el an¨¢lisis de se?ales electromagn¨¦ticas procedentes del espacio, como el proyecto SETI) no han proporcionado ning¨²n resultado concluyente. Las observaciones realizadas de los planetas y sat¨¦lites del Sistema Solar tampoco nos han mostrado ning¨²n signo que sugiera su presencia en las cercan¨ªas a nuestro planeta.

La principal limitaci¨®n para detectar vida inteligente fuera de la Tierra es que tenemos que coincidir en el tiempo y estar a la distancia adecuada de otra civilizaci¨®n que pueda emitir se?ales de su existencia o reconocer se?ales de la nuestra. Hasta ahora, la se?al m¨¢s clara que hemos podido enviar al espacio de la existencia en nuestro planeta de una vida capaz de desarrollar tecnolog¨ªa son las ondas electromagn¨¦ticas que viajan a la velocidad de la luz. Pero, ?hasta d¨®nde han podido llegar esas ondas? La realidad es que solo llevamos algo m¨¢s de cien a?os emitiendo ese tipo de se?ales, por lo que, como mucho, se habr¨¢n desplazado poco m¨¢s de cien a?os luz. En un universo en el que las distancias son inmensas, esto quiere decir que pr¨¢cticamente somos invisibles para cualquier otra civilizaci¨®n inteligente que pueda existir. Y lo mismo sucede a la inversa.

Por otro lado, la aparici¨®n de inteligencia requiere un grado de complejidad biol¨®gica que precisa tiempos muy largos para surgir, lo que convierte a la vida m¨¢s simple en mejor candidata a habitar fuera de la Tierra. Incluso podr¨ªa suceder que la inteligencia no llegara a surgir nunca. No hay ninguna ley que diga que la vida tiene que evolucionar hacia su aparici¨®n. De hecho, la evoluci¨®n opera sin ning¨²n fin predeterminado, lo que significa que la vida que existe actualmente en la Tierra es producto del azar y de las condiciones ambientales que han existido en nuestro planeta a lo largo de su historia. Si esas condiciones hubieran sido distintas, la vida terrestre no ser¨ªa como la que vemos y podr¨ªa ser que la humanidad y la inteligencia no hubieran surgido nunca.

Aunque ya llevamos varios p¨¢rrafos hablando de ella, faltar¨ªa por definir qu¨¦ entendemos por inteligencia. Una posible definici¨®n ser¨ªa la facultad de la mente que permite aprender, entender, tomar decisiones y formarse una idea de la realidad. Sin embargo, esa facultad ha llevado a los seres humanos a explotar nuestro planeta en un grado tal que podr¨ªamos estarlo convirtiendo en inhabitable para nuestra especie. Si la inteligencia se manifestara as¨ª en otro lugar del universo, ser¨ªa dif¨ªcil que persistiera el tiempo necesario para localizar (o ser localizada) por otra civilizaci¨®n.

Pero volvamos a la pregunta inicial y pensemos en ¡°vidas alternativas¡± simplemente como las distintas formas, no necesariamente inteligentes ni complejas, en que la vida podr¨ªa manifestarse en un planeta que no fuera el nuestro. Muchas personas de las que nos dedicamos a la ciencia estamos convencidas de que esas vidas existen y podr¨¢n ser detectadas en un futuro, ojal¨¢ que no muy lejano. Y es que las condiciones que requiere la vida no son muchas. Las ineludibles son la existencia de elementos qu¨ªmicos con los que poder construir las mol¨¦culas biol¨®gicas y unos valores de las variables ambientales que aseguren su estabilidad, la accesibilidad a alguna fuente de energ¨ªa y, por ¨²ltimo, la presencia de un solvente (agua l¨ªquida probablemente) que permita la realizaci¨®n de las reacciones qu¨ªmicas del metabolismo.

No es tan dif¨ªcil que esas condiciones puedan darse en otros planetas. En la propia Tierra hay seres que, por su capacidad para desarrollar sus funciones vitales en condiciones extremas, parecen extraterrestres. Son los microorganismos extrem¨®filos, cuyo descubrimiento ha ampliado enormemente nuestras esperanzas de encontrar vida en lugares del cosmos con condiciones ambientales muy distintas a las que imperan en la Tierra.

Actualmente, creemos que en el subsuelo de Marte puede haber agua l¨ªquida y sabemos que algunas lunas de J¨²piter y Saturno contienen gigantescos oc¨¦anos bajo su superficie, algo que nos hace so?ar con la existencia de otras vidas. ?C¨®mo ser¨¢n esas vidas? Si, a partir de un ¨²nico origen, la vida terrestre ha podido diversificarse en una inmensa variedad de formas, es l¨®gico pensar que otra vida con un origen diferente puede depararnos muchas sorpresas. ?C¨®mo almacenar¨¢ la informaci¨®n gen¨¦tica? ?C¨®mo transformar¨¢ la energ¨ªa del ambiente? ?C¨®mo ser¨¢ su evoluci¨®n? Aunque lo m¨¢s probable es que la posible vida que encontremos en los sitios mencionados ser¨¢ microsc¨®pica, eso no deber¨ªa decepcionarnos, ya que la comparaci¨®n de sus caracter¨ªsticas con las de la vida terrestre nos permitir¨¢, por fin, entender qu¨¦ es la vida y cu¨¢l es su significado en el universo.

Ester L¨¢zaro es investigadora cient¨ªfica en el Centro de Astrobiolog¨ªa (CSIC-INTA), donde dirige el grupo de Estudios de evoluci¨®n experimental con virus y microorganismos.

Pregunta enviada por Juan Marvin Cambronero Cruz

Coordinaci¨®n y redacci¨®n: Victoria Toro

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