Un viejo petrolero anclado frente a las costas de Yemen amenaza el mar Rojo
La guerra en el pa¨ªs ¨¢rabe dificulta que la ONU pueda llevar a cabo reparaciones que disminuyan el riesgo de derrame
Un petrolero anclado frente al puerto de Hodeida, en la costa yemen¨ª del mar Rojo, amenaza con desatar una cat¨¢strofe medioambiental, sanitaria y econ¨®mica que afectar¨ªa a millones de personas en Yemen y otros pa¨ªses cercanos. Desde el principio de la guerra civil hace casi seis a?os, el Safer se encuentra en la zona bajo control de los rebeldes Huthi, cuyos recelos y pegas han impedido hasta ahora el acceso de los expertos de la ONU. Ambientalistas y diplom¨¢ticos llevan meses alertando de que su deterioro lo ha convertido en una bomba de relojer¨ªa.
El Safer, construido en 1976, lleg¨® a Yemen en 1988 y se instal¨® frente a la costa de Ras Issa, donde desemboca un oleoducto procedente de Mareb, para almacenar el crudo y servir como terminal de exportaci¨®n. Cay¨® en manos Huthi en marzo de 2015, cuando los rebeldes que unos meses antes hab¨ªan tomado el poder en San¨¢ se hicieron con el control de esa zona. Al menos desde entonces, no se han realizado labores de mantenimiento significativas y el Gobierno, al que respalda una coalici¨®n encabezada por Arabia Saud¨ª, responsabiliza a los rebeldes de una eventual desastre medioambiental.
El embajador saud¨ª ante la ONU dijo hace un mes que se hab¨ªa divisado una ¡°mancha de petr¨®leo¡± a 50 kil¨®metros al oeste del buque. Y en una foto de sat¨¦lite capturada por Planet Labs el pasado 14 de septiembre se aprecia un vertido junto al petrolero. Es un hecho que poco a poco, el agua del mar ha ido corroyendo el casco y los tanques. Fotograf¨ªas tomadas a bordo el a?o pasado mostraban tuber¨ªas con fugas y juntas oxidadas. A finales del ¨²ltimo mayo, la ONU fue alertada de que hab¨ªa entrado agua en la sala de m¨¢quinas.
Al temor de que lo alcance un proyectil, lo que seg¨²n algunas fuentes causar¨ªa una explosi¨®n mayor que la que sacudi¨® el puerto de Beirut el pasado agosto, se une el riesgo de una filtraci¨®n de crudo. El petrolero, cuyo nombre en ingl¨¦s significa ir¨®nicamente ¡°m¨¢s seguro¡±, almacena 1,1 millones de barriles de petr¨®leo (157.000 toneladas). Eso es cuatro veces m¨¢s que la carga del Exxon Vald¨¦s, cuyo vertido en aguas de Alaska en 1989 ha sido el mayor desastre ambiental de esa naturaleza.
Los embajadores europeos ante Yemen expresaron hace unos d¨ªas su preocupaci¨®n por la amenaza que supone el mal estado del Safer y ped¨ªan a los Huthi que ¡°cooperen plenamente con la ONU¡±. A mediados de octubre, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tambi¨¦n pidi¨® a las autoridades de facto que ¡°faciliten de forma urgente e incondicional el acceso seguro de los expertos de la ONU para que eval¨²en y reparen¡± el nav¨ªo.
El comunicado europeo hac¨ªa referencia a una simulaci¨®n independiente que ha tratado de ver qu¨¦ pasar¨ªa si se rompiera el casco. ¡°El resultado depende mucho de la ¨¦poca del a?o en que se produjera, las mareas, etc., pero en todos los escenarios, aunque una parte del petr¨®leo alcanzara las costas de Arabia Saud¨ª, Yibuti y Eritrea, la mayor¨ªa se quedar¨ªa en aguas yemen¨ªes, devastando las reservas pesqueras de las que viven las comunidades costeras¡±, explica desde el anonimato un diplom¨¢tico que ha tenido acceso a ese informe.
Con todo, el mayor peligro, coinciden todas las fuentes consultadas, ser¨ªa el cierre hasta por seis meses del puerto de Hodeida. Se trata de la principal v¨ªa de abastecimiento para los dos tercios de yemen¨ªes que viven bajo control Huthi, en un pa¨ªs que importa pr¨¢cticamente la totalidad de sus alimentos, medicinas y carburantes. ¡°En un momento en que Yemen est¨¢ al borde de la hambruna, el cierre de su mayor puerto afectar¨ªa a millones de personas incluso en regiones muy alejadas de la costa¡±, apunta un funcionario de la ONU.
Todo el mundo quiere evitar algo as¨ª. De hecho, tanto el Gobierno internacionalmente reconocido como los rebeldes ya solicitaron asistencia t¨¦cnica a Naciones Unidas a principios de 2018 para minimizar el riesgo de derrame. Sin embargo, la amenaza de una operaci¨®n militar de la coalici¨®n ¨¢rabe para recuperar el puerto de Hodeida impidi¨® organizar la misi¨®n.
Un a?o despu¨¦s, aprovechando el alto el fuego acordado en Estocolmo, la ONU abord¨® el asunto con los rebeldes, pero hasta agosto no autorizaron el acceso al barco. Para cuando la organizaci¨®n logr¨® reunir el equipo t¨¦cnico necesario, las tornas pol¨ªticas hab¨ªan cambiado y la noche anterior al despliegue los Huthi se retractaron. En alg¨²n momento, tal vez consideraron que el Safer pod¨ªa servir de freno al asalto de la coalici¨®n. La eventual destrucci¨®n del nav¨ªo en un bombardeo convertir¨ªa a sus enemigos en responsables de la subsiguiente calamidad.
Su actitud parece haber cambiado desde que se conocieron las filtraciones de agua el pasado mayo. Aunque todav¨ªa no han firmado el acuerdo que autorice el acceso a los expertos de la ONU, las conversaciones han avanzado y sus objeciones han dejado de ser pol¨ªticas para centrarse en los problemas t¨¦cnicos que plantea el estado del buque. Pero el tiempo pasa y, despu¨¦s de ocho semanas de negociaci¨®n, empiezan a surgir dudas sobre su seriedad. Todos los ojos est¨¢n puestos en la pr¨®xima sesi¨®n del Consejo de Seguridad sobre Yemen el pr¨®ximo 11 de noviembre.
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