La hora de la verdad para la mina de uranio que amenaza la dehesa de Retortillo
Tras m¨¢s de una d¨¦cada de pol¨¦micas, el Consejo de Seguridad Nuclear y la nueva ley de cambio clim¨¢tico pueden enterrar el proyecto minero de Berkeley, que dejar¨ªa un legado de residuos radiactivos para las generaciones futuras. La empresa amenaza con una demanda de 500 millones si se frena su aventura
La bola de nieve en la que se ha convertido la mina de uranio de Retortillo es gigante despu¨¦s de rodar casi una d¨¦cada. Pero, tras a?os en los que las Administraciones no han frenado su marcha, se acerca la hora de la verdad para este pol¨¦mico proyecto que amenaza la dehesa salmantina y que dejar¨ªa tras de s¨ª un rastro perpetuo en forma de residuos radiactivos de los que deber¨¢n hacerse cargo las futuras generaciones.
Por un lado, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) est¨¢ terminando el an¨¢lisis del permiso clave para la construcci¨®n de la planta de procesamiento del uranio; si no se concede esa autorizaci¨®n, todo el proyecto de la mina ser¨ªa inviable econ¨®micamente. Por otro, PSOE y Unidas Podemos han pactado una enmienda a la futura ley de cambio clim¨¢tico que cierra la puerta en Espa?a a esta mina en concreto y a la miner¨ªa del uranio en general. La empresa promotora, Berkeley, amenaza con reclamar 500 millones de euros al Estado si la ley clim¨¢tica frena sus intenciones.
¡°Desde el 14 de marzo por aqu¨ª no viene nadie¡±, se lamentan al borde de la carretera Eugenia Gonz¨¢lez (73 a?os) y Tom¨¢s Romo (68). Tienen cuatro hijos, un perro llamado Pipo y un bar junto al balneario de Retortillo, uno de los principales motores econ¨®micos de la zona. A ellos, como a todos, la crisis de la covid les ha golpeado fuerte el bolsillo porque el hotel lleva desde la primavera del a?o pasado cerrado. Esperan que la pandemia pase, y lo que m¨¢s les preocupa es que la mina salga adelante. La explotaci¨®n estar¨ªa pegada al balneario, que tiene m¨¢s de un siglo de vida y 140 habitaciones. ¡°Que nos dejen tranquilos, que se marchen¡±, pide Romo a Berkeley. ¡°Esto es un para¨ªso¡±, a?ade sobre la belleza de este lugar sembrado de encinas centenarias y granito.
¡°Explotaci¨®n minera¡±, se lee en un cartel amarillo a unos cientos de metros del bar de este matrimonio. ¡°Peligro, materias explosivas¡±, avisa otro a pesar de que el sonido m¨¢s fuerte que se puede o¨ªr aqu¨ª es el mugido de la vaca que pasta frente a la valla en la que est¨¢ colgado el letrero. Un poco m¨¢s all¨¢, una pancarta descolorida y medio ca¨ªda defiende el proyecto: ¡°S¨ª a la mina, al trabajo, al futuro¡±. Estos avisos amarillos y los cartelones est¨¢n colocados en las parcelas que Berkeley ha ido adquiriendo en los ¨²ltimos a?os para desarrollar un proyecto de m¨¢s de 680 hect¨¢reas. ¡°No a la mina, s¨ª a la vida¡±, responden otras pintadas contra la explotaci¨®n diseminadas por fachadas y se?ales de tr¨¢fico.
Esta discusi¨®n muda entre carteles y pintadas resume bien la divisi¨®n que hay respecto a los planes de Berkeley, una empresa que se dice minera pero que ni explota ni ha explotado nunca un yacimiento de uranio ni de ning¨²n tipo, seg¨²n admite el presidente de la compa?¨ªa, Francisco Bell¨®n. ¡°Aqu¨ª hay gente de los dos bandos¡±, dice Eustaquio Mart¨ªn (PP), alcalde de Retortillo, de 200 habitantes. ¡°Los que tienen la vida resuelta est¨¢n en contra de la mina¡±, describe el regidor con una brocha muy gorda. ?l est¨¢ a favor y reconoce que su empresa de servicios forestales ha trabajado para Berkeley en los ¨²ltimos a?os.
Pese a no contar con todos los permisos, Berkeley ya ha realizado varios desmontes ¡ªque han implicado la eliminaci¨®n de cientos de encinas¡ª, ha horadado la tierra para crear una gran balsa e, incluso, inici¨® una carretera cuya construcci¨®n est¨¢ ahora paralizada. Esas son las cicatrices que se ven. Pero hay otras m¨¢s profundas: ¡°El mal que nos han hecho ya no nos lo quita nadie, yo no me hablo con mis hermanos¡±, dice Jes¨²s Cruz, miembro de la plataforma Stop Uranio, que lleva a?os batallando contra el proyecto. ¡°En todas las familias hay alguien a favor y en contra, las relaciones ya no son iguales que antes¡±, a?ade Juan Mat¨ªas Garz¨®n, el alcalde socialista del municipio vecino de Boada y contrario tambi¨¦n a la mina. Este regidor hizo un refer¨¦ndum entre los 300 habitantes de su pueblo. ¡°Y el 98% de la gente est¨¢ en contra¡±.
Pero ?en qu¨¦ consiste este proyecto? Lo que pretende hacer Berkeley desde hace una d¨¦cada sin ¨¦xito es explotar una veta de uranio que hay bajo los pies del municipio de Retortillo y del vecino Villavieja de Yeltes (800 habitantes). Para ello se abrir¨ªan cinco cortas para extraer el mineral a cielo abierto. Ser¨ªa la ¨²nica mina de uranio operativa en Europa.
Pero el proyecto no se queda ah¨ª: tambi¨¦n se contempla la construcci¨®n de una planta de tratamiento para la fabricaci¨®n de concentrados de uranio. Y, lo que resulta a¨²n m¨¢s conflictivo, en dos de esas cortas (una en Retortillo y otra en Villavieja) se enterrar¨¢n los residuos radiactivos que generar¨ªan los procesos llevados a cabo en esa planta. ¡°Son residuos radiactivos de muy baja intensidad de vida larga, pero necesitan una vigilancia perpetua¡±, explican fuentes del Consejo de Seguridad Nuclear.
Los planes de la empresa son operar estos yacimientos durante 10 a?os, aunque Bell¨®n asegura que se podr¨ªa llegar incluso hasta los 15. Luego, su programa econ¨®mico prev¨¦ un plan de vigilancia con ¡°un coste anual de 185.000 euros durante los cinco a?os posteriores a la finalizaci¨®n de la restauraci¨®n¡±, es decir, 925.000 euros en total. La duda es qu¨¦ ocurrir¨¢ despu¨¦s, a partir del sexto a?o, y qui¨¦n asumir¨¢ las ¡°obligaciones de vigilancia radiol¨®gica perpetuas¡±, como las ha definido el CSN en varios informes relativos al proyecto. En esos documentos t¨¦cnicos ya se advierte de la carga que supondr¨¢ ¡°para las generaciones futuras¡± este almacenaje de desechos radiactivos.
En Espa?a existi¨® entre 1948 y 2000 una miner¨ªa de uranio en yacimientos de Castilla y Le¨®n, Extremadura y Andaluc¨ªa. Pero a finales del siglo pasado Enusa, la empresa p¨²blica que ha operado todas esas minas del pa¨ªs, decidi¨® cerrar la ¨²ltima de sus explotaciones al considerar que ya no era rentable. De la restauraci¨®n y el control de los residuos radiactivos generados durante medio siglo con esta actividad se encarga Enusa y otra empresa p¨²blica: Enresa.
En el caso de Retortillo la situaci¨®n es distinta. ¡°Ser¨ªa la primera vez que se conceder¨ªa una autorizaci¨®n que generar¨ªa un volumen de residuos de miner¨ªa del uranio a una empresa cuyo capital es 100% privado¡±, se?ala Nieves S¨¢nchez Guiti¨¢n, presidenta de la Asociaci¨®n Profesional de T¨¦cnicos en Seguridad Nuclear y Protecci¨®n Radiol¨®gica. El temor de muchos es que, al final, una empresa privada explote este yacimiento salmantino (y obtenga sus beneficios) pero los costes de la vigilancia de los residuos los acaben pagando todos los espa?oles durante muchas generaciones.
¡°A nosotros nos ofrecieron acabar la residencia de ancianos, construirnos un colegio nuevo¡±, dice Jorge Rodr¨ªguez, alcalde socialista de Villavieja de Yelves. Una llamada de tel¨¦fono interrumpe las explicaciones del regidor. ¡°Yo no meter¨ªa mi dinero ah¨ª¡±, le dice a su interlocutor al cabo del rato. Al otro lado del tel¨¦fono una persona que se identifica como inversor le pregunta si su Consistorio tiene previsto conceder alg¨²n permiso nuevo a la mina y si cree que saldr¨¢ adelante. ¡°Suele ocurrir¡±, explica el alcalde despu¨¦s de colgar. ¡°Algunos inversores llaman al Ayuntamiento, le dan mi m¨®vil y me preguntan sobre el proyecto¡±, apunta Rodr¨ªguez, quien tambi¨¦n se opone a la mina.
Pese a no explotar ning¨²n yacimiento y no contar con todos los permisos para empezar a operar, Berkeley cotiza en la Bolsa de Madrid. Y sus acciones tan pronto bajan un 50% un d¨ªa como suben un 65% una semana despu¨¦s para volver a caer con fuerza al poco. Como una ¡°burbuja de especulaci¨®n¡± ha definido este proyecto el diputado de Unidas Podemos Juan L¨®pez de Uralde en varias ocasiones.
La llamada que ha recibido Rodr¨ªguez mientras hablaba con los reporteros de EL PA?S tiene una explicaci¨®n. En los ¨²ltimos d¨ªas, las acciones de esta empresa, que tambi¨¦n tiene sede en Londres y Australia, est¨¢n subiendo entre rumores. Hace dos semanas, el pleno del Consejo de Seguridad Nuclear comenz¨® el an¨¢lisis del informe final para la autorizaci¨®n de la construcci¨®n de la planta de procesado del proyecto. De momento, los cinco consejeros del CSN (tres nombrados a propuesta del PSOE, uno de Podemos y otro de PP) han empezado a estudiar los informes sectoriales de la decena larga de ¨¢reas de este supervisor que se tienen que pronunciar. Las fuentes del organismo consultadas apuntan a que existen dudas t¨¦cnicas respecto al proyecto, como las referidas a la hidrogeolog¨ªa de la zona y las posibles filtraciones de materiales peligrosos a los acu¨ªferos. El trabajo de an¨¢lisis de los informes t¨¦cnicos tomar¨¢ semanas, seg¨²n estas fuentes, y la ¨²ltima palabra la tendr¨¢n los cinco consejeros del CSN. Luego, el Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica tendr¨ªa que validar la autorizaci¨®n de construcci¨®n.
Este no ser¨ªa el ¨²ltimo permiso. A¨²n se necesitar¨ªa, entre otros, una autorizaci¨®n de explotaci¨®n, que tambi¨¦n depender¨ªa del Consejo de Seguridad Nuclear. Pero Bell¨®n admite que este es un ¡°momento muy importante¡± para su proyecto. Y no encuentra razones t¨¦cnicas para que no se le conceda el visto bueno. ¡°No se pueden obviar los permisos ya otorgados¡±, a?ade sobre los pronunciamientos que ha hecho el organismo en todo el proceso de licenciamiento.
Berkeley tiene dos mantras: los m¨¢s de 120 permisos que dice que ya tiene en su poder y los m¨¢s de 1.000 empleos que dice que crear¨¢. Esas 120 autorizaciones (la empresa incluye ah¨ª muchos tr¨¢mites menores con las Administraciones) retratan muy bien uno de los principales problemas de esta aventura minera: la fragmentaci¨®n del proyecto realizada por la empresa. ¡°Han troceado el proyecto¡±, advierte Jorge Fabra, que fue consejero del CSN hasta 2019. ¡°Deber¨ªa agruparse todo en un solo expediente¡±, a?ade este economista, que en su etapa en el supervisor se mostr¨® muy cr¨ªtico con la tramitaci¨®n que se estaba realizando.
Respecto al empleo, el plan de explotaci¨®n contempla que los yacimientos de Retortillo y Villavieja de Yeltes supondr¨ªan la creaci¨®n de 350 empleos en la fase de construcci¨®n y de 196 durante la explotaci¨®n. El resto, hasta llegar al millar, ser¨ªan indirectos, asegura en su documentaci¨®n Berkeley.
¡°Estoy totalmente en contra¡±, dice junto a sus vacas Juli¨¢n S¨¢nchez. La empresa ha intentado comprarle las tierras a este ganadero, que hasta ahora ha resistido las presiones. ¡°Yo como de la ganader¨ªa y mi familia trabaja en el balneario¡±, explica sobre la afecci¨®n que tendr¨ªa la mina sobre el empleo ya existente en esta zona muy castigada por la despoblaci¨®n. ¡°Me han ofrecido mucho por las tierras, pero no es cuesti¨®n de dinero¡±. S¨¢nchez sabe que si la explotaci¨®n lograra todos los permisos le podr¨ªan expropiar la parcela. Sin embargo, este ganadero opina como la mayor¨ªa de detractores del proyecto: ¡°Esto no se va a hacer, no es rentable. El uranio es de baja calidad y hay poca cantidad¡±.
Rodr¨ªguez, el alcalde de Villavieja, recuerda que Berkeley y la empresa p¨²blica Enusa ten¨ªan un acuerdo de colaboraci¨®n para explotar los yacimientos de uranio de Salamanca. Pero, seg¨²n comunic¨® en 2012 Enusa, los estudios de viabilidad de Berkeley no acreditaban que la explotaci¨®n de los recursos salmantinos ¡°resulte viable y sostenible en el tiempo¡±. Berkeley present¨® entonces una demanda contra Enusa en la Corte de Arbitraje Internacional, con sede en Par¨ªs, y valor¨® en 200 millones de d¨®lares la compensaci¨®n que reclamaba. ¡°La demanda dur¨® tres d¨ªas¡±, sostiene Bell¨®n, que explica que se lleg¨® a un acuerdo por el que se le cedieron las dos reservas de uranio que ahora quieren operar. ¡°El proyecto es econ¨®micamente viable¡±, insiste el presidente de Berkeley pese a las ser¨ªas dudas que expres¨® Enusa.
La posibilidad de una demanda vuelve a sobrevolar esta pol¨¦mica mina casi una d¨¦cada despu¨¦s. Ahora lo reclamado ascender¨ªa a 500 millones de euros. Los representantes de Berkeley han amenazado con esa demanda p¨²blicamente y tambi¨¦n en varias cartas enviadas al CSN. En esos escritos, que el ¨®rgano supervisor ha interpretado como presiones, Bell¨®n, sus abogados e, incluso, asociaciones de inversores, han advertido de que la aprobaci¨®n de la enmienda de la ley de cambio clim¨¢tico llevar¨ªa a un pleito si frena su proyecto. El presidente de Berkeley confirma que su intenci¨®n es acudir a los tribunales si con esa ley se les ¡°expropian¡± los ¡°derechos adquiridos¡± que tienen.
¡°Yo creo que este proyecto no va a salir adelante¡±, insiste el alcalde de Villavieja de Yeltes. Rodr¨ªguez y su Ayuntamiento no se opon¨ªan al principio a la mina. Pero el regidor explica que todo cambi¨® a partir de 2012, cuando se retir¨® Enusa y el proyecto cambi¨® con la inclusi¨®n de una planta de tratamiento nueva y el almacenamiento de residuos radiactivos que esta aventura dejar¨¢ como legado a las generaciones futuras. Una herencia muy distinta de las encinas centenarias que los habitantes de esta comarca recibieron en su d¨ªa y que ahora est¨¢n en peligro.
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