Una gran nevada de Houston a Atenas
El cambio clim¨¢tico hace que los fen¨®menos extremos como el intenso fr¨ªo en Texas o en Grecia ocurran mucho m¨¢s a menudo
Esta semana una ola de fr¨ªo intenso que ha asolado Texas ha acaparado portadas. Lo ha hecho por sus consecuencias dram¨¢ticas. Muchas de ellas, relacionadas con problemas en el suministro de electricidad, han sido cuesti¨®n de vida o muerte. Esto se ha debido, entre otras cosas, a lo inusual del evento, con unas temperaturas tan bajas que no se hab¨ªan registrado en 30 a?os. Este es un dato importante. Los eventos meteorol¨®gicos extremos siempre vuelven, lo hacen con una determinada frecuencia y se debe estar preparado para el peor de los escenarios. En este punto es donde entra en juego el cambio clim¨¢tico, rompiendo el equilibrio natural en nuestro planeta y haciendo que estos fen¨®menos extremos ocurran mucho m¨¢s a menudo de lo que deber¨ªan. Esto es algo de sobra conocido desde hace a?os y las perniciosas consecuencias de las olas de calor o fr¨ªo sobre el sector energ¨¦tico son una cuesti¨®n de la que ya hemos advertido en trabajos cient¨ªficos en el pasado.
Esta ola de fr¨ªo en Texas se ha debido a un desplazamiento del v¨®rtice polar. Explic¨¢ndolo de una forma muy tosca: el aire de las zonas polares de nuestro planeta normalmente est¨¢ confinado en esa regi¨®n, con m¨¢s fuerza si cabe en invierno. Hacia estas fechas del a?o muchas veces empieza a ser menos estable y ese v¨®rtice se mueve con el aire que contiene, en el caso del hemisferio norte, hacia zonas m¨¢s al sur. Sabemos que el cambio clim¨¢tico est¨¢ facilitando que adem¨¢s se mueva todav¨ªa m¨¢s al sur. Es por ello que se puede adentrar en regiones tan poco habituadas a ello como por ejemplo Texas.
Todo esto est¨¢ relacionado con el hecho de que la temperatura de las zonas polares ha aumentado dos veces m¨¢s r¨¢pido que la del resto del planeta, haciendo que la corriente en chorro ¡ªuna corriente de aire que ayuda a separar esta masa de aire polar del resto¡ª se muestre mucho m¨¢s serpenteante al no haber tanto contraste de temperatura entre el polo y nuestras latitudes.
En Atenas tambi¨¦n hemos visto esta semana temperaturas similares a las de Texas, con m¨ªnimas de unos 18 grados bajo cero. La Acr¨®polis nevada es una imagen que no se ve¨ªa desde 2008. Las consecuencias han sido menos dram¨¢ticas, aunque tambi¨¦n han incluido decesos y problemas de suministro el¨¦ctrico. La causa es similar a la de Texas: el v¨®rtice polar. Algo similar ocurri¨® hace un par de a?os por estas fechas sobre Europa y afect¨® a Espa?a. La diferencia es que esta vez en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica no nos ha tocado; la corriente en chorro oscila de norte a sur a lo ancho del planeta y en este caso a la Pen¨ªnsula le ha tocado en su mayor parte del lado menos fr¨ªo.
Alguien podr¨ªa estar pensando si el fr¨ªo de Filomena estuvo relacionado con este mecanismo del v¨®rtice polar. La respuesta es clara, no. El fr¨ªo de hace semanas en la Pen¨ªnsula puede o no estar relacionado con el cambio clim¨¢tico, eso es algo que los estudios que se est¨¢n ya haciendo dir¨¢n, pero dadas las condiciones de la atm¨®sfera que hab¨ªa en ese momento ser¨ªa sorprendente un enlace con la situaci¨®n de la estratosfera, de la cual depende el v¨®rtice.
En resumen, tenemos indicios de que la meteorolog¨ªa relacionada con estas olas de fr¨ªo se est¨¢ volviendo m¨¢s frecuente y sabemos que el cambio clim¨¢tico afecta al v¨®rtice y a la corriente en chorro, que se vuelve m¨¢s inestable. Adem¨¢s, estas olas de fr¨ªo se espera que sean m¨¢s frecuentes, m¨¢s intensas y asociadas a cambios bruscos del tiempo en nuestras latitudes. Debemos estar preparados para ello.
As¨ª mismo, este es un fen¨®meno que depende en gran medida del comportamiento de la estratosfera de nuestro planeta. Existen evidencias de que se est¨¢ viendo afectada por el cambio clim¨¢tico m¨¢s de lo que se pudiera haber pensado en su momento y tan solo estamos en ciernes de entender en su totalidad gran parte de sus fen¨®menos. A la luz de la relevancia que sin duda tiene, es necesario dedicar m¨¢s esfuerzos a su comprensi¨®n. Porque esta ola de fr¨ªo puede no ser nada si se compara con todas las consecuencias del tsunami de la crisis clim¨¢tica.
Juan Antonio A?el y Laura de la Torre son profesores de F¨ªsica de la Tierra de la Universidad de Vigo.
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