La agricultura intensiva asfixia el mar Menor ante la pasividad oficial
Ni el Estado ni el Gobierno murciano han puesto remedio a los vertidos agrarios del Campo de Cartagena que contaminan la laguna salada
?Por qu¨¦ no se ha actuado antes? ?D¨®nde estaban el Gobierno regional y el Estado? Son preguntas que los ciudadanos de los municipios que ba?a el mar Menor se plantean desde que la laguna salada lanz¨® el primer grito pidiendo auxilio hace ya cinco a?os, en 2016, cuando su legendaria transparencia se transform¨® en un l¨ªquido verde. A partir de ese momento, no ha habido tregua y las crisis se han sucedido: en 2019, se retiraron tres toneladas de peces asfixiados en las playas y entre esta semana y la pasada se han recogido entre cuatro y cinco toneladas de ejemplares muertos tambi¨¦n por la falta de ox¨ªgeno. Pero los vecinos contin¨²an sin atisbar la soluci¨®n, y muchos han dejado de ba?arse en los arenales de lo que antes se consideraba un para¨ªso. Ni siquiera las diversas figuras de protecci¨®n internacionales, nacionales y auton¨®micas que deber¨ªan haber blindado al mar Menor han servido de nada.
La causa de este proceso destructivo est¨¢ identificada: la gran cantidad de nutrientes (nitratos y tambi¨¦n fosfatos y amonio) que llega a la laguna salada de 170 kil¨®metros cuadrados, sobre todo procedentes de los abonos utilizados en la actividad agraria de la cuenca que vierte al mar Menor. Es como si se fertilizara tambi¨¦n la masa de agua: los nitratos favorecen el crecimiento del fitoplancton (microorganismos), que tanto al proliferar como al pudrirse cuando mueren consumen el ox¨ªgeno del agua. Adem¨¢s, esta sopa verde provoca que la luz no llegue al fondo marino, por lo que no hay fotos¨ªntesis que regenere ese gas vital. El resultado es que los peces se asfixian. Al mismo tiempo, existen vertidos de aguas residuales urbanas puntuales cuando llueve con intensidad. Pedro Garc¨ªa, presidente de la asociaci¨®n conservacionista Anse, que denuncia el mal estado de la laguna desde hace d¨¦cadas, explica que ¡°al no tener separadas las aguas negras de las de lluvia, el alcantarillado y las depuradoras colapsan y las aguas salen sin limpiar hacia el mar Menor¡±. Es un problema con menor peso que la agricultura en el desastre ambiental, pero que tambi¨¦n es imprescindible solucionar.
Con el origen del problema acotado, a los ciudadanos les es todav¨ªa m¨¢s complicado entender por qu¨¦ no se soluciona. Mar¨ªa Victoria Margado, madrile?a que veranea en la zona desde hace 30 a?os con su familia, resume la sensaci¨®n de abandono de los ciudadanos: ¡°Que limpien el agua, que hagan algo¡±. En su voz y gesto se percibe la impotencia de haber sido testigo de ¡°la degradaci¨®n total de la laguna¡±, una situaci¨®n que se ve¨ªa venir y a la que no se ha puesto freno y ¡°cada vez es peor¡±.
Esta semana, cuando el desastre ha emergido de nuevo en forma de toneladas de peces muertos y de indignaci¨®n ciudadana, los pol¨ªticos han entrado en escena. Primero con acusaciones mutuas de inacci¨®n entre el ministerio y la comunidad para centrarse despu¨¦s en el debate t¨¦cnico y en acercar posturas. Pero durante mucho tiempo, asegura Garc¨ªa, ¡°se ha mirado para otro lado desde las Administraciones p¨²blicas¡±. Ahora, la comunidad se ha comprometido a agilizar los tr¨¢mites para acabar con las explotaciones ilegales y el ministerio ofrece involucrarse a fondo en lo que considera ¡°una emergencia nacional¡±, pero queda todo un camino por recorrer para decidir cuestiones vitales como, por ejemplo, la forma de controlar el vertido diario de millones de litros de agua cargados de nitratos o si se retiran los sedimentos que colmatan uno de los canales de conexi¨®n con el Mediterr¨¢neo.
Para salvar la laguna, asociaciones ciudadanas, ecologistas y cient¨ªficos piden atajar el desastre en su origen. Se centran en acabar con el regad¨ªo ilegal, limitar y controlar el uso de fertilizantes, crear una red de filtros verdes (humedales con plantas), plantar setos que hagan de barrera durante las lluvias y que capten nutrientes del suelo o recuperar ramblas que est¨¢n ocupadas por cultivos y carreteras. El presidente de Anse aclara que ¡°estas no van a solucionar la situaci¨®n a corto plazo, porque necesitan un tiempo para que surtan efecto¡±. Por ello, no descarta actuaciones de emergencia como construir alguna infraestructura de desnitrificaci¨®n.
La llegada del agua del trasvase Tajo-Segura marc¨® el principio de la explosi¨®n del regad¨ªo en la cuenca que vierte al mar Menor. De las 120.000 hect¨¢reas totales, unas 70.000 son de regad¨ªo, informa la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Segura (CHS), organismo dependiente del Estado. Hasta finales de la d¨¦cada de los ochenta las concentraciones de nitratos eran bajas, pero al acabar los noventa, eran 10 veces m¨¢s altas, explica Gin¨¦s Luengo, decano del Colegio Oficial de Bi¨®logos de Murcia, que tambi¨¦n pide atacar el origen del problema. La CHS no control¨® la expansi¨®n de las explotaciones ilegales, algo que estaba entre sus competencias. Ha habido que esperar a este a?o para que hiciera p¨²blico que existen 7.862 hect¨¢reas que incumplen la ley. No era ning¨²n secreto, WWF y Anse desvelaron en 2017 que se regaban entre 10.000 y 11.000 hect¨¢reas sin permiso. Tampoco el Ejecutivo regional tom¨® medidas para evitar el aumento del regad¨ªo, algo sobre lo que tambi¨¦n tiene capacidad de actuaci¨®n.
La CHS aclara en un correo a preguntas de este peri¨®dico que ha sido el equipo actual, que dirige el organismo desde agosto de 2018, el que inici¨® el control del regad¨ªo con trabajos de teledetecci¨®n, datos que luego se contrastaron con visitas de campo. Se enfrenta a la dificultad, a?ade, de carecer de suficientes ¡°guardias fluviales, agentes medioambientales y personal t¨¦cnico¡± para proteger y controlar con ¡°eficacia y eficiencia¡± el dominio p¨²blico hidr¨¢ulico de forma ordinaria, por lo que ¡°mucho menos lo estamos para una gesti¨®n extraordinaria y de la gravedad que nos ocupa [en referencia al mar Menor]¡±, a?ade el portavoz. El Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica est¨¢ tramitando una ampliaci¨®n del personal.
Una vez identificadas las hect¨¢reas ilegales, la competencia de cerrarlas es del Gobierno regional. Fernando L¨®pez Miras, presidente de Murcia (PP), anunci¨® este mi¨¦rcoles que se recortar¨ªan a la mitad los plazos actuales para cerrar las explotaciones ilegales. Un cambio aprobado el viernes, que llega cinco a?os despu¨¦s del episodio de la sopa verde. Adem¨¢s, el Ejecutivo murciano adopt¨® prohibir el uso de fertilizantes con nitr¨®geno inorg¨¢nico en el ¨¢rea y estableci¨® sanciones de entre 5.000 y 50.000 euros para quien lo incumpla. El veto afectaba ya a una franja de unos 1.500 metros, la m¨¢s cercana a la laguna (unas 1.190 hect¨¢reas en total), pero ahora se ampl¨ªa a toda la zona 1 (los t¨¦rminos municipales de La Uni¨®n, Los Alc¨¢zares, San Pedro del Pinatar y San Javier), que abarca unas 11.000 hect¨¢reas.
Parar los vertidos llenos de nutrientes
Uno de los principales problemas a atajar, por tanto, es cortar el vertido de aguas llenas de nutrientes al mar Menor. Este se produce, sobre todo, a trav¨¦s de rambla del Albuj¨®n ¡ª30 millones de litros de agua (347 litros por segundo) y 5.000 kilos de fertilizantes diarios¡ª y por la descarga natural de las aguas subterr¨¢neas del acu¨ªfero que se extiende por debajo del campo de Cartagena, que aflora tanto por esa rambla como por otros lugares debido a que el nivel fre¨¢tico est¨¢ muy alto. Se calcula que en el acu¨ªfero hay almacenadas 300.000 toneladas de nitratos, que se han acumulado durante d¨¦cadas procedentes de los riegos de la agricultura.
La forma de controlar esa monumental salida de agua constituye uno de los puntos de fricci¨®n entre el presidente regional, Fernando L¨®pez Miras, y la ministra para la Transici¨®n Ecol¨®gica, Teresa Ribera, que se reunieron el pasado mi¨¦rcoles en Murcia. L¨®pez Miras tiene claro que nada se solucionar¨¢ si no se controla el acu¨ªfero, para lo que considera imprescindible construir una planta desnitrificadora. Ribera, sin embargo, aboga por no tomar una soluci¨®n r¨¢pida, como pide L¨®pez Miras, porque ¡°hay ge¨®logos especialistas que indican lo delicado que resulta intervenir en un acu¨ªfero de esas caracter¨ªsticas¡±.
Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Ar¨®stegui, del Instituto Geol¨®gico Minero de Espa?a (IGME), se?ala que para reducir esa cantidad de agua contaminada que llega del acu¨ªfero al mar Menor son necesarias infraestructuras que en la actualidad no existen. Sin olvidar, a?ade, que es imprescindible que los agricultores contin¨²en apostando por un uso m¨¢s eficiente y sostenible del agua y los fertilizantes y acabar con el regad¨ªo ilegal. El Ministerio de Transici¨®n Ecol¨®gica declar¨® el acu¨ªfero en riesgo qu¨ªmico en julio del a?o pasado, lo que le permiti¨® prohibir el uso de fertilizantes nitrogenados en un ¨¢rea de 1.500 metros tierra adentro en torno a la laguna.
Los agricultores, en el punto de mira
Las explotaciones agr¨ªcolas del Campo de Cartagena, que vierten al mar Menor, no utilizan en la actualidad el agua del acu¨ªfero para regar, pero durante a?os algunos construyeron desalobradoras ¨Cpara quitarle la sal¨C y vert¨ªan el rechazo (la salmuera) al acu¨ªfero con nitratos incluidos. La ¨²ltima actuaci¨®n de la Guardia Civil fue en marzo de 2021 con el precinto de 67 desalobradoras ilegales. Los agricultores toman el agua del trasvase Tajo-Segura, de tres desaladoras, varias depuradoras municipales y de pozos. La mayor parte de los agricultores ¡°est¨¢n cumpliendo [la ley] a rajatabla¡±, indic¨® la ministra en rueda de prensa tras su reuni¨®n con el presidente regional el mi¨¦rcoles. Desde Proexport, asociaci¨®n en la que se encuentran las grandes empresas de frutas y hortalizas de Murcia, consideran que se les est¨¢ atacando de forma injusta, porque la agricultura no es responsable ¡°ni del calentamiento extremo del agua del mar Menor, ni de la llegada de 200.000 turistas, ni de que las golas [canales de conexi¨®n del mar Menor con el Mediterr¨¢neo] est¨¦n colmatadas, ni de que el acu¨ªfero brote por toda la l¨ªnea de costa¡±, denuncian en un comunicado. En ¨¦l no se mencionan los problemas que existen con los fertilizantes.
Santiago P¨¦rez Blay, agricultor y s¨ªndico de la comunidad de regantes del campo de Cartagena, reconoce que llegan nitratos desde la agricultura, pero suma el problema de la deficiente depuraci¨®n de las aguas residuales, que en muchas ocasiones desembocan directamente al mar Menor. ?l cultiva unas 60 hect¨¢reas ¡ªhay empresas que explotan unas 800¡ª de lechuga y patata, y recuerda que ¡°sin abono no se puede cultivar¡±. En su opini¨®n, ¡°a la gente hay que educarla, no perseguirla porque siempre hay formas de sortear los controles. Se deber¨ªa mostrar con anal¨ªtica c¨®mo llegan esos nutrientes al acu¨ªfero¡±. Reconoce que ¡°si no se puede seguir explotando la tierra de esta manera, habr¨¢ que aminorar la marcha¡±.
El catedr¨¢tico de Ingenier¨ªa Agron¨®mica de la Universidad Aut¨®noma de Cartagena Alejandro P¨¦rez Pastor trabaja ¡°codo con codo¡± con los agricultores. Considera que la agricultura actual no tiene nada que ver con la del siglo XX en la que no se priorizaba el medio ambiente. Asegura que en el Campo de Cartagena se est¨¢ invirtiendo ¡°en ser lo m¨¢s sostenibles posible, con sensores que ajustan las necesidades de riego de las plantas, con mejoras gen¨¦ticas que hacen que tengan menos necesidades nutricionales o que est¨¦n mejor adaptadas a la sequ¨ªa¡±, entre otras medidas, explica. Pese a estos avances, la agricultura intensiva est¨¢ en el punto de mira por ser la principal responsable de la llegada de nitratos al mar Menor.
El desastre del mar Menor tambi¨¦n se refleja en el turismo. Dionisio Garc¨ªa, gerente de la estaci¨®n n¨¢utica mar Menor, cuenta c¨®mo la ¡°gente no quiere ba?arse en este mar porque no invita a ello¡±, con la repercusi¨®n que tiene para los negocios. Pide que ¡°se haga caso a los cient¨ªficos caiga quien caiga, porque hay que recuperar la laguna¡±. Este a?o, el sector tur¨ªstico se estaba sobreponiendo, con cifras de ocupaci¨®n mayores de las que se esperaban, en torno al 85%. La crisis de los peces muertos ¡°no ha provocado cancelaciones en el corto plazo, pero s¨ª se ha observado una ralentizaci¨®n de las reservas de septiembre¡±, indica Hosteltur, asociaci¨®n de hosteleros de la Costa C¨¢lida. ¡°El problema es que no tenemos argumentos para decir que vengan al mar Menor¡±, lo que le deja un ¡°sabor de impotencia tremenda¡±, puntualiza Dionisio Garc¨ªa.
Puedes seguir a CLIMA Y MEDIO AMBIENTE en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal