Las lluvias torrenciales por el alza de las temperaturas ahogan al Sahel

Barrios completamente inundados en las afueras de Dakar, la capital de Senegal; m¨¢s de un centenar de muertos por el derrumbe de sus viviendas y por una epidemia de c¨®lera en N¨ªger; 6.000 casas destruidas y diques de tierra desbordados por la crecida del Nilo en Sud¨¢n. La temporada de lluvias apenas ha comenzado y sus efectos ya son catastr¨®ficos en todo el Sahel. Mientras en otras latitudes se fr¨ªen de calor, la llegada del verano en esta parte de ?frica es sin¨®nimo de violentas precipitaciones que traen p¨¦rdidas humanas y da?os irreversibles para la agricultura, un fen¨®meno exacerbado por la subida de temperaturas y el calentamiento global.

Un joven subido a una peque?a embarcaci¨®n de madera pasa remando a toda velocidad entre los at¨®nitos vecinos que se amontonan en las aceras. No es un r¨ªo ni un lago ni el mar. Se trata de una calle completamente inundada del barrio de Thiaroye, en Dakar. ¡°Esto es una verg¨¹enza¡±, asegura Ousmane Diouf, propietario de una peque?a tienda, ¡°as¨ª no viven ni los animales. Cada verano, con las lluvias, es igual¡±. Escenas similares se ven en la pr¨®xima Pikine, en Parcelles, en Mbao. Sacos de arena se apilan frente a las casas para tratar de impedir que el torrente entre en las habitaciones. El empe?o es vano. El cielo pre?ado de nubes presagia una nueva tormenta.

El meteor¨®logo Christopher Taylor, experto en proyecciones clim¨¢ticas en ?frica occidental, asegura: ¡°Hemos demostrado que la frecuencia de precipitaciones intensas y tormentas se ha triplicado en el Sahel desde la d¨¦cada de 1980, una tendencia verdaderamente notable. A medida que la atm¨®sfera se calienta debido al aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero, el aire puede retener m¨¢s humedad. Lo que ocurre en esta zona es que el desierto del Sahara se est¨¢ calentando a un ritmo a¨²n mayor y el incremento del contraste de temperaturas hace que las tormentas se intensifiquen. Esta tendencia continuar¨¢ en las pr¨®ximas d¨¦cadas y las inundaciones en las ciudades ser¨¢n m¨¢s graves y frecuentes¡±.

Las precipitaciones del llamado monz¨®n africano que antes se repart¨ªan de manera arm¨®nica a lo largo de los tres meses de verano y regaban todo el Sahel se concentran ahora en episodios intensos y en determinados lugares. Llueve menos que en los a?os cincuenta o sesenta, pero m¨¢s concentrado. Cuando cae en los arrabales de las grandes ciudades, que han crecido de manera desordenada fruto del ¨¦xodo rural y donde las infraviviendas no cuentan con sistemas de evacuaci¨®n adecuados, es una cat¨¢strofe que provoca p¨¦rdidas humanas y materiales. Esto dispara adem¨¢s el riesgo de enfermedades como la malaria o el c¨®lera. N¨ªger sufre una epidemia de esta ¨²ltima enfermedad que ha provocado ya 35 muertos y m¨¢s de 850 casos.

El responsable, apuntan los expertos, es el calor. Desde 1950 la temperatura media en ?frica occidental ha subido 1,1 grados, pero este fen¨®meno no es uniforme: el norte del Sahel y el desierto del S¨¢hara se est¨¢n calentando m¨¢s r¨¢pido y los episodios de calor m¨¢s extremo se concentran en ciertas ¨¦pocas del a?o, sobre todo antes de la temporada de lluvias. ¡°Las temperaturas en abril han aumentado desde 1950 una media de 1,4 grados frente al incremento de 1,1 grados de media anual. Los meses previos al monz¨®n son los m¨¢s calurosos del a?o y el calentamiento est¨¢ provocando temperaturas r¨¦cord¡±, comenta Taylor, ¡°particularmente por la noche¡±.

Pero no son solo las ciudades las que sufren las consecuencias. El proyecto AMMA-2050, que analiza los impactos del cambio clim¨¢tico en la regi¨®n, asegura que el rendimiento de los cultivos de mijo ha ca¨ªdo entre un 10% y un 20% y entre un 5% y un 15% el del sorgo, dos cereales claves para la econom¨ªa del Sahel, lo que se traduce en p¨¦rdidas de entre 2.000 y 4.000 millones de d¨®lares para el mijo y entre 1.000 y 2.000 millones para el sorgo. ¡°Estas ca¨ªdas en el rendimiento van a aumentar en el futuro si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero y si no se adaptan los cultivos al aumento de las temperaturas¡±, concluye el citado proyecto AMMA-2050.

Cambio en las tormentas

Riad Kawar lleva m¨¢s de 30 a?os estudiando el clima de Senegal. Agricultores y pescadores le consultan antes de tomar una decisi¨®n; sus previsiones tienen fama de dar en el blanco. ¡°Desde hace unos 10 a?os hay un cambio total en c¨®mo circulan las tormentas en ?frica occidental, pero tambi¨¦n hace mucho m¨¢s calor¡±, asegura, ¡°sobre todo antes y despu¨¦s de la estaci¨®n de lluvias. Al mismo tiempo hay muchos m¨¢s fen¨®menos de polvo en el aire que viene del Sahara¡±. A su juicio, todo ello tiene que ver con la deforestaci¨®n, el uso intensivo de la madera para la fabricaci¨®n de carb¨®n y la exportaci¨®n ilegal que han devastado la cubierta vegetal de dos terceras partes del pa¨ªs.

Hay muchos m¨¢s fen¨®menos de polvo en el aire que viene del Sahara

Riad Kawar, experto en clima

Lo cierto es que la superficie del desierto del S¨¢hara ha aumentado un 10% en los ¨²ltimos 100 a?os, seg¨²n un reciente estudio de la Universidad de Maryland que apunta al cambio clim¨¢tico como responsable, en buena medida, de esta expansi¨®n. Es un c¨ªrculo vicioso. La temperatura aumenta, esto provoca que las lluvias que antes ca¨ªan de forma regular y ben¨¦fica se conviertan en fen¨®menos extremos, lo que acelera la erosi¨®n del suelo y que descienda el porcentaje de lluvia anual que las plantas reciben para crecer, el desierto avanza y esto genera a¨²n m¨¢s calor.

?frica apenas es responsable de un 4% de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo y, sin embargo, seg¨²n el ¨²ltimo informe del grupo de expertos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Clim¨¢tico (IPCC), publicado el pasado 9 de agosto, ya es uno de los continentes m¨¢s afectados por las alteraciones meteorol¨®gicas. Las cat¨¢strofes naturales ligadas a los fen¨®menos extremos, como las lluvias torrenciales, pero tambi¨¦n las sequ¨ªas, est¨¢n en el origen de desplazamientos masivos de poblaci¨®n, crisis alimentarias y conflictos, como el que enfrenta con cada vez m¨¢s intensidad a ganadores y agricultores en el Sahel, quienes compiten por la tierra y el agua.

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