Obama en la cumbre del clima: ¡°No estamos ni cerca de donde necesitamos estar¡±
La conferencia de Glasgow entra en su semana decisiva obligada a conseguir avances en la agenda oficial m¨¢s all¨¢ de las promesas anunciadas hasta ahora
La cumbre del clima de Glasgow (COP26) afronta a partir de este lunes su segunda y ¨²ltima semana, en la que los ministros de los pa¨ªses participantes en esta cita internacional encabezan las negociaciones. Tras las protestas en las calles del viernes y ...
La cumbre del clima de Glasgow (COP26) afronta a partir de este lunes su segunda y ¨²ltima semana, en la que los ministros de los pa¨ªses participantes en esta cita internacional encabezan las negociaciones. Tras las protestas en las calles del viernes y el s¨¢bado, hoy la actualidad en Escocia ha estado marcada por la reaparici¨®n en estos encuentros del expresidente de EE UU Barack Obama, figura clave en el estrepitoso fracaso de la conferencia de Copenhague de 2009 (COP15), pero tambi¨¦n del gran ¨¦xito del Acuerdo de Par¨ªs en 2015 (COP21). ¡°Par¨ªs mostr¨® al mundo que el progreso es posible y se cre¨® un marco, all¨ª se realiz¨® un importante trabajo y aqu¨ª se ha hecho un importante trabajo. Esa es la buena noticia¡±, se?al¨® el l¨ªder estadounidense, que a?adi¨®: ¡°Ahora, la mala noticia es que no estamos ni cerca de donde necesitamos estar¡±.
¡°Muchos pa¨ªses han fracasado a la hora de ser tan ambiciosos como deber¨ªan¡±, dijo el expresidente, que se mostr¨® especialmente cr¨ªtico con la ¡°peligrosa falta de urgencia¡± de los mandatarios de China y Rusia, por no haber asistido a esta cumbre del clima. ¡°Necesitamos que las econom¨ªas avanzadas, como Estados Unidos y la Uni¨®n Europea, lideren en esto, pero ya conocen los hechos¡±, recalc¨®.
En Glasgow las expectativas no son tan altas como en Par¨ªs o Copenhague, aunque s¨ª es mayor la urgencia de conseguir avances reales para frenar la amenaza del cambio clim¨¢tico, pues el tiempo sigue corriendo. En esta conferencia, todav¨ªa quedan por cerrar algunos aspectos concretos del Acuerdo de Par¨ªs, firmado en 2015 y que entr¨® en vigor en noviembre de 2016. Entre los puntos que deben cerrarse est¨¢ el desarrollo del art¨ªculo 6 de aquel tratado, algo en lo que las ¨²ltimas cumbres clim¨¢ticas han fracasado. Este apartado hace referencia a los intercambios de derechos o unidades de emisiones de gases de efecto invernadero entre pa¨ªses. Adem¨¢s, es el ¨²nico art¨ªculo de todo el acuerdo que menciona al sector privado, ya que abre la puerta a que las empresas puedan adquirir estos derechos de emisiones aparte de las naciones. En el Protocolo de Kioto, el anterior gran acuerdo clim¨¢tico, ya exist¨ªa un sistema por el que un pa¨ªs que no consegu¨ªa recortar lo que deb¨ªa sus gases pod¨ªa comprarle a otro Estado derechos de emisiones. Ese mecanismo se supone que seguir¨¢ con Par¨ªs, pero muchos pa¨ªses temen que se pueda caer en la doble contabilidad, es decir, que un mismo derecho no pueda llevarse a los balances de reducci¨®n de dos pa¨ªses a la vez. El debate est¨¢ entre los pa¨ªses que quieren reglas laxas y los que no quieren aprobar un sistema que permita esa doble contabilidad. Durante la primera semana los equipos t¨¦cnicos de los pa¨ªses que participan en la cumbre de Glasgow han ido limando el texto que se refiere al art¨ªculo 6, pero a¨²n persisten importantes diferencias.
Otro aspecto sobre el que se tendr¨¢n que poner de acuerdo los pa¨ªses es sobre la declaraci¨®n final que salga de Glasgow. Algunos pa¨ªses, encabezados por el Reino Unido, que preside la COP26, quieren que en esta cita haya un llamamiento directo para que los pa¨ªses mejoren sus planes de recorte de emisiones para 2030 el pr¨®ximo a?o, sin esperar a 2025 como establece en principio el Acuerdo de Par¨ªs.
Una gran parte de los pa¨ªses han revisado durante los ¨²ltimos meses ya al alza sus programas nacionales de recorte de emisiones, que deben presentar ante la ONU. Pero, de momento, la suma de todos los esfuerzos no pone en la senda adecuada a las emisiones de efecto invernadero mundiales, ya que llevar¨ªan a un calentamiento de unos 2,7 grados, seg¨²n los c¨¢lculos de Naciones Unidas. Cuando el objetivo del Acuerdo de Par¨ªs es que el calentamiento no supere los m¨¢rgenes de seguridad de entre 1,5 y 2 grados respecto a los niveles preindustriales.
La primera semana de cumbre ha servido para la presentaci¨®n de un buen n¨²mero de promesas y pactos sectoriales entre pa¨ªses. Eso s¨ª, al margen de las negociaciones oficiales. Uno de los m¨¢s importantes ha sido el que han apadrinado EE UU y la Uni¨®n Europea para reducir un 30% las emisiones de metano, un potente gas de efecto invernadero, en 2030. Un total de 103 pa¨ªses se ha sumado, aunque no lo han hecho China y Rusia.
A finales de la semana pasada, la Agencia Internacional de la Energ¨ªa sostuvo que si se tiene en cuenta ese pacto sobre el metano y las promesas de los pa¨ªses de alcanzar las emisiones netas cero (que implica emitir solo los gases que puedan ser absorbidos por sumideros como bosques) a mediados de siglo, se podr¨ªa poner al planeta en una trayectoria compatible con un calentamiento de solo 1,8 grados (ahora estamos ya en 1,1). Sin embargo, esta agencia vinculada a la OCDE reconoc¨ªa que para ello hacen falta planes de recorte en la pr¨®xima d¨¦cada compatibles con las promesas a largo plazo. Y los informes de la ONU advierten de que eso no ocurre en estos momentos.
Durante esta ¨²ltima semana, al margen de las negociaciones formales sobre el desarrollo del Acuerdo de Par¨ªs tambi¨¦n se espera la presentaci¨®n de m¨¢s alianzas de pa¨ªses. En concreto, varias referidas al transporte por carretera, mar¨ªtimo y a¨¦reo que deben contribuir a la lucha global contra los gases de efecto invernadero.
El sector de energ¨ªas f¨®siles en la COP26
Las cumbres del clima como la de Glasgow concentran multitud de encuentros de los que solo acaba trascendiendo una peque?a parte, por ocurrir demasiadas cosas a la vez y porque muchas suceden a puerta cerrada. Para conocer mejor lo que pasa dentro de este gigantesco hormiguero humano, la organizaci¨®n internacional Global Witness ha indagado en la lista de los 40.000 asistentes acreditados por Naciones Unidas y asegura que el sector de los hidrocarburos tiene m¨¢s representantes en esta conferencia que cualquier delegaci¨®n de los pa¨ªses: al menos 503. Seg¨²n un informe difundido por este grupo ambiental, la cifra de participantes vinculados a la industria de los combustibles f¨®siles supera a las delegaciones de Brasil o Turqu¨ªa, las m¨¢s numerosas en Escocia con 479 y 376 personas, una diferencia todav¨ªa m¨¢s chocante cuando se compara con los 10 delegados de Pakist¨¢n o los cero representantes de Myanmar, naciones especialmente afectadas por la crisis clim¨¢tica.
Para Global Witness, esta destacada representaci¨®n de la industria que hipot¨¦ticamente se debe dejar atr¨¢s para frenar el calentamiento del planeta, con presencia de nombres vinculados a los combustibles f¨®siles dentro de al menos 27 delegaciones oficiales (en especial la de Rusia, pero tambi¨¦n en otras como Brasil o Canad¨¢), contrasta con la menor presencia en esta cumbre de participantes de los pa¨ªses del sur, los que tienen menor responsabilidad en este problema, pero los m¨¢s amenazados por sus consecuencias.
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