La energ¨ªa nuclear y el gas ponen a prueba la credibilidad del modelo europeo de inversiones sostenibles
El mundo financiero ve la nueva taxonom¨ªa de la UE con incertidumbre tras la pugna abierta por la propuesta de etiquetar estas dos fuentes energ¨¦ticas como ¡®verdes¡¯ en determinadas condiciones
Almacenamiento subterr¨¢neo de CO?, biocombustibles o fabricaci¨®n de cemento. Estas son algunas de las decenas de actividades aprobadas ya por la Uni¨®n Europea como sostenibles cuando cumplen una serie de requisitos, junto a otras como la energ¨ªa e¨®lica, la fotovoltaica o la gesti¨®n forestal. Sin embargo, ninguna ha generado tanto debate como la reciente propuesta de la Comisi¨®n Europea para a?adir a esta lista de inversiones verdes, bajo determinadas condiciones, la energ¨ªa nuclear o el gas. La tormenta desatada deja claro que ahora mismo no hay consenso en Europa sobre el impacto de estas dos fuentes de energ¨ªa, pero tambi¨¦n pone a prueba la credibilidad de este nuevo sistema europeo para impulsar las inversiones sostenibles. El propio responsable de la Plataforma de Finanzas Sostenibles ¡ªel grupo de expertos creado para asesorar sobre la taxonom¨ªa a la Comisi¨®n¡ª, Nathan Fabian, que debe pronunciarse el 12 de enero sobre la inclusi¨®n de la nuclear y el gas, ha afirmado al diario Financial Times que ve riesgos en la propuesta.
La llamada taxonom¨ªa verde o clasificaci¨®n de las actividades consideradas sostenibles es una herramienta de la UE para orientar las inversiones del sector privado hacia una econom¨ªa acorde con los objetivos de lucha contra el cambio clim¨¢tico y otros cuatro retos ambientales (agua, econom¨ªa circular, prevenci¨®n de la contaminaci¨®n y biodiversidad). Como asegura Garbi?e Manterola, experta tambi¨¦n de la Plataforma de Finanzas Sostenibles, en representaci¨®n del consorcio tecnol¨®gico vasco BRTA (Basque Research and Technology Alliance), ¡°si se utiliza bien, este es un sistema muy potente para conseguir una Europa m¨¢s sostenible¡±.
Cuando un banco lanza un producto financiero con la etiqueta de verde ¨Cpor ejemplo, unos bonos o un plan de pensiones¨C, se supone que el dinero captado servir¨¢ para financiar proyectos que tengan un impacto positivo en el medio ambiente. Sin embargo, la realidad es que existe mucho greenwashing (lavado de imagen verde) con todo lo relacionado con el concepto de ¡°sostenible¡±, justo lo que Bruselas quiere cercenar. Por ello, una primera finalidad de la taxonom¨ªa verde europea es proporcionar una gu¨ªa clara y transparente de lo que es y no es sostenible ¡ªuna clasificaci¨®n de actividades concretas con las condiciones que deben cumplirse¡ª para aquellas empresas y entidades financieras que quieran utilizarla de forma voluntaria.
Esto ya supone un cambio relevante, pero el alcance de la taxonom¨ªa va m¨¢s all¨¢. ¡°No todo es voluntario, las grandes empresas est¨¢n obligadas a comunicar qu¨¦ porcentaje de su facturaci¨®n est¨¢ alineada con esta taxonom¨ªa verde¡±, incide Manterola. ¡°Si una compa?¨ªa declara que un 5% de su facturaci¨®n est¨¢ vinculada a estas actividades sostenibles, esto significa que el restante 95% no lo est¨¢, no es sostenible¡±.
La idea es ayudar a las empresas a financiar su propia transici¨®n, de cara a lograr la neutralidad clim¨¢tica en 2050. Por un lado, las compa?¨ªas deben comunicar qu¨¦ porcentaje cumple con la taxonom¨ªa europea de su cifra de negocios y de su capex (las inversiones a futuro). Y, por otro, las entidades financieras tienen a su vez que informar de su porcentaje de pr¨¦stamos en actividades sostenibles. No se obliga a nadie a cambiar, pero se busca empujar la financiaci¨®n en una direcci¨®n muy determinada, con pautas muy marcadas.
En diciembre, la Uni¨®n Europea ya aprob¨® una primera lista de actividades sostenibles, que se espera vaya evolucionando hacia par¨¢metros cada vez m¨¢s estrictos. Sin embargo, la caja de los truenos se ha abierto ahora con la propuesta de la Comisi¨®n para a?adir la energ¨ªa nuclear y el gas. Con condiciones: en el caso de una nueva central nuclear, por ejemplo, se exige entre otras medidas que el pa¨ªs miembro cuente con un plan para disponer en 2050 de un almac¨¦n definitivo para los residuos de alta actividad y que el proyecto utilice la mejor tecnolog¨ªa disponible, con combustible tolerante a accidentes ¡ªque debe proporcionar una protecci¨®n adicional frente a da?os de los sistemas o componentes del reactor nuclear¡ª. Para las plantas de gas, se pide que hasta 2031, las emisiones directas sean como m¨¢ximo de 270 gramos de CO? por kilovatio hora (la media en Espa?a est¨¢ en 370 gramos) o que en el conjunto de la vida completa de la instalaci¨®n las emisiones sean inferiores a 100 gramos de CO? por kilovatio hora, lo que significa que seg¨²n vayan pasando los a?os deben incorporarse mejoras o cambiar a combustibles menos contaminantes.
En lo respecta a la nuclear, es cierto que puede contribuir a reducir las emisiones que causan el cambio clim¨¢tico, pero las mayores discrepancias surgen con la gesti¨®n a largo plazo de sus residuos radiactivos de alta actividad. En cuanto al gas, genera rechazo por tratarse de uno de los combustibles f¨®siles que justamente se quieren dejar atr¨¢s. En uno y otro caso, son tecnolog¨ªas ahora mismo ausentes de las carteras de inversi¨®n y de los cr¨¦ditos con etiqueta verde.
En el mundo financiero, todas las fuentes consultadas coinciden en que la inversi¨®n en renovables ¡ªque desde hace a?os compiten de t¨² a t¨² sin necesidad de apoyo p¨²blico¡ª no est¨¢ en riesgo sea cual sea el resultado del debate europeo. Pero en el ambiente tambi¨¦n flota el temor de que, si finalmente Ursula von der Leyen ¡ªque ha asumido en primera persona la batuta de la taxonom¨ªa¡ª saca adelante su propuesta, los requisitos de sostenibilidad de muchos bancos y fondos de inversi¨®n y pensiones a la hora de invertir o prestar acaben siendo incluso m¨¢s estrictos que la normativa comunitaria. Que la cacareada etiqueta verde, en fin, pierda gran parte de su valor a ojos de inversores, accionistas o part¨ªcipes de fondos. ¡°Se est¨¢ dejando abierta la posibilidad de que inversores privados llamen verde a cosas que no lo son¡±, sintetiza por tel¨¦fono Peter Sweatman, consejero delegado de la consultora Climate Stretegy & Partners. ¡°Algunos inversores est¨¢n preparados para ir incluso por delante de la regulaci¨®n¡±, agrega Antoine Fabre, de la gestora francesa de fondos La Financi¨¨re de l¡¯Echiquier.
En Espa?a, los bancos reconocen la enorme incertidumbre que este proceso tiene para sus intereses. El Santander ¡ªcuya presidenta, Ana Bot¨ªn, reclam¨® en noviembre pasado a los gobiernos marcos regulatorios e incentivos y desincentivos ¡°claros y coherentes¡±¡ª pide paciencia, pero admite que de imponerse las tesis del Ejecutivo comunitario podr¨ªan llegar a variar su l¨ªnea a seguir. ¡°Las discusiones sobre la taxonom¨ªa todav¨ªa llevar¨¢n meses¡±, advierten al tiempo que dejan entrever que ¡°revisar¨¢n¡± su ¡°marco de actuaci¨®n¡± si la gu¨ªa europea sale adelante como propone Bruselas. Hoy, la primera entidad espa?ola no incluye ni a la nuclear ni al gas en su propia taxonom¨ªa interna, elaborada con criterios ambientales y sociales. Esto, apostillan, ¡°no quiere decir que no estemos financiando este tipo de activos, porque son importantes para la transici¨®n mientras se avanza en el desarrollo de las renovables, almacenaje y distribuci¨®n¡±.
Desde el segundo banco, el BBVA, que ha hecho bandera de su apoyo a las energ¨ªas limpias, indican que para definir qu¨¦ inversi¨®n se considera sostenible ¡°el banco ha dispuesto un est¨¢ndar interno que est¨¢ alineado con la taxonom¨ªa europea, que se ir¨¢ adaptando a sus nuevos desarrollos¡±. CaixaBank prefiere no hacer comentarios hasta que se concreten los nuevos criterios europeos en esta materia. Y la patronal bancaria AEB recuerda que ¡°son las autoridades las que marcan la hoja de ruta a seguir y deben tener criterios claros para alcanzar los objetivos¡±. De nuevo, el fantasma de la incertidumbre.
El BBVA recuerda que la energ¨ªa nuclear y el gas, en determinadas circunstancias, pueden ser ¡°necesarias para abastecer la demanda de energ¨ªa en el corto plazo hasta que no se pueda satisfacer la demanda con energ¨ªas renovables¡±. Esa es tambi¨¦n la l¨ªnea argumental seguida por el Gobierno espa?ol, que ve con buenos ojos la inclusi¨®n de ambas tecnolog¨ªas en una categor¨ªa ¡°¨¢mbar, intermedia¡±, por su papel en la transici¨®n hacia una econom¨ªa descarbonizada, ¡°pero no verdes, donde est¨¢n otras energ¨ªas claves para la descarbonizaci¨®n y sin riesgo ni da?o ambiental¡±.
Muchas menos dudas hay sobre la inversi¨®n en renovables, que ha despegado en los ¨²ltimos a?os y que tiene que hacerlo a¨²n m¨¢s en los siguientes para esquivar el peor escenario clim¨¢tico. ?Podr¨ªa la inclusi¨®n de la nuclear y el gas en la misma categor¨ªa verde restarle financiaci¨®n? En el BBVA lo tienen muy claro: ¡°No; hay mucha liquidez en el mercado dispuesta a financiar tanto energ¨ªas renovables como energ¨ªas de transici¨®n¡±. Tambi¨¦n la AEB, que subraya que pase lo que pase con la taxonom¨ªa ¡°el inter¨¦s por invertir en estos activos seguir¨¢ siendo muy elevado en el futuro¡±.
Son varios los expertos en la taxonom¨ªa verde europea que reconocen que est¨¢ en juego la credibilidad del nuevo modelo, pero tambi¨¦n consideran que esta es una oportunidad de decidir qu¨¦ hacer de una vez por todas con dos de los asuntos m¨¢s espinosos de la transici¨®n ecol¨®gica (otro es el de la agricultura). Alicia Cantero, de la organizaci¨®n ecologista Greenpeace, afirma que apoyan la taxonom¨ªa europea ¡°porque es un buen instrumento para dar una se?al a los inversores¡±, pero tambi¨¦n advierte de que su postura ¡°puede cambiar si se incluye la nuclear o el gas¡±. Como incide, ¡°sabemos que este es un periodo de transici¨®n y entendemos que hay grises, pero en ese camino no deben entrar ninguna de estas dos tecnolog¨ªas¡±.
En lo pol¨ªtico, una de las claves para saber qu¨¦ pasar¨¢ finalmente ser¨¢ la posici¨®n del Gobierno alem¨¢n, o su grado de rechazo. La propuesta de la Comisi¨®n recoge su posici¨®n sobre el gas, pero la inclusi¨®n en la lista de actividades sostenibles de la energ¨ªa nuclear choca con la posici¨®n hist¨®rica de Berl¨ªn y, sobre todo, de Los Verdes, una de las tres fuerzas de la coalici¨®n sem¨¢foro y un partido que tiene en el rechazo de esta fuente energ¨¦tica uno de sus principios fundacionales.
Con todo, el nuevo Gobierno de Olaf Scholz tiene dif¨ªcil frenar la propuesta, incluso contando con el rechazo absoluto de Austria y Luxemburgo (que han advertido de su intenci¨®n de recurrir a los tribunales) y el matizado de Espa?a. La propuesta de la Comisi¨®n se tramita por la v¨ªa de lo que en Bruselas se llama acto delegado. Eso implica que para tumbarla en el Consejo de la UE se debe contar con el rechazo de, al menos, 20 estados miembros que sumen el 65% de la poblaci¨®n. Y lograr esos n¨²meros no va a ser f¨¢cil. Francia ¡ªprincipal pa¨ªs interesado en que salga adelante la propuesta para vender su tecnolog¨ªa nuclear¡ª no votar¨¢ en contra de esta definici¨®n de la energ¨ªa at¨®mica. Y en noviembre, semanas antes de que la Comisi¨®n circulara su borrador, ya contaba con el respaldo de otros nueve pa¨ªses, a los que hay que a?adir la postura holandesa: s¨ª parcial a la taxonom¨ªa por la nuclear, no por el gas. Habr¨¢ que ver si la Comisi¨®n decide seguir adelante con su iniciativa en caso de que Alemania, el pa¨ªs m¨¢s poderoso de la UE, la rechace.
Mientras tanto, en Espa?a el gas y la nuclear tambi¨¦n dividen a los grupos pol¨ªticos. Frente al rechazo del Gobierno, la oposici¨®n est¨¢ con Bruselas. PP y Ciudadanos critican la reacci¨®n del Ejecutivo y creen que la Comisi¨®n Europea avala las posiciones que ven¨ªan manteniendo hasta ahora ambos partidos. ¡°En las pol¨ªticas para mitigar el cambio clim¨¢tico no se puede demonizar una tecnolog¨ªa¡±, apunta Guillermo Mariscal, portavoz parlamentario de Energ¨ªa del PP, que sostiene que el rechazo del Gobierno a la nuclear es ¡°ideol¨®gico¡± y no se sustenta en razones t¨¦cnicas. El diputado apunta que los argumentos de Bruselas vienen a ratificar a su partido cuando cuestiona la pol¨ªtica energ¨¦tica del Ejecutivo por dar la espalda, seg¨²n ¨¦l, ¡°al concepto de coste-beneficio¡±. Para Mariscal, la nuclear debe ser parte de la transici¨®n energ¨¦tica y la apuesta por las energ¨ªas limpias no puede sacrificar ¡°el beneficio de las familias y la competitividad de las empresas¡±. Y critica adem¨¢s que el Ejecutivo a¨²n no haya sido capaz de crear un almac¨¦n central para los residuos radiactivos de alta actividad de las centrales nucleares.
Tambi¨¦n Ciudadanos acusa al Gobierno de defender una posici¨®n m¨¢s ideol¨®gica que t¨¦cnica. ¡°La nuclear es verde desde el punto de vista de la emisi¨®n de CO?, Bruselas no est¨¢ diciendo ninguna locura¡±, argumenta Carmen Mart¨ªnez Granados, portavoz de su grupo para temas energ¨¦ticos. La diputada entiende que la pol¨ªtica del Gobierno olvida que ¡°la transici¨®n energ¨¦tica va a tener sus costes¡±. Mart¨ªnez Granados lamenta que el Ejecutivo no abra ¡°un debate serio¡± y recuerda que su formaci¨®n lleva tiempo reclamando que se cree una Mesa de la Energ¨ªa. En la misma l¨ªnea, Mariscal se queja de que ¡°en una cuesti¨®n estrat¨¦gica el Gobierno ni haya llamado al primer partido de la oposici¨®n¡±.
La postura del Ejecutivo es plenamente compartida por sus aliados de izquierda. ¡°De los creadores del agua que seca y el fuego que enfr¨ªa: la energ¨ªa nuclear verde¡±, escribi¨® en Twitter ??igo Errej¨®n, l¨ªder de M¨¢s Pa¨ªs, nada m¨¢s conocerse el documento de Bruselas. El PNV esgrime la pol¨ªtica energ¨¦tica del Gobierno vasco, que ¡°descart¨® hace a?os¡± la nuclear y mantiene ¡°una apuesta total por las renovables¡±, coment¨® un portavoz de la formaci¨®n. Pero tambi¨¦n hay quien discrepa en la base parlamentaria habitual del Ejecutivo, como los liberales catalanes del PDeCAT. ¡°La posici¨®n del Gobierno nos parece dogm¨¢tica y de cara a la galer¨ªa¡±, se?ala su diputado Ferran Bel. ¡°No se puede prescindir de las nucleares si no hay una alternativa en el mix energ¨¦tico¡±.
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