Ganaderos contra las macrogranjas: ¡°Es como si pones un Primark al lado de una tienda de barrio¡±
Varios peque?os granjeros cuentan los problemas que les causan las grandes instalaciones y defienden la ganader¨ªa extensiva tras las palabras del ministro Alberto Garz¨®n
El d¨ªa se levanta con una niebla espesa en Prado, un pueblo zamorano de unos 40 habitantes. A las siete, B¨¢rbara Patricia Palmero se dirige a una enorme nave blanca de techos alt¨ªsimos para alimentar a sus 500 ovejas con avena, cebada o veza. ¡°En diciembre y enero no salen a pastar porque hace mucho fr¨ªo, el resto del a?o s¨ª¡±, apunta. Cuando camina con sus animales ve los inmensos llanos de secano de la Tierra de Campos donde se plantan cereales. Desde hace un par de a?os el paisaje tambi¨¦n incluye una macrogranja en el pueblo de al lado, Cerecinos. ¡°Es imposible la coexistencia entre la oveja de pastoreo y las macrogranjas de cerdos. Mis ovejas no pueden pastar donde vierten purines [excrementos]¡±, denuncia Palmero, un lamento que comparten otros ganaderos extensivos. La patronal del porcino responde que hasta la fecha no han recibido ninguna queja por este motivo.
Palmero ¡ªbotas, pantalones negros gastados, abrigo estilo militar y bufanda al cuello¡ª maneja con soltura su carretilla por la nave, donde los animales corretean en diferentes corrales con suelo de paja y forraje: en uno est¨¢n los machos, y en otros las hembras con sus cr¨ªas de diferentes edades. El balido de las ovejas se entremezcla con el ladrido de los perros en una sinfon¨ªa rural. Su ganader¨ªa, Hermanos Palmero, cr¨ªa unos mil corderitos al a?o. Para incluirse en la marca Lechazo de Castilla y Le¨®n las madres tienen que estar en extensivo y semiextensivo y alimentarse b¨¢sicamente de forma tradicional ¡ªaunque en invierno pueden completar la alimentaci¨®n con piensos¡ª y los lechazos solo pueden tomar leche materna hasta los 21 d¨ªas, cuando se venden.
¡°Yo hago ganader¨ªa extensiva y tengo una simbiosis con la naturaleza, siembro mis campos, mis ovejas se alimentan de esa siembra y vendo corderos que alimentan a la gente. Las macrogranjas, en cambio, tienen una relaci¨®n parasitaria¡±, explica. La mujer, de 48 a?os ¡ª22 de ellos como ganadera¡ª, cree que hay que aprovechar la pol¨¦mica del ministro Garz¨®n para diferenciar ganader¨ªa extensiva, que da empleo y es respetuosa con el territorio, con las macrogranjas, que contaminan agua y tierra. Y que, de hecho, el segundo modelo va contra el primero. Como ella, 300 mujeres se han unido a Ganaderas en red para defender la ganader¨ªa extensiva y familiar frente a la amenaza de las granjas industriales, una cr¨ªtica que comparte el sindicato agrario UPA, que aglutina al 87% de las ganader¨ªas familiares espa?olas.
Un problema similar vive Fernando G¨®mez, pastor de 53 a?os. Sus 1.100 ovejas pacen en extensivo en la zona de Balsa de Ves (Albacete). Pero desde que hace unos a?os se instal¨® en el pueblo una macrogranja que cr¨ªa a 100.000 cerdos al a?o su labor es cada d¨ªa m¨¢s dif¨ªcil. ¡°Echan los purines en los campos y mi ganado ya no quiere comer ah¨ª, a las ovejas no les gustan las tierras donde hay purines. Es como si a ti te pusieran una mierda en el plato¡±. Por eso, G¨®mez solo puede pastorear en sus tierras y, cuando se acaba el alimento, caminar y caminar. ¡°Antes mis ovejas pastaban por toda la zona, ahora es imposible. Me he tenido que ir a hasta 30 kil¨®metros de distancia de la macrogranja para encontrar lugares donde alimentarlas¡±, se queja.
Francisco P¨¦rez, veterinario y director del departamento de Ciencia Animal y de los Alimentos de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona (UAB), explica que las macrogranjas pueden generar problemas de contaminaci¨®n del agua o las tierras si no se gestionan bien los purines y que, si unos terrenos est¨¢n muy contaminados, eso puede afectar a los animales, es decir, ¡°que un exceso de cobre o de zinc podr¨ªa ser negativo para las ovejas¡±. Interporc, la patronal del porcino, responde que no tiene constancia de ninguna queja por este asunto: ¡°El pur¨ªn es abono org¨¢nico que va a tierras de siembra, donde no pastan las ovejas. Y en caso de que se distribuyan como fertilizante en otro tipo de tierras no debe haber ning¨²n problema si el fertilizante se usa en las cantidades adecuadas. De hecho, cuando se aplica el pur¨ªn, este se entierra, es abono org¨¢nico mucho mejor para la tierra y el medio ambiente que el abono qu¨ªmico¡±, se?ala un portavoz.
Contaminaci¨®n de aguas y tierras
Esta posible contaminaci¨®n preocupa, y mucho, a Alberto Ca?edo, de 45 a?os, que cr¨ªa en extensivo a 45 vacas y 10 yeguas en Carcaboso (C¨¢ceres): ¡°Tenemos todo nuestro terreno en ecol¨®gico, pero nos van a abrir una macrogranja al lado. Esas instalaciones usan muchos medicamentos para los animales y muchos qu¨ªmicos para lavar los suelos, y todas esas aguas y esos residuos al final se acaban filtrando a los acu¨ªferos. Es un problema muy grave¡±. Teme que la instalaci¨®n acabe repercutiendo sobre su certificaci¨®n ecol¨®gica y haga inviable su negocio.
En cuanto al uso de medicamentos en las macrogranjas, el veterinario de la UAB se?ala que el hecho de que los animales crezcan m¨¢s r¨¢pido ¡°puede hacerlos m¨¢s sensibles a las enfermedades, pero los antibi¨®ticos solo se utilizan si el animal cae enfermo¡±, ya que ¡°est¨¢n prohibidos los piensos medicalizados¡±. En cualquier caso, ¡°los antibi¨®ticos solo se pueden utilizar por prescripci¨®n veterinaria¡±.
P¨¦rez considera que la ganader¨ªa intensiva tambi¨¦n tiene aspectos positivos. ¡°Lo que ha hecho el hombre es conseguir animales mejorados gen¨¦ticamente para que crezcan m¨¢s que hace 50 o 60 a?os. Y eso ha permitido que estas instalaciones sean m¨¢s eficientes y bajen de precio la carne. Por ejemplo, en 1973 un pollo a los 42 d¨ªas pesaba 1,3 kilos, y ahora pesa 2,8, por eso ahora podemos dar de comer carne a precios competitivos. Lo ¨²nico es que ahora requieren de mayores cuidados¡±.
En el otro lado, esta bajada de precios asfixia a los peque?os productores. ¡°La carne de ternera y de cerdo ha bajado much¨ªsimo de precio por culpa de las macrogranjas¡±, se queja Nerea del R¨ªo, ganadera de 29 a?os en Robladillo de Ucieza (Palencia) y miembro tambi¨¦n de Ganaderas en red. En su caso, tiene 600 ovejas en semiextensivo para vender leche y lechazo. ¡°Esas bajadas hacen efecto arrastre en todas las carnes, es como si pones un Primark al lado de una tienda de barrio. Las macrogranjas hacen competencia desleal a los ganaderos¡±, a?ade.
En Cerecinos, un pueblo con 260 habitantes junto a Prado, Pedro Luis Anta abandon¨® el PP para ser concejal de una candidatura popular contra la construcci¨®n de una macrogranja. Ganaron con mayor¨ªa absoluta en 2019, pero la instalaci¨®n ya ten¨ªa casi todos los permisos y no pudieron pararla. Abri¨® hace dos a?os. Hay unas 3.400 cerdas que engendran 90.000 cochinillos al a?o. ¡°Algunos chavales del pueblo han trabajado ah¨ª, pero al final todos lo dejan. Es ganader¨ªa industrial y es muy duro. Hay que cortarles los dientes a 90.000 los lechones y pasarte el d¨ªa oliendo a mierda, y eso no lo soporta todo el mundo¡±, dice Anta.
El tambi¨¦n teniente de alcalde explica que en verano la instalaci¨®n cambi¨® de due?os y realiz¨® vertidos de purines en los campos. ¡°No pueden hacerlo, su proyecto dice que tienen que pasar los residuos por una planta de tratamiento. As¨ª que los denunciamos al Seprona y pararon¡±, a?ade. En otro pueblo cercano, Villanueva del Campo, tambi¨¦n hay macrogranjas construidas y en proceso. B¨¢rbara Patricia Palmero mira la macrogranja de Cerecinos desde un prado cercano y lo resume as¨ª: ¡°Los purines cada vez llegan a m¨¢s tierras y mis ovejas cada vez pueden comer en menos sitios. Las macrogranjas son la puntilla para la ganader¨ªa extensiva¡±.
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