El ¨²ltimo refugio de los corales en el mar Rojo
A pesar de los da?os sufridos por estos animales en la mayor¨ªa del planeta, en las aguas de Egipto, donde se celebra estos d¨ªas la cumbre del clima, resisten al aumento de las temperaturas por tratarse de un enclave cerrado. Aun as¨ª, sufren la amenaza del turismo y la pesca
Latitud: 25¡ã00¡ä66.6¡åN. Longitud: 35¡ã00¡ä56.8¡åE. Temperatura del agua: 28 grados. Profundidad: hasta 15 metros. Visibilidad: m¨¢xima. Un peque?o pez de rayas a?il puro y amarillo brillante hace piruetas a su antojo en el extraordinario arrecife de la Casa de los delfines en el mar Rojo, en Egipto, donde estos d¨ªas se celebra la cumbre del clima, COP27. Este lugar es uno de los ¨²ltimos refugios del mundo donde los corales resisten bien, de momento, al cambio clim¨¢tico. Es as¨ª porque se trata de un enclave acu¨¢tico forjado hace millones de a?os casi cerrado al oc¨¦ano ?ndico con apenas cambios bruscos de temperatura. ¡°Esto facilita que sus corales soporten al menos un siglo m¨¢s el calentamiento global¡±, ilustra el cient¨ªfico Mahmoud Hanafy, que lleva 40 a?os investigando el ecosistema. En el resto del planeta, el cambio clim¨¢tico y la actividad humana acabaron con alrededor de un 14% de ellos entre 2009 y 2018. Los expertos coinciden en que para finales de siglo apenas quedar¨¢n arrecifes en el mundo.
La parsimonia de unos peces plateados de ojos grandes contrasta con la coreograf¨ªa de otros diminutos anaranjados en esta selva de mar egipcia que todav¨ªa cumple las condiciones de supervivencia de estas fuentes de biodiversidad que, entre otras bondades, pueden esconder las propiedades de futuros medicamentos. Los arrecifes proporcionan tambi¨¦n sustento para m¨¢s de mil millones de personas en el mundo, en gran parte por el turismo y la pesca, dos sectores que requieren especial cuidado en el mar Rojo. De su protecci¨®n depende que este vibrante reservorio sirva en el futuro para repoblar lo perdido en otras coordenadas subacu¨¢ticas, como ya estudian los cient¨ªficos.
Temperatura en el verano de 2020
32°C
JORDANIA
31
30
29
EGIPTO
28
27
R¨ªo Nilo
ARABIA SAUD?
Mar
Rojo
SUD?N
ERITREA
YEMEN
500 km
EL PA?S
Temperatura en el verano de 2020
32°C
JORDANIA
31
30
29
EGIPTO
28
27
R¨ªo Nilo
ARABIA SAUD?
Mar
Rojo
SUD?N
ERITREA
YEMEN
500 km
Fuente: Hepca / EL PA?S
Temperatura registrada en el verano de 2020
32°C
JORDANIA
31
30
29
EGIPTO
28
27
ARABIA SAUD?
R¨ªo Nilo
Mar
Rojo
SUD?N
YEMEN
ERITREA
Golfo de Ad¨¦n
Fuente: Hepca
EL PA?S
500 km
La desaparici¨®n de los arrecifes en el resto del mundo est¨¢ directamente relacionada con los humanos y con el calentamiento que se intenta frenar en la cumbre de Sharm el Sheij. Aunque apenas ocupan un 0,2% del fondo oce¨¢nico, de ellos dependen el 25% de las especies marinas, pero unos 11.700 kil¨®metros cuadrados se perdieron entre 2009 y 2018 por el calentamiento global y la actividad humana, seg¨²n el informe La situaci¨®n de los arrecifes de coral del mundo: 2020, de la Iniciativa Internacional sobre los Arrecifes de Coral (ICRI). ¡°Desde 2010 se ha producido una disminuci¨®n continua de la cubierta de madr¨¦poras (un g¨¦nero de coral). Los peores efectos se han registrado en Asia meridional y oriental, Australia, el oc¨¦ano Pac¨ªfico, el ?ndico occidental, el golfo P¨¦rsico y el golfo de Om¨¢n¡±, se lee. Y detalla que una de las principales causas de esta p¨¦rdida es un fen¨®meno llamado blanqueamiento de corales, bleaching en ingl¨¦s, originado por el calor que soportan los oc¨¦anos con la absorci¨®n de CO?.
Estos animales coloniales tienen una boca por la que ingieren plancton, pero tambi¨¦n necesitan los nutrientes que les proporcionan las zooxantelas, las coloridas microalgas que se incorporan a sus esqueletos y con las que conviven en una armoniosa simbiosis. Hasta que irrumpen los grados de m¨¢s y se quiebra el c¨ªrculo. ¡°Algunas teor¨ªas plantean que esta interacci¨®n se rompe con el calor y expulsa a los simbiontes. Lo que se ve entonces es el esqueleto, blanco y brillante. Eso es que todav¨ªa no se han muerto del todo, pero no obtienen esa energ¨ªa. Por lo tanto, se mueren de hambre¡±, sentencia el bi¨®logo Manuel Aranda, de la Universidad King Abudull¨¢ de Arabia Saud¨ª. En algunos casos, esta ruptura se puede revertir y reviven, pero en otros, unas algas similares a las malas hierbas de la tierra se apoderan de ellos . ¡°Y una vez muertos, est¨¢n muertos¡±, incide el investigador especializado en corales, que matiza el vaticinio: ¡°Para 2050 se habr¨¢ perdido un 90% de lo que queda de arrecifes y para final de siglo, m¨¢s a¨²n¡±.
1.
Coral sano
Las algas son la principal fuente de alimento del coral.
Adem¨¢s, le dan color.
2.
Coral estresado
El aumento de la temperatura del agua hace que el alga abandone el coral.
3.
Coral blanqueado
Sin el alga, el coral pierde su principal fuente de alimento y es m¨¢s susceptible a enfermedades.
EL PA?S
1.
Coral sano
Las algas son la principal fuente de alimento del coral.
Adem¨¢s, le dan color.
2.
Coral estresado
El aumento de la temperatura del agua hace que el alga abandone el coral.
3.
Coral blanqueado
Sin el alga, el coral pierde su principal fuente de alimento y es m¨¢s susceptible a enfermedades.
EL PA?S
1.
Coral sano
2.
Coral estresado
3.
Coral blanqueado
El aumento de la temperatura del agua hace que el alga abandone el coral.
Sin el alga, el coral pierde su principal fuente de alimento y es m¨¢s susceptible a enfermedades.
Las algas son la principal fuente de alimento del coral.
Adem¨¢s, le dan color.
EL PA?S
Este devenir lo atestigua preocupada la turista alemana Doris Lucas. Ataviada con un poncho de tela de toalla con capucha y unas chanclas, se deja mecer recostada en la cubierta del barco tras bucear. ¡°Este arrecife est¨¢ absolutamente lleno de vida, cuando est¨¢s sumergida ah¨ª te sientes libre¡±, cuenta de su experiencia en el mar Rojo. Pero la compara r¨¢pido con la vivida en las asi¨¢ticas islas Maldivas: ¡°Fui en 2011 y el arrecife estaba sano, volv¨ª en 2012 y se notaba un poquito peor. Y cuando regres¨¦ en 2019 ya estaba blanco y sin peces. Esto de verdad me hace llorar¡±, explica.
Un turismo con formaci¨®n
Bajo un universo de burbujas de distinto tama?o que ascienden del fondo del arrecife egipcio, se ve un grupo de buceadores con los dedos de las dos manos entrelazados frente al pecho, como marcan las directrices del submarinismo, pero uno va con los brazos sueltos se?alando por doquier. No llega a tocar nada: para los corales, el efecto de la refracci¨®n en el agua y que los objetos parezcan m¨¢s cercanos de lo que est¨¢n es una suerte, un peque?o seguro para las m¨¢s de 1.000 especies diferentes de peces y alrededor de 350 de coral con una tasa end¨¦mica de un 14,7%, exclusivas de la zona, adem¨¢s de los dugones, tortugas, delfines y tiburones que rondan las aguas. En Egipto, cerca del 80% de los viajeros tienen como objetivo visitar la regi¨®n del mar Rojo, y esta presi¨®n, junto a la pesca insostenible, es la que mantiene m¨¢s en alerta su preservaci¨®n frente a otras amenazas.
¡°Nos preocupa sobre todo la pesca, el turismo y la recogida de residuos s¨®lidos que acaban en el mar con el viento. En mucha menor medida, las fugas de combustible, que apenas hay¡±, ilustra Nour M. Farid, el director de la ONG ambiental Hepca, frente al puerto de la ciudad de Hurghada. Entre otros proyectos, la organizaci¨®n se encarga de vigilar el espacio protegido de la Casa de los delfines, organizado por zonas seg¨²n el tama?o de los barcos y con un ¨¢rea de descanso de los cet¨¢ceos por si no les apetece salir a jugar con los turistas. ¡°Nosotros proponemos regular la afluencia en todos los enclaves para que no se masifiquen, y crear espacios alternativos de corales, para que se puedan dispersar. Las autoridades lo saben y queremos que lo consideren prioritario¡±, apunta el directivo de la ONG.
Una gran embarcaci¨®n con turistas y la afamada canci¨®n Jerusalema de fondo atraca frente al puerto. Sobre el agua turquesa, dos chicas gritan en una atracci¨®n que consiste en derrapar a toda velocidad sentadas en un sill¨®n hinchable arrastrado por una lancha que va delante. Apenas hay corales en esta zona. ¡°Generalmente los turistas son respetuosos, aunque depende mucho de la conciencia que tengan en cada pa¨ªs del cuidado del medio ambiente. Creo que si ellos le dan valor a lo que tienen en sus lugares, entender¨¢n mejor que aqu¨ª tambi¨¦n queremos eso¡±, apunta Saad Marzok, un buceador de Hepca que lleva 20 a?os instalando y revisando puntos de amarre alternativos para que los barcos no atraquen en los arrecifes ni les lancen anclas. ¡°El desaf¨ªo principal de la nuestra organizaci¨®n es hacer m¨¢s consciente a las personas y que cuiden el entorno¡±, a?ade Farid.
Por ello, la ONG est¨¢ de celebraci¨®n, el jueves 3 consigui¨® que la organizaci¨®n internacional Mission Blue incluyera al Gran arrecife costero del mar Rojo como Hope Spot (Punto de esperanza) del mundo por sus peculiares caracter¨ªsticas. Y ahora aguarda a que el Gobierno egipcio anuncie en la COP que est¨¢ dispuesto a estudiar si otorga el 100% de protecci¨®n al mar. De momento cuenta con el 50%. Esto supondr¨ªa implementar con m¨¢s soltura medidas de conservaci¨®n y se sumar¨ªa a otras medidas ya lanzadas, como que Egipto acaba de aprobar un proyecto piloto de viveros de corales. Estos avances se a?aden a lo que emprenden paulatinamente numerosas organizaciones y entidades internacionales o a iniciativas de formaci¨®n y protecci¨®n como las de la Autoridad Regional para la Preservaci¨®n del Medio Ambiente del Mar Rojo y el Golfo de Ad¨¦n (Persga), compuesta tambi¨¦n por Yibuti, Jordania, Arabia Saud¨ª, Sud¨¢n, Somalia y Yemen.
Malas artes de pesca
Desde ninguno de los pa¨ªses que circundan el mar Rojo desembocan r¨ªos, lo que lo mantiene libre de material org¨¢nico, vertidos o basuras arrastradas, pero tambi¨¦n provoca que no haya grandes bancos de peces para comer. Por eso, las malas artes de pesca como la captura en redes de todo tipo de especies, el arrastre o el lanzamiento de anclas a los arrecifes revuelven tambi¨¦n a Farid. ¡°Si por m¨ª fuera, vetar¨ªa la pesca durante 10 a?os, para que puedan recuperarse las poblaciones. S¨¦ que no es posible porque influyen muchos factores de alimentaci¨®n y econ¨®micos, aunque ya veremos en 15 a?os. En cualquier caso, tambi¨¦n hay que controlarla¡±, explica. Entre sus acciones, la organizaci¨®n se muestra orgullosa de haber promovido desde principios de los noventa el sistema alternativo de unos 1.000 puntos de amarres a la arena del mar Rojo con cabos y boyas a disposici¨®n de las embarcaciones.
Botiqu¨ªn y reservorio
Sobre estas aguas b¨ªblicas, suministradora de valiosos corales para mercadeo de joyas, decoraci¨®n y amuletos con propiedades curativas, cae ahora la responsabilidad de guardar el botiqu¨ªn del siglo XXI, con m¨¢s de la mitad de las nuevas investigaciones de medicamentos contra el c¨¢ncer centradas en organismos marinos, seg¨²n el informe del ICRI. Pero adem¨¢s, puede convertirse en el epicentro de los futuros corales que reinen en el planeta. ¡°De aqu¨ª partir¨ªan las nuevas especies repobladoras¡±, indica Farid. Numerosos cient¨ªficos se han lanzado a estudiar las caracter¨ªsticas que hacen tan resistentes a estos corales y analizan si pudieran replicarlas en otros enclaves, pero no es tan sencillo. El ritmo de crecimiento es lento, puede que no respondan igual con otra salinidad, luz y condiciones, o convertirse en una especie invasora y terminar de aniquilar lo que quede, o que se genere como un monocultivo y que otra amenaza lo destruya todo...
El equipo de Manuel Aranda hace cr¨ªa selectiva de los genotipos con la resiliencia m¨¢s alta para intentar reforzar a las poblaciones. ¡°Es como si fuera una evoluci¨®n natural, pero acelerada. Aunque de todas formas, para que un organismo se genere se necesitan entre dos y ocho a?os. No da demasiado margen de acci¨®n. Siempre ha habido cambios de clima, pero no tan r¨¢pidos¡±, apunta Aranda. ¡°Cualquier cosa que se haga ya es una tirita. Lo primero es preocuparse por las emisiones¡±, dice tajante. Farid espera que la COP27 sea el encuentro definitivo para que se tome acci¨®n urgente. ¡°?Cu¨¢ntas m¨¢s COP vamos a necesitar? Es el momento, o quiz¨¢s es tarde¡±, duda. Y termina exhortando: ¡°?L¨ªderes del mundo, saltad al agua! As¨ª se podr¨¢n poner unas gafas, asomarse a las profundidades del mar Rojo y ver lo que podemos perder, todos¡±. Quiz¨¢s se encuentren a un peque?o pez haciendo piruetas sobre corales multicolores ajenos a que las decisiones que tomen en la superficie vayan a condicionar sus vidas, y muchas m¨¢s.
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