El desastre de la sequ¨ªa en C¨¢diz, donde est¨¢n los embalses m¨¢s vac¨ªos del pa¨ªs

El cielo est¨¢ encapotado y ha regalado alg¨²n liviano chubasco. Los tallos de los puerros de la cooperativa de Juan Manuel Rodr¨ªguez ya asoman de la tierra de Sanl¨²car de Barrameda (C¨¢diz), reputada por la calidad de su huerta. Pero el espejismo se desvanece a poco que el agricultor y presidente de la entidad Frusana abre la boca angustiado: ¡°Estoy todo el d¨ªa mirando las webs de predicciones y nada, no llueve. Llevamos un tiempo diciendo que viene el lobo y ya est¨¢ aqu¨ª. Tenemos un problema gordo. No nos hemos visto en otra igual¡±. Solo una tromba de precipitaciones primaverales anormales salvar¨ªa ya a gaditanos como Rodr¨ªguez de restricciones m¨¢s severas. Mientras, convive con la cruda incertidumbre de tener que surtirse de la cuenca hidrogr¨¢fica del Guadalete-Barbate, la que est¨¢ con menos reservas de agua del pa¨ªs, apenas un 14,5%.

El casi un mill¨®n de habitantes de esa cuenca ¡ªque engloba a municipios que beben de embalses o directamente de manantiales¡ª depende de que se produzcan esas lluvias poco probables para no enfrentarse a restricciones severas por sequ¨ªa. A ellos se suman m¨¢s de 255.000 residentes del Campo de Gibraltar, dependientes de las Cuencas Mediterr¨¢neas Andaluzas, que est¨¢n al 18,8% de capacidad, una cifra algo menos dram¨¢tica, pero que tampoco libra de sobresaltos. ¡°La situaci¨®n es alarmante¡±, explica sin pa?os calientes Fran Moreno (PP), delegado territorial de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andaluc¨ªa en C¨¢diz. El pol¨ªtico prefiere no hablar de plazos, ni medidas concretas, pero el horizonte m¨¢s sombr¨ªo se dibuja para mediados de a?o: ¡°Va a depender del clima y de variables como las inversiones que se est¨¢n haciendo o los decretos de sequ¨ªa que se est¨¢n aprobando. Si la gente consume menos, tardaremos m¨¢s¡±.

La sequ¨ªa se ensa?a con el sur y el noreste de la Pen¨ªnsula. Catalu?a y Andaluc¨ªa son las dos comunidades m¨¢s afectadas. La cuenca del Guadalete-Barbate es un buen ejemplo de ello. Su actual red de recursos h¨ªdricos es hija de la anterior sequ¨ªa que, entre 1991 y 1995, azot¨® la zona. En ese lapso se dise?¨® y se ejecut¨® mediante obras de emergencia el embalse de Guadalcac¨ªn ¡ªel m¨¢s grande, con 800,3 hect¨®metros c¨²bicos y hoy al 16,5%¡ª o el de Zahara-El Gastor, de 222,7 hect¨®metros y ahora el m¨¢s esquilmado, a apenas el 3,96% de su capacidad¡ª. En total, es una red interconectada compuesta por ocho pantanos que beben de los r¨ªos Guadalete y Barbate, adem¨¢s de afluentes como el Majaceite. ¡°Es un sistema integrado de un embalse a otro que cubre las necesidades entre ellos y mantiene el caudal ecol¨®gico¡±, explica Moreno. Todo ese esfuerzo de infraestructuras con capacidad total de 1.813 hect¨®metros c¨²bicos ha servido en el ¨²ltimo a?o hidrol¨®gico (2022-2023) para el consumo del 33% que se lleva el uso urbano, otro 64% para el regad¨ªo y un 3% la industria.

El hist¨®rico ecologista gaditano Juan Clavero cree que justo ah¨ª es donde est¨¢ el problema: ¡°Hemos gastado el agua por encima de nuestras disponibilidades. Cuando pasa la sequ¨ªa se nos olvida. Igual que el agua se acumula en los pantanos porque en verano no llueve, en los periodos en los que llueve hay que acumular para poder surtirnos a largo plazo¡±. Clavero considera que esta situaci¨®n de escasez es incluso peor que la de los a?os noventa porque, en estos a?os, ¡°se han aumentado las concesiones de agua de regad¨ªo de cultivos intensivos que no generan empleo, justo lo contrario de zonas hortofrut¨ªcolas de alto valor a?adido como Sanl¨²car o Conil¡±, y ha crecido el n¨²mero de macrourbanizaciones y campos de golf. Pero Moreno defiende la gesti¨®n h¨ªdrica realizada: ¡°La gran mayor¨ªa de las comunidades de regantes miran mucho por el agua porque no quieren verse sin ella. El problema es que no llueve¡±.

El cuarto decreto contra la sequ¨ªa que, en breve, aprobar¨¢ el Gobierno andaluz prev¨¦ ya la llegada de barcos con agua a los puertos de M¨¢laga y Algeciras para el verano si no cae ni una gota. Pero en la cuenca del Guadalete-Barbate las restricciones ya han comenzado. El pasado octubre, mes de inicio del a?o hidrol¨®gico, la comisi¨®n de gesti¨®n de la sequ¨ªa ya aprob¨® un recorte del 50% para el regad¨ªo y un 20% para el consumo de hogares, este ¨²ltimo aplicado mediante una bajada de presi¨®n. Sin embargo, desde Ecologistas en Acci¨®n llevan m¨¢s de un a?o denunciando que las medidas obligatorias deber¨ªan haber llegado antes. ¡°Hasta ese momento, eran recomendaciones y no se cumplieron¡±, a?ade Clavero. Hace ya semanas que muchas ciudades gaditanas no riegan sus jardines p¨²blicos, ni rellenan sus fuentes ornamentales, medidas encaminadas principalmente a la concienciaci¨®n ciudadana. ¡°Pero la gente no es consciente hasta que no ve que del grifo de casa falta agua¡±, reconoce Moreno.

Es justo lo que les pasa ya a los m¨¢s de 6.900 habitantes de Puerto Serrano que, desde octubre, se enfrentan a cortes nocturnos de agua, de la medianoche a las 6.00. El bajo nivel de los acu¨ªferos de los que se surte la localidad obligan al recorte dr¨¢stico. ¡°Es un contratiempo muy importante para un pueblo de mayor¨ªa jornalera que madruga mucho¡±, explica el alcalde, Daniel P¨¦rez. ¡°La infraestructura de pozos estaba preparada para unas lluvias normales o pocas precipitaciones, pero no para tanto tiempo de sequ¨ªa. Nos ha tocado ser los primeros, pero no seremos los ¨²ltimos¡±, vaticina el regidor. En Zahara de la Sierra, tambi¨¦n surtido de manantial, a¨²n no hay restricciones tan graves, pero es imposible olvidarse de la sequ¨ªa. El pueblo vive asomado a un risco en el que no hay forma de librarse de la vista del embalse de Zahara-El Gastor, el m¨¢s bajo de la cuenca con apenas un 3,96% de agua. ¡°El impacto psicol¨®gico es fuerte, el paisaje es desolador. Ya nos produce p¨¦rdidas econ¨®micas porque [en la segunda mitad del a?o] aqu¨ª se celebran diversos deportes n¨¢uticos que ahora est¨¢n en riesgo¡±, apunta el alcalde de la localidad, Santiago Galv¨¢n, tambi¨¦n cr¨ªtico con ¡°lo que se ha permitido a los regad¨ªos¡±.

Rodr¨ªguez, cuyas siete hect¨¢reas de campos se riegan con agua del Guadalcac¨ªn, prefiere no entrar en pol¨¦micas: ¡°La culpa no es de nadie¡±. Aunque asegura no comprender c¨®mo una ciudad tur¨ªstica como Sanl¨²car ¡°tira el agua reciclada de la depuradora al mar y no se la estemos dando al segundo motor econ¨®mico de la ciudad¡±, la agricultura. ¡°Es una injusticia total¡±, denuncia. Pero el delegado Moreno asegura que no es tan f¨¢cil: ¡°Cuando llegamos a la Junta nos encontramos muchas depuradoras en malas condiciones. Ahora mismo hay 32 proyectos para mejorar la depuraci¨®n¡±. Adem¨¢s, desde la delegaci¨®n gaditana de la Junta aseguran que hay municipios que se han mostrado ya implicados en dar usos a esas aguas terciarias, como San Fernando y C¨¢diz, que ya est¨¢n trabajando en poder emplearlas para baldeos y riegos.

Mientras la Junta ya plantea obras para pinchar acu¨ªferos que permitieron aliviar la sequ¨ªa de los a?os noventa ¡ªcomo el de la Sierra de las Cabras¡ª, Rodr¨ªguez se prepara en Sanl¨²car para lo peor. Lo normal es que sus f¨¦rtiles tierras hagan posible dos o tres cosechas anuales de patatas, zanahorias, calabacines, puerros, pimientos o boniatos. Pero ahora el presidente de Frusana duda que, con 3.000 metros c¨²bicos anuales por hect¨¢rea que les ha quedado tras el recorte y sin lluvias para alargar m¨¢s los riegos, les d¨¦ para seguir cultivando m¨¢s all¨¢ de mayo. ¡°Tenemos 500 trabajadores, 150 son fijos, y una producci¨®n de 40 millones de euros al a?o. Si bajamos, me da miedo lo que pase con la gente, va a haber un problema grave. Estamos ya pensando en el ERTE¡±, apunta el agricultor. El ecologista Clavero zanja, con pesimismo: ¡°Esto es un desastre anunciado. Deber¨ªamos haber reducido el consumo y aumentado reservas, pero ha pasado lo contrario. Es una planificaci¨®n hidro-il¨®gica. El primer principio de prevenci¨®n es ponerse en la peor de las posibilidades¡±.

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