Los agricultores tienen raz¨®n, en algunas cosas
De nada valdr¨¢ conseguir las reivindicaciones que piden si el cambio clim¨¢tico sigue trayendo sequ¨ªas hist¨®ricas, olas de calor insoportables y tormentas con pedrisco
Mi ADN est¨¢ cargado con la herencia de generaciones de agricultores y ganaderos. Nac¨ª a siete metros lineales de las 12 vacas que ten¨ªamos. Mis padres y mis 10 t¨ªos y t¨ªas se ganaban la vida con la crianza del suelo y de animales (vacas, cerdos, gallinas, conejos, terneras, caballos, pollos¡). He crecido entre tractores y arados. Mi familia es copropietaria, junto con otros miles de regantes, de un sistema de regad¨ªo que crearon los ¨¢rabes, de uno de los pocos pantanos privados de Espa?a que se inaugur¨® en 1913.
Digo todo esto para afirmar a continuaci¨®n que mi conexi¨®n con la cultura agr¨ªcola y ganadera es total. Digo todo esto para declarar que mi educaci¨®n emocional, que se forja en la infancia, es totalmente agraria y ganadera.
?Tienen raz¨®n los agricultores de Europa y Espa?a en sus movilizaciones? Mi respuesta: en algunas cosas, s¨ª. Tienen raz¨®n en quejarse de la endiablada burocracia, de la competencia desleal de algunos productos que entran sin cumplir las mismas reglas, de los bajos precios ¡ªen general¡ª de sus productos, de los terribles da?os econ¨®micos causados por los fen¨®menos atmosf¨¦ricos extremos, de la insuficiencia de los seguros agrarios, de la poca ayuda que se les presta para innovar¡
En la cultura del Arag¨®n rural en el que me crie, lo suyo es decir lo bueno y lo malo a la cara. Por eso, junto a mi apoyo a algunas de las justas reivindicaciones que plantean los impulsores de las movilizaciones, quiero manifestar mi incomprensi¨®n hacia algunas reivindicaciones de colectivos agrarios que en Europa y en Espa?a reclaman menos pol¨ªticas ambientales.
Algunos de los manifiestos reivindicativos que me han llegado me han tra¨ªdo a la mente tres preguntas que quiero formular.
La primera es: ?vuestros hijos y nietos podr¨¢n dedicarse a la agricultura si les dej¨¢is como herencia un suelo sin lombrices, lleno de antibi¨®ticos y pesticidas, muy poco f¨¦rtil, con muy pocas bacterias ben¨¦ficas para cooperar con las ra¨ªces de las plantas, sin abejas e insectos polinizadores¡? Creo que sab¨¦is la respuesta. No, no podr¨¢n vivir de ese suelo moribundo, no podr¨¢n tener ¨¦xito sin polinizadores.
La segunda pregunta no es del ma?ana, es del hoy: ?seguir¨¢n los consumidores de los alimentos que vend¨¦is compr¨¢ndolos si tienen dudas sobre la salud de lo que compran?
La tercera pregunta es: con este clima enloquecido que estamos viviendo, ?puede funcionar la agricultura que se practica hoy?
Por otro lado, me he llevado una sorpresa, por cierto, al leer vuestras reivindicaciones: no he visto, dentro de los manifiestos de quejas, hablar del precio de los pesticidas que de manera cada vez m¨¢s frecuente ten¨¦is que emplear para combatir las plagas. Yo he visto caer econom¨ªas agrarias enteras por el aumento enorme de la frecuencia de las fumigaciones. Me sorprende el silencio sobre ese gran problema.
En mi opini¨®n, el gran enemigo de la agricultura de hoy es el cambio clim¨¢tico y los fen¨®menos atmosf¨¦ricos extremos: las sequ¨ªas, las olas de calor, las inundaciones a destiempo, los incendios¡ Esa gran verdad la sabe cualquier agricultor de hoy. Contra el clima adverso, lo dec¨ªa con claridad mi abuelo Marcelino, nada puede hacer el agricultor. Y los agricultores tienen toda la raz¨®n de su parte para solicitar ayudas p¨²blicas que les permitan adaptarse a ese clima enloquecido que ya estamos viviendo.
De nada valdr¨¢ conseguir las reivindicaciones que piden algunos agricultores si el cambio clim¨¢tico sigue trayendo sequ¨ªas hist¨®ricas, olas de calor insoportables para las plantas y los animales, tormentas repetidas con pedrisco¡ El clima, para la agricultura, todo lo puede o lo destroza. Si hay suelo f¨¦rtil y buen clima, las cosechas funcionan. Si ambos fallan, poco puede la voluntad del agricultor.
Por esa gran raz¨®n, todos ¡ªlas gentes de la ciudad y las gentes del campo¡ª nos tenemos que unir para frenar todo lo posible el cambio clim¨¢tico. Es la gran tarea de la humanidad y no hay sector al que esta emergencia da?e tanto como al agroalimentario. Por eso merecen todo nuestro apoyo. Y la sociedad, que tanto les ayuda y debe seguir ayud¨¢ndoles, se merece que mayores ingresos para los agricultores no signifiquen productos menos saludables para la ciudadan¨ªa que los compra. Y los hijos y los nietos de los nietos de los agricultores se merecen un buen legado, una buena herencia: suelos f¨¦rtiles y un clima en el que los cultivos florezcan.
V¨ªctor Vi?uales, director ejecutivo de la organizaci¨®n ambiental Ecodes.
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