Kimmerer, bot¨¢nica: ¡°En los musgos hay una red de vida tan compleja como la de una selva tropical¡±
Esta cient¨ªfica estadounidense considera que los humanos deber¨ªamos aprender de estas plantas que ¡°construyen biodiversidad¡±
¡°?Qui¨¦n va a querer leer un libro sobre musgos?¡±, cuenta la bot¨¢nica estadounidense Robin Wall Kimmerer (Nueva York, 1953) que se preguntaba al empezar a escribir sobre estas peque?as plantas a las que se presta tan poca atenci¨®n que ni siquiera suelen tener nombres comunes. Sin embargo, esta cient¨ªfica de ascendencia ind¨ªgena, miembro de la Citizen Potawatomi Nation, se propuso mostrar lo incre¨ªble que puede ser este mundo en miniatura, un reino natural que, seg¨²n incide, desde la perspectiva de un humano de metro ochenta se ve tan alejado como la superficie terrestre desde un avi¨®n que vuele a 10.000 metros. Como cuenta en una entrevista online, de esta forma naci¨® Gathering Moss: A Natural and Cultural History of Mosses, una curiosa obra traducida ahora en espa?ol con el t¨ªtulo de Reserva de musgo (Ed. Capit¨¢n Swing).
Pregunta. ?En qu¨¦ se parece el musgo a una selva tropical?
Respuesta. Los musgos est¨¢n formados por peque?os brotes que son como ¨¢rboles en miniatura, as¨ª que se asemejan a bosques a peque?a escala. Adem¨¢s, en los musgos hay una red de vida tan compleja como la de una selva tropical. En su interior hay mucha humedad, muchas peque?as criaturas, y se dan procesos bioqu¨ªmicos del reciclaje de nutrientes y de regulaci¨®n del clima.
P. ?Cu¨¢nta biodiversidad hay en un solo gramo de musgo de suelo de bosque?
R. A veces se habla de los musgos como arrecifes de coral del bosque. Un peque?o pu?ado de musgo est¨¢ lleno de biodiversidad: ¨¢caros, tard¨ªgrados, nematodos y todo tipo de peque?os invertebrados que viven all¨ª. Y al igual que en un bosque, hay algunos espec¨ªmenes que pastan, otros son depredadores, tambi¨¦n viven par¨¢sitos. En el musgo hay redes alimentarias e interacciones ecol¨®gicas muy complejas. Es un peque?o mundo en miniatura.
P. En este mundo en miniatura no se buscan tigres o gorilas sino peque?os tard¨ªgrados. ?No es as¨ª?
R. No busco tard¨ªgrados espec¨ªficamente, pero me encanta cuando los encuentro. Estas peque?as criaturas son muy especiales porque la mayor¨ªa vive s¨®lo en musgos y porque tienen una notable capacidad para tolerar la sequedad. Cuando el musgo est¨¢ mojado, esos tard¨ªgrados se mueven como ositos, tambi¨¦n se les llama osos de agua. Pero si los musgos se secan, ellos tambi¨¦n se desecan. Entran en un estado denominado ¡°tun¡± y simplemente, esperan. Hasta que vuelve a mojarse su entorno y entonces se expanden para convertirse otra vez en osos de agua en movimiento, vivos. Son organismos realmente extraordinarios por su capacidad de desecarse sin morir.
P. ?El musgo es la demostraci¨®n de que ser peque?o no es ning¨²n fracaso?
R. A menudo pensamos que el ¨¦xito consiste en ser grande, poderoso y dominante. Los musgos no son ninguna de estas cosas, pero han sobrevivido a casi todos los seres que alguna vez vivieron en la Tierra. De hecho, se parecen mucho a c¨®mo eran hace 400 millones de a?os. Su ¨¦xito se debe justamente a que son peque?os, encajan en peque?os micronichos. Pero tambi¨¦n a que toman muy poco del medio ambiente y devuelven mucho. Fomentan la vida de otros seres, construyen biodiversidad, construyen suelo.
P. ?Por qu¨¦ dice que aprender a ver el musgo se asemeja m¨¢s a escuchar que a mirar?
R. Se trata de mirar primero, pero con el tipo de intensidad que tambi¨¦n usamos cuando escuchamos un sonido muy peque?o. Todos los d¨ªas pasamos junto a musgos sin verlos, lo que tenemos que hacer es detenernos, arrodillarnos y mirar. Resulta ¨²til tener una lupa, pero tampoco es imprescindible. Son tan sorprendentes, hay decenas de miles de tipos de musgos y cada uno de ellos es hermoso, ¨²nico. Todo lo que hay que hacer es mirar, pero tambi¨¦n lo comparo con escuchar porque para ver los musgos hay que estar callados, quietos y reducir la velocidad.
P. ?C¨®mo cambia su visi¨®n cient¨ªfica de las plantas formar parte de la naci¨®n Potawatomi?
R. En nuestra cosmovisi¨®n potawatomi entendemos que todos los seres, ya sean musgos, p¨¢jaros, ¨¢rboles o personas, son intr¨ªnsecamente valiosos. Pensamos en las plantas como nuestros parientes, nuestra familia y, de hecho, maestros. Esto cambia por completo mi relaci¨®n con los musgos como cient¨ªfica, porque pienso en ellos no tanto como un objeto, sino como un sujeto formado por seres sabios que podr¨ªan decirme algo sobre el mundo.
P. Algunos musgos est¨¢n en peligro por extraerse de forma abusiva. En cambio, los potawatomi piden permiso a las plantas antes de recolectarlas.
R. As¨ª es. La idea de pedir permiso est¨¢ ligada al concepto ind¨ªgena de cosecha honorable y al hecho de que el mundo no nos pertenece. No es nuestra propiedad. Recolectar estas plantas simplemente yendo al bosque y arranc¨¢ndolas es muy irrespetuoso cuando se piensa en esos musgos como otras personas, no personas humanas, personas de musgo, con sus propias vidas y derechos. Por eso, pedimos permiso y juzgamos si est¨¢ bien o no tomarlos.
P. ?Qu¨¦ debemos aprender los humanos del musgo?
R. Mucho. Lo primero, humildad. A no pensar que estamos a cargo del mundo, que los humanos somos due?os del universo. Los musgos tienen mucho ¨¦xito sin ejercer todo ese control y dominaci¨®n sobre el mundo viviente. Tambi¨¦n nos ense?an a vivir dentro de nuestras posibilidades. Los seres humanos intentamos constantemente cambiar el entorno para adaptarlo a nuestros prop¨®sitos, para que podamos tener m¨¢s y m¨¢s cosas. Pero los musgos nos muestran una vida sencilla y hermosa en reciprocidad con la tierra. Multiplican la vida a su alrededor. Los humanos podr¨ªamos aprender de la humildad de los musgos.
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