Los osos de agua sobreviven incluso a un disparo, pero no a un accidente lunar
Una astrobi¨®loga espa?ola dise?a un experimento para estrellar a los tard¨ªgrados y comprobar si pudieron sobrevivir al choque de una sonda israel¨ª ocurrido en 2019
Los tard¨ªgrados, tambi¨¦n llamados osos de agua, son unos seres microsc¨®picos capaces de sobrevivir a casi todo: congelaci¨®n, agua hirviendo, inanici¨®n durante d¨¦cadas. Incluso un disparo. Pero un viaje entre planetas que acabe en accidente son palabras mayores incluso para estos seres diminutos, de quienes se dice incluso que podr¨ªan heredar la Tierra en caso de extinci¨®n masiva, dada su asombrosa resistencia. Un estudio ha sometido a unos ositos de agua a una prueba de fuego real: dispararlos a velocidades alt¨ªsimas y comprobar si soportaban el golpe.
La pregunta no era te¨®rica: hace dos a?os, un millonario estadounidense decidi¨® embarcar una poblaci¨®n de miles de tard¨ªgrados en una sonda israel¨ª que acab¨® estrell¨¢ndose en la Luna. Los tard¨ªgrados, que no llegan a medir medio mil¨ªmetro, se enviaron en un estado de deshidrataci¨®n en los que permanecen casi muertos, a un ritmo metab¨®lico del 0,01% de lo normal. All¨ª quedaron tras el accidente, sin planes de tratar de rescatarlos ni observar si se pueden rehidratar y resucitar tras el impacto. El asunto fue un peque?o esc¨¢ndalo, otra muestra de los peligros de contaminaci¨®n biol¨®gica del sistema solar por la negligencia de los nuevos actores espaciales. Pero la cient¨ªfica madrile?a Alejandra Traspas, que estaba escribiendo su propuesta de tesis del m¨¢ster en la Universidad de Kent, se pregunt¨® qu¨¦ habr¨ªa sido de ellos tras ese accidente: ¡°Pens¨¦: ¡®Pobrecitos, ?habr¨¢n sobrevivido?¡±, explica por tel¨¦fono.
La astrobi¨®loga Traspas dise?¨® un experimento para simular las condiciones en las que se golpearon los tard¨ªgrados contra la Luna
De este modo dise?¨® un experimento para disparar a las brutales velocidades del impacto lunar a estos ositos, que suelen vivir en condiciones de humedad. Colocaron un objetivo de arena en una c¨¢mara de vac¨ªo para simular las condiciones espaciales y del golpe sobre la superficie de un planeta rocoso. Y dispararon contra ¨¦l los osos de agua en grupitos de dos o tres con un ¡°megaca?¨®n de unos tres metros¡±, explica Traspas, meti¨¦ndoles congelados en los proyectiles, en ese estado de hibernaci¨®n inducido. Las pruebas comenzaron a finales del 2019 y, salvo un frenazo, continuaron durante las restricciones provocadas por la pandemia.
El resultado, publicado en la revista Astrobiology, vuelve a recordarnos la extraordinaria capacidad de resistencia de los tard¨ªgrados, pero conlleva malas noticias para los que se convirtieron en astronautas lunares. Cuando los dispararon a gigantescas velocidades, por encima de la aceleraci¨®n de un disparo con pistola, los ositos resist¨ªan el impacto y lograban recuperarse del estado de congelaci¨®n, aunque m¨¢s despacio que el grupo de control (otros ositos que hibernaron para comparar su comportamiento con los disparados). A casi 1 kil¨®metro por segundo, los tard¨ªgrados sobreviv¨ªan. Pero por encima de ese umbral, los animalillos se desintegraban. Y eso es lo que le habr¨¢ sucedido a los viajeros lunares. ¡°Podemos confirmar que no sobrevivieron¡±, explica la astrobi¨®loga, ¡°porque la velocidad del impacto con la Luna no fue tan alta, pero la presi¨®n del choque, por el material de la nave, es tan alta que es imposible que lo resistan¡±.
¡°Podemos confirmar que no sobrevivieron¡±, explica la Traspas, ¡°porque la presi¨®n del choque, por el material de la nave, es tan alta que es imposible que lo resistan¡±.
Traspas, que ahora realiza su doctorado en la Universidad Queen Mary de Londres, va a continuar disparando tard¨ªgrados para resolver una pregunta que surgi¨® durante el estudio. Los tard¨ªgrados que sobreviv¨ªan a estos impactos dejaron de reproducirse y desconocen el motivo. ¡°Vamos a repetir los experimentos, pero con an¨¢lisis gen¨¦tico, para ver si se trata de selecci¨®n natural, estr¨¦s o si hay da?o gen¨¦tico¡±, se?ala la astrobi¨®loga.
M¨¢s all¨¢ de la resistencia anecd¨®tica de estos osos de agua al chocar contra la Luna, el trabajo de Traspas tiene una lectura trascendental para entender el origen de la vida. Para explicar la aparici¨®n de seres vivos, existe la hip¨®tesis de que la vida existe en el universo y viaja sobre asteroides y otros cuerpos celestes hasta encontrarse con planetas como la Tierra. Pero los datos de Traspas ponen pegas a esta idea si el impacto puede ser tan destructivo incluso para seres tan diminutos. ¡°La posibilidad se complica, pero no es imposible. Hay que tener en cuenta el ¨¢ngulo del impacto y otras condiciones¡±. Los c¨¢lculos de su estudio permiten imaginar transferencia de microorganismos entre la Tierra y la Luna o entre Marte y su sat¨¦lite Fobos. Y abren una puerta muy interesante para la b¨²squeda de vida en Enc¨¦lado, una luna de Saturno en la que se sospecha que pueda haber organismos habitando sus oc¨¦anos. Una nave que cruce a gran velocidad uno de sus g¨¦iseres kilom¨¦tricos podr¨ªa recoger muestras sin que el impacto fuera fatal.
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