Juan Jos¨¦ Mart¨ªnez y Bryan Avelar, mejor trabajo de investigaci¨®n: ¡°Si nos entregamos a la l¨®gica de entretener, mataremos el periodismo¡±
Los ganadores del Ortega y Gasset defienden historias en profundidad para ¡°echar luz¡± sobre las regiones olvidadas y sin voz
Los periodistas Juan Jos¨¦ Mart¨ªnez (El Salvador, 37 a?os) y Bryan Avelar (El Salvador, 30 a?os), amigos y freelance, eligieron contar la historia de la batalla de Moskitia, en Honduras, contra el narcotr¨¢fico. Aunque m¨¢s que una batalla, es la destrucci¨®n de un rinc¨®n del mundo a manos de los c¨¢rteles de la droga. ¡°La cara m¨¢s violenta del neoliberalismo con una de las poblaciones m¨¢s vulnerables de toda Latinoam¨¦rica¡±, explica Mart¨ªnez, un antrop¨®logo que hace 10 a?os eligi¨® meterse a periodista para contar de manera m¨¢s sencilla lo que antes escrib¨ªa en sus estudios. ¡°Decidimos echar luz sobre una poblaci¨®n abandonada, en una regi¨®n abandonada, en un pa¨ªs abandonado¡±, describe Avelar.
Y juntos se embarcaron en un proyecto de casi dos a?os, sobre una tierra que apenas hab¨ªa ocupado espacio en la prensa. ¡°Los miskitos se encontraron ¨¢vidos de que llegasen periodistas, nos ped¨ªan que por favor fu¨¦ramos¡±, recuerda Avelar. Un trabajo que Mart¨ªnez define como ¡°periodismo etnogr¨¢fico¡±, con la coletilla del ¡°largo aliento¡±, ordenado en tres cap¨ªtulos y m¨¢s de 60 p¨¢ginas, publicado por Insight Crime, y ahora premiado con el Ortega y Gasset a la mejor historia o investigaci¨®n period¨ªstica. Mart¨ªnez celebra la ¡°apuesta arriesgad¨ªsima¡± del medio, sin ¨¢nimo de lucro, por un ¡°periodismo cl¨¢sico, viejo, de anta?o, de enviar a dos reporteros a meterse en la selva¡±, en una ¨¦poca de reels de Instagram y de TikTok. ¡°Si nos entregamos a la l¨®gica de entretener, ya no de informar, quienes estaremos matando al periodismo seremos los periodistas¡±, a?ade.
Pero ambos son optimistas. ¡°Hay gente que quiere leer una buena historia, no creo que la poblaci¨®n se haya vuelto analfabeta¡±, indica Mart¨ªnez. Y aunque ese tipo de periodismo en profundidad necesite un tiempo que parece haberse esfumado y un dinero que nadie sabe muy bien de d¨®nde sacar, no cree que haya dejado de gustar: ¡°Sigue vivo, en las universidades, en las poblaciones¡±. Y lo practican tambi¨¦n otros medios, que Mart¨ªnez cita de retah¨ªla: Gatopardo o El Faro o Drom¨®manos... Avelar a?ade que es posible vivir de ello. ¡°Con la cr¨®nica individual como freelance ser¨ªas un esclavo de la cuenta bancaria. Pero con proyectos a largo plazo que te den una estabilidad, seis u ocho meses, s¨ª se puede¡±, opina este periodista, que dej¨® su puesto estable en la revista Factum, en El Salvador, para contar otras historias.
Para coger de la pechera al lector, y que no les abandone, los autores de Moskitia: La selva hondure?a que se ahoga en coca¨ªna toman prestados ¡°elementos literarios¡±. El objetivo es ¡°hacer de estas cosas complejas, una historia, un cuento sencillo de leer¡±, defiende Mart¨ªnez, ya en Barcelona junto a Avelar para recoger su Ortega y Gasset. ¡°Me enter¨¦ de que hab¨ªa sido premiado cuando estaba siendo deportado desde Hait¨ª a Rep¨²blica Dominicana¡±, recuerda Mart¨ªnez. Respondi¨® al tel¨¦fono algo tosco: ¡°?Qu¨¦ quer¨¦s? Estoy muy ocupado¡±. Cuando le contaron el motivo, corri¨® a llamar a Avelar. ¡°Yo estaba en la frontera sur de M¨¦xico, donde existe una crisis humanitaria, una especie de babel de la miseria¡±, indica. Cuando Mart¨ªnez le grit¨® ¡°?lo tenemos!, ?lo tenemos!¡±, pensaba que se refer¨ªa a unos documentos de otro proyecto en el que trabajan. ¡°Cuando entend¨ª que era el Ortega y Gasset, empec¨¦ a gritar en medio de la calle¡±. Cada uno celebra lo que considera que es un ¡°respaldo de los maestros¡± a su manera. Mart¨ªnez lo ve como una apuesta por el periodismo ¡°a?ejo y nuevo a la vez¡±. Avelar recuerda a la periodista Alma Guillermoprieto: ¡°Como dice la maestra, ser periodista es el privilegio de ver el mundo en primera l¨ªnea, y el compromiso de contar la historia y contarla bien¡±.
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