Botero retrata d¨¦cadas de violencia en Colombia

Fernando Botero (Medell¨ªn, 1932) reconoce que para un artista que dedica su talento a temas amables "por convicci¨®n", ha sido dif¨ªcil plasmar en su ¨®leos y dibujos la violencia en la que vive inmerso desde hace d¨¦cadas su pa¨ªs, Colombia. La 'otra' cara de Botero entra hoy en el Museo Nacional de Colombia, convirti¨¦ndose en un acontecimiento cultural que pretende ser tambi¨¦n una llamada a la reflexi¨®n.

El pintor y escultor colombiano ha donado al museo una serie compuesta por medio centenar de pinturas -23 ¨®leos y 27 dibujos- que fueron realizados entre 1999 y 2004. Todas las obras giran en torno a la tragedia que vive a diario la poblaci¨®n colombiana y que s¨®lo hab¨ªan sido expuestas en M¨¦xico, Estocolmo (Suecia), Copenhague (Dinamarca), La Haya (Holanda), Maillol (Francia) y Par¨ªs, entre los a?os 2001 y 2003. La exposici¨®n ser¨¢ de car¨¢cter temporal, ya que posteriormente partir¨¢ a otras ciudades y poblaciones del pa¨ªs para que "la gente reflexione y piense un poco", porque "todos debemos ayudar a Colombia", seg¨²n ha expresado el artista.

Los motivos que han impulsado a Botero, de 72 a?os, a plasmar el "c¨¢ncer de la violencia" provienen de una mirada retrospectiva hacia Picasso o Goya. Ellos legaron momentos duros de la historia espa?ola con cuadros como el Guernika y Los fusilamientos del 3 de mayo. Botero reconoce haber dado un giro en su teor¨ªa de que el arte no debe expresar la realidad y en su idea de que las grandes obras s¨®lo deben reflejar una actitud positiva ante la vida. Ahora, se siente con "la obligaci¨®n moral de dejar un testimonio sobre un momento irracional de nuestra historia".

Un horror 'voluptuoso'

El hecho de vivir alejado de su pa¨ªs no le impide permanecer al tanto de la situaci¨®n que vive Colombia, adonde confiesa que retornar¨ªa a pasar largas temporadas si "las condiciones de paz y seguridad" lo permitieran.

"Pint¨¦ a Colombia toda mi vida, los aspectos amables que conoc¨ª en la infancia y adolescencia. No siento directamente la violencia, pues vivo fuera hace mucho tiempo, pero los conozco a trav¨¦s de la prensa. La violencia comenz¨® a estar en mi cabeza y sent¨ª un d¨ªa que ten¨ªa que pintar, hacer una declaraci¨®n del horror que sent¨ªa ante ese panorama del pa¨ªs", asegura Botero, que reconoce haber abandonado por un tiempo el placer de expresar la iron¨ªa en sus figuras coloristas y voluptuosas para poner su pincel al servicio de la denuncia social.