Muere el profeta del 'funk'
La turbulenta superestrella James Brown fallece en Atlanta a los 73 a?os
James Brown, figura m¨¢xima de la m¨²sica afroamericana, falleci¨® en las primeras horas del lunes 25, en el Emory Crawford Long Hospital de Atlanta (Georgia). El cantante, de 73 a?os, hab¨ªa sido ingresado el domingo por una pulmon¨ªa. La causa exacta de su muerte est¨¢ por determinar; en 2004, hab¨ªa superado un c¨¢ncer de pr¨®stata. El siglo XX qued¨® marcado por la emergencia de la m¨²sica afroamericana y nadie alcanz¨® una posici¨®n tan hegem¨®nica en ella, al menos durante la segunda mitad del siglo, como James Brown. Michael Jackson pudo ser m¨¢s popular pero no goz¨® de su influencia sonora. Miles Davis tuvo m¨¢s respeto pero nunca logr¨® su impacto comercial.
Exig¨ªa pleites¨ªa: no quer¨ªa que se olvidara que hab¨ªa cambiado la m¨²sica para siempre
Entr¨® en la m¨²sica gracias a Bobby Byrd, que prometi¨® alejarle de la delincuencia
En los a?os 50, James Brown llev¨® sus modos de iglesia al rhythm and blues, que en los 60, ya con conciencia racial, se transform¨® en soul, que inund¨® el planeta. Desarroll¨® el concentrado de ritmo que se bautiz¨® como funk y que mantendr¨ªa su gancho hasta el presente. En los 70, el funk tuvo como hijo bastardo a la disco music y sirvi¨® de base para el hip-hop: literalmente, miles de temas de rap parten de grabaciones de Brown como Funky drummer o Give it up or turn it loose.
El funk es una creaci¨®n colectiva: todos los instrumentos se concentran en generar ritmo, a expensas de la melod¨ªa. James Brown tuvo la habilidad para implicar a instrumentistas imaginativos, muchos de los cuales siguieron productivas carreras en solitario: Alfred Pee Wee Ellis, Maceo Parker, Fred Wesley, William Bootsy Collins. No obstante, sin la visi¨®n de James Brown, es posible que no hubieran pasado de nombres para coleccionistas. Brown entend¨ªa su orquesta, fueran los Famous Flames o los JBs, como su instrumento particular: sus famosas coletillas -“llevadme al puente”, “dad espacio al bater¨ªa”- eran instrucciones de escenario. Buscaba el momento ¨®ptimo para grabar: muchos de sus cl¨¢sicos se hicieron en la carretera, entre actuaci¨®n y actuaci¨®n.
No pod¨ªa ser de otra manera. Brown se hab¨ªa ganado el t¨ªtulo de el trabajador m¨¢s duro del mundo del espect¨¢culo por la intensidad de sus actuaciones y el n¨²mero de conciertos: m¨¢s de 300 en sus buenos a?os. Alardeaba de la afilada precisi¨®n de sus bandas, sometidas a disciplina militar: multas por retrasos, descuidos indumentarios, fallos musicales; si el culpable se resist¨ªa, pod¨ªa ponerse violento.
Ven¨ªa de un mundo duro. Naci¨® en una choza en los alrededores de Barnwell (Carolina del Sur) el 3 de mayo de 1933, aunque tambi¨¦n se han sugerido fechas anteriores. Abandonado por su madre, creci¨® con su padre, un trabajador itinerante, hasta que termin¨® en Augusta (Georgia), donde una t¨ªa regentaba una fonda que tambi¨¦n funcionaba como timba y prost¨ªbulo. Sin apenas educaci¨®n, el ni?o Brown procur¨® ganarse la vida limpiando zapatos, recogiendo algod¨®n y robando piezas de coches. En una de esas fechor¨ªas, le atraparon y le condenaron a entre 8 y 16 a?os de c¨¢rcel (seg¨²n ¨¦l, todav¨ªa era un menor pero le encerraron y le juzgaron cuando lleg¨® a la edad penal). Fue un buen preso y, tras tres a?os y un d¨ªa, le soltaron.
So?¨® con profesionalizarse como boxeador o pitcher de b¨¦isbol. Pero entr¨® en la m¨²sica gracias al pianista Bobby Byrd, cuya familia prometi¨® alejarle de la delincuencia. Hac¨ªan gospel pero un encuentro con el representante de Little Richard les impuls¨® a cambiar de onda e instalarse en Macon (Georgia). Como los Famous Flames, incluso asumieron la personalidad de Little Richard & the Upsetters, cumpliendo sus contratos regionales cuando Tutti frutti se hizo ¨¦xito mundial.
Debut¨® discogr¨¢ficamente -y triunf¨®- en 1956, con el sello King. Una cruz de la que no se librar¨ªa f¨¢cilmente: era una compa?¨ªa corta de mente, que se resisti¨® a muchas de sus ocurrencias (James tuvo que pagarse hasta la grabaci¨®n del ahora m¨ªtico Live at The Apollo). Durante a?os, fue comercializado como un artista sure?o y, todo lo m¨¢s, como figura del gueto. Esto explica que nunca llegara al n¨²mero uno en las listas nacionales estadounidenses -s¨ª en las de rhythm and blues- a pesar de colar all¨ª docenas de ¨¦xitos. Y hace a¨²n m¨¢s impresionante la enormidad de su influencia.
Contempor¨¢neos suyos como Ray Charles, Otis Redding o Aretha Franklin llegaron sin problemas al mercado blanco. Sin embargo, se juzg¨® que Brown resultaba demasiado salvaje para el gran p¨²blico (ni siquiera entr¨® en el circuito contracultural y en los festivales hippies, tan provechosos para muchos artistas negros). Se hizo m¨¢s intimidante a partir de 1968, cuando musicaliz¨® la ideolog¨ªa del Black Power con Say it loud - I'm black and I'm Proud.
Pero no era un radical. Cre¨ªa en la integraci¨®n y en el capitalismo: intent¨® establecer una cadena de restaurantes y una red de emisoras de radio. En 1968, intervino para calmar los disturbios que siguieron al asesinato de Martin Luther King; tambi¨¦n fue a tocar con una banda m¨ªnima ante los soldados destacados en Vietnam. Si le llamaban de la Casa Blanca, all¨ª acud¨ªa, aunque el inquilino fuera Richard Nixon.
Dada su buena disposici¨®n ante las autoridades, no entendi¨® que le echaran encima todo el peso de la ley. En 1988, culminando una serie de incidentes por violencia dom¨¦stica, fue arrestado tras una persecuci¨®n policial que dej¨® su coche acribillado. Ya se sab¨ªa que su agresividad y su paranoia se deb¨ªan al PCP, droga conocida como polvo de ¨¢ngel. Le cayeron seis a?os de c¨¢rcel, de los que cumpli¨® la mitad. Le amarg¨® comparar su sentencia con el trato aplicado a, por ejemplo, Jerry Lee Lewis, cantante veterano de historial a¨²n m¨¢s turbulento, aunque debe recordarse que James sali¨® mejor librado de posteriores detenciones por posesi¨®n de drogas y conflictos matrimoniales.
No era una florecilla del campo: abofeteaba en p¨²blico a empleados por transgresiones menores. En una de sus ¨²ltimas visitas a Espa?a, recibi¨® a este periodista en un modesto camerino de La Riviera madrile?a. Estaba encaramado a un taburete, impecable desde el tup¨¦ a las botas; aunque ofreci¨® asiento a una invitada, el entrevistador debi¨® hacer su trabajo de pie. Exig¨ªa pleites¨ªa: el Padrino del Funk no quer¨ªa que nadie olvidara que hab¨ªa cambiado la m¨²sica para siempre.
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La m¨¢quina m¨¢s implacable
Enormemente prol¨ªfica, la carrera de James Brown no se puede resumir en las abundantes recopilaciones, que generalmente prescinden de sus discos instrumentales, las aproximaciones al jazz y sus numerosas producciones. Estas son algunas de sus cimas creativas:
Please, please, please (1956): modos de doo wop incendiados por el aliento dramatico de James Brown.
Night train (1962): un instrumental ajeno al que dinamiz¨® con la menci¨®n de algunas de las ciudades que visitaba con su banda.
Live at The Apollo (1963): exuberante disco en directo que fue el primer gran ¨¦xito nacional de Brown.
The TAMI Show (1964): especial de televisi¨®n que recuerda que, como bailar¨ªn y showman, era imbatible; eclips¨® a los Stones y dem¨¢s artistas invitados.
Papa's got a brand new bag (1965): grabado tras un larg¨ªsimo viaje en autob¨²s, Brown no quiso desaprovechar una ocurrencia que funcionaba en directo.
(I got you) I feel good (1965): inmortalizada por Robin Williams en Good morning, Vietnam, todav¨ªa funciona como llenapistas.
It's a man's man's man's world (1966): ingenuamente machista, ¨¦ste himno a la mujer es la m¨¢s apote¨®sica de sus baladas.
Cold sweat(1967): intrincada depuraci¨®n del concepto del funk, que enfatiza el ritmo y la integraci¨®n grupal.
Get up (I feel like being a) sex machine (1969): el serm¨®n de la monta?a del funk, grabado en Nashville, con los m¨²sico hipermotivados tras una actuaci¨®n.
Hot pants (she got to use what she got to get what she wants) (1971): James convert¨ªa esta l¨²brica oda a los shorts en la cr¨®nica de una mujer que usaba su sex appeal para sobrevivir.
King Heroin (1972): a pesar de su reputaci¨®n de hedonista, Brown lanz¨® abundantes mensajes sociales, como esta denuncia de la hero¨ªna.
Living in America (1986): aunque fuera una composici¨®n de Dan Hartman concebida para Rocky IV, James siempre reivindic¨® esta pieza, que plasmaba su sentido del patriotismo.
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