La segunda divisi¨®n electr¨®nica convierte el S¨®nar en una pista de baile
Junior Boys, Andy Stott y Various Production, tr¨ªo de ases en Barcelona
El smiley del cartel ya indica que el S¨®nar es, sobre todo, una fiesta. La sesi¨®n de ayer fue la de los grandes nombres, con Beastie Boys y Richie Hawtin a la cabeza, y de los emergentes, pero hoy el turno de levantar los ¨¢nimos tras la resaca le ha correspondido a los escuderos, los talentos sin nombres c¨¦lebres. Los canadienses Junior Boys y los brit¨¢nicos Andy Stott y Various Production han tomado el relevo y han convertido el recinto del S¨®nar de D¨ªa en una pista de baile a rebosar. El terreno estaba allanado para los superclases de la noche: Devo, Mogwai, La Mala, Jeff Mills, Fangoria, Altern8 y, s¨ª, Calle 13 y su reggaeton.
El s¨®tano del S¨®nar de D¨ªa lat¨ªa a media tarde con los quiebros electr¨®nicos de Various Production. Su dubstep (ese combinado de beats y ritmos jamaicanos) atronaba en el Sonar Hall, bajo el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona (CCCB). De todos los espacios del S¨®nar de D¨ªa, ¨¦ste es el que m¨¢s se parece a un club, cerrado y en penumbra. Los presentes (con una amplia representaci¨®n anglosajona) quiz¨¢ recordaban a Kode 9 y el mocoso Skream, las otras firmas propias del dubstep, que tocaron ayer viernes en el S¨®nar de Noche. Su c¨®ctel bailable, casi pop, es un nuevo estilo que hace furor en Londres.
Andy Stott tambi¨¦n capt¨® las ganas de fiesta de la carpa S¨®nar D?me por la tarde e intercal¨® una conjunci¨®n de techno y house con destellos de electro. Alternaba los acelerones con el ritmo justo para que la gente tuviera ocasi¨®n de tomar aire y volver a saltar. El resultado, baile y m¨¢s baile para preparar la sesi¨®n de la noche. (Y precisamente en este mismo lugar el d¨²o brit¨¢nico Black Affair consigui¨® el viernes otra sesi¨®n de danza con pop electr¨®nico memorable. Sonaban a algo as¨ª como Simple Minds rele¨ªdos por Moby. Algo muy atractivo y pegadizo).
Mientras Stott pinchaba en la carpa, Junior Boys (Matt Didemus y Jeremy Greenspan) saltaban al S¨®nar Village. Techno bohemio con guitarra y voz. Este d¨²o son una especie de crooners electropop, quiz¨¢ lo mejor para despedir la tarde con suavidad. Hab¨ªa que coger fuerzas tras la resaca de ayer.
Premio para los grandes y los emergentes
Los cientos de seguidores que coreaban ayer los cl¨¢sicos de Beastie Boys y que saltaban sin descanso con Body Movin' acreditan al tr¨ªo de raperos como las estrellas de la velada del viernes en el S¨®nar Club, la gran nave industrial en la que no cab¨ªa ni un alfiler. Porque este festival es principalmente entretenimiento y no cabe duda de que los de Queens lo consiguieron. Los temas instrumentales de The Mix up, su nuevo trabajo, serv¨ªan m¨¢s que nada para dar un respiro antes de la llegada de subidones como Three mc's and one dj, Intergalactic y Sabotage. MCA, Ad-Rock y Mike D peinan canas, pero como directores de la juerga no les gana nadie. L¨¢stima que se dejaran en el tintero Fight for your right (to party).
Y segu¨ªa la fiesta. La gente se trasladaba de un lado para otro en busca de baile. En el S¨®nar Pub, al aire libre, hab¨ªa una de las mejores ofertas de la noche. El d¨²o franc¨¦s Justice ensamblaban temazos techno y house para las masas. Los graves martilleantes no son aqu¨ª tan mon¨®tonos sino que se gu¨ªan por una pauta mel¨®dica que los destila para todos los p¨²blicos. Es una f¨®rmula conocida (ya lo consiguieron hace a?os Chemical Brothers y Daft Punk, por ejemplo) y que sigue siendo eficaz. La prueba es la gente que salta en la pista cada vez que alguien pincha Block Rockin' Beats, Hey boy, hey girl, One more time o Around the World.
El sector duro siempre tendr¨¢ a Richie Hawtin, un maestro incuestionable del minimal que sabe dar lo que se espera de ¨¦l: trallazos incontrolables. La nave que llenaron Beastie Boys un rato antes retumbaba ahora a ritmo constante. A Hawtin tambi¨¦n le gusta divertirse, y si el S¨®nar le invita cada a?o desde hace cerca de una d¨¦cada es porque su presencia es una garant¨ªa. Esta noche le dar¨¢ el relevo otro conocido del festival y de Barcelona, Jeff Mills, el otro gran pope de la electr¨®nica mundial. Cuesta reunir en una misma cita a estos dos talentos de la mesa de mezclas, pero en el S¨®nar ya es una tradici¨®n. Es cierto que no son tan accesibles como Chemical Brothers, Daft Punk o los mismos Justice, pero a altas horas de una madrugada de fiesta los impulsos machacantes son capaces de convencer casi a cualquiera.
Y de eso se trata, porque el S¨®nar no deja de ser una gran fiesta a la que la mayor¨ªa va a entretenerse. La gente atiende el programa de recomendaciones y va probando de un escenario a otro, como en un gran supermercado de la electr¨®nica. Diga lo que diga la cr¨ªtica, si algo no interesa, se cambia a otra cosa. Lo importante es pasarlo bien.
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