Cruise encarna a un h¨¦roe antinazi en 'Valquiria'

Hoy ha comenzado en Berl¨ªn el rodaje de Valquiria, un thriller ambientado en la Segunda Guerra Mundial que narra la historia real de un grupo de oficiales nazis que intentaron sin ¨¦xito asesinar a Adolf Hitler en 1944. El estadounidense Tom Cruise encarna al l¨ªder del complot, el coronel Claus von Stauffenberg, y encabeza el reparto de esta superproducci¨®n dirigida por Bryan Singer (The Usual Suspectcs) en la que figuran otras estrellas como Kenneth Branagh, Bill Nighy, Tom Wilkinson, Eddie Izzard, Christian Berkel, Thomas Kretschmann y Carice van Houten.

El filme ha levantado ampollas en Alemania, un pa¨ªs que a¨²n ve con recelo cualquier incursi¨®n en el episodio m¨¢s negro de su historia reciente. La pol¨¦mica se ha desatado, en este caso, por la militancia de Cruise en la Iglesia de la Cienciolog¨ªa, una entidad religiosa que en Alemania es considerada una secta. En Estados Unidos la cienciolog¨ªa tiene la consideraci¨®n de religi¨®n. Los medios alemanes consideran una afrenta que el actor encarne a un h¨¦roe antinazi como Von Stauffenberg.

Por ello, las autoridades germanas han prohibido al equipo de la pel¨ªcula rodar en cualquier edificio p¨²blico donde se desarroll¨® el frustrado complot para eliminar al f¨¹hrer. Singer pretend¨ªa grabar el grueso de las escenas en el antiguo cuartel general nazi de Rastenburg, m¨¢s conocido como la guarida del lobo y el lugar donde Hitler escap¨® ileso el 24 de julio de 1944 del atentado con bomba ideado por algunos de sus oficiales. Un militar coloc¨® el malet¨ªn con la bomba bajo la mesa de Hitler y un c¨²mulo de circunstancias hizo que el dictador s¨®lo sufriese una lesi¨®n en el t¨ªmpano y un tembleque en la mano que le dur¨® hasta la muerte. Stauffenberg muri¨® ejecutado en la horca.

La productora estadounidense United Artists y la alemana Babelsberg no han tenido m¨¢s remedio que levantar una r¨¦plica de ese edificio en una zona boscosa de la regi¨®n de Dahme-Spreewald, al sur de Berl¨ªn, para recrear el momento m¨¢s amargo de aquellos alemanes que pensaron, con acierto, que Hitler conduc¨ªa el pa¨ªs hacia el m¨¢s absoluto de los desastres.