"Aqu¨ª han acabado con la democracia"
La literatura rusa del ¨²ltimo cuarto del siglo XX es impensable sin Vlad¨ªmir Sorokin (1955). Escritor innovador y pol¨¦mico, sus primeras obras no pod¨ªan publicarse en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, por lo que vieron la luz en Francia y Alemania. S¨®lo a?os m¨¢s tarde, en 1989, en plena perestroika de Mija¨ªl Gorbachov comenzaron a aparecer sus obras en Rusia. Sus novelas como La Cola (1985), El trig¨¦simo amor de Marina (1987) o Norma (1994) contienen escenas de un naturalismo chocante y constituyen al mismo tiempo parodias de los lugares comunes del llamado realismo socialista. La Grasa Azul (1999) provoc¨® esc¨¢ndalo en Rusia y el movimiento juvenil proPutin Nashi, destruy¨® sus libros frente al teatro Bolsh¨®i ech¨¢ndolos a un improvisado retrete e instig¨® un proceso en contra de Sorokin por divulgar pornograf¨ªa, es decir, esa novela. En lo que va de siglo Sorokin ha escrito Banquete, libro que re¨²ne una docena de cuentos, las novelas Hielo, El camino de Bro, 23.000 (que constituyen una trilog¨ªa) y El d¨ªa del Opr¨ªchnik. En v¨ªsperas de la publicaci¨®n de esta ¨²ltima novela en Espa?a, Sorokin recibi¨® a EL PA?S en su casa de Vn¨²kovo, en las afueras de Mosc¨² y confes¨® que el las legislativas de diciembre pasado hab¨ªa votado por la opositora Uni¨®n de Fuerzas de Derecha. El escritor es implacable con el actual r¨¦gimen, al que califica de "corrupto" y est¨¢ convencido de que hubo "una gran falsificaci¨®n" en esas elecciones parlamentarias.
Pregunta. ?Qu¨¦ es El D¨ªa de un Opr¨ªchnik, una s¨¢tira pol¨ªtica, una antiutop¨ªa u otra cosa?
Respuesta. Para m¨ª es, ante todo, una obra literaria. No me corresponde a m¨ª juzgar su g¨¦nero, pero es curioso lo que me dijo un amigo despu¨¦s de leer el libro. "Creo que has escrito un zagov¨®r, un conjuro", me dijo. El zagov¨®r es un ritual m¨¢gico durante el cual conjuran la enfermedad o la muerte, ahuyent¨¢ndola. "Has escrito esto para que no suceda en Rusia", explic¨® mi amigo. La verdad es que no pens¨¦ en ello cuando escrib¨ª la obra, pero la idea me gust¨® y creo que, en esencia, se trata de un conjuro. ?Por qu¨¦ Rusia es interesante? Porque aqu¨ª las fantas¨ªas m¨¢s inesperadas y extra?as se convierten a veces en realidad. La verdad es que quer¨ªa plasmar una idea que ahora est¨¢ en la mente de muchos rusos. Se trata de la idea del aislamiento de Rusia, de que Rusia es autosuficiente, de que puede levantar una gran muralla y separarse de Occidente que le tra¨ªdo solo mal. Gran parte del equipo de Putin es partidario de esta idea, y por eso nos han devuelto la imagen de Occidente como la de un enemigo. Bueno, pues yo fantase¨¦ sobre este tema.
P. Pero en la obra uno dir¨ªa que el pa¨ªs retrocede en el tiempo, aunque se hable del futuro.
R. Lo que pasa es que si se levanta una nueva cortina de hierro, a diferencia de la ¨¦poca estaliniana, Rusia se hundir¨¢ en su pasado, es decir, en el siglo XVI, cuando de hecho fue creado el Estado ruso por Iv¨¢n el Terrible. Si en la ¨¦poca de Stalin la Rusia sovi¨¦tica ten¨ªa una nueva forma gracias a la idea comunista y nuevos s¨ªmbolos, ahora no hay ninguna idea nueva. S¨®lo existe la idea de aislamiento y, si se realiza, r¨¢pidamente nos veremos en la edad media, no s¨®lo ideol¨®gicamente, por la manera de pensar, sino tambi¨¦n estil¨ªsticamente. Si esto sucede, dentro de 10 a?os estaremos hablando en ruso antiguo. Sobre esto decid¨ª fantasear en mi libro.
P. Usted muestra esto en el libro, pero ?persegu¨ªa tambi¨¦n otros fines con la estilizaci¨®n del idioma? Porque en realidad no se trata del ruso antiguo, sino de una estilizaci¨®n.
R. Por supuesto que no es ruso antiguo propiamente tal. Ser¨¢ una nueva lengua, pero si en la ¨¦poca estaliniana hablaban en la neolengua sovi¨¦tica, una mezcla del idioma burocr¨¢tico y del habla cotidiana, en el nuevo Estado, que se apoyar¨¢ en la religi¨®n ortodoxa, todo girar¨¢ naturalmente en torno al idioma ruso antiguo, al ruso eclesi¨¢stico que utiliza la iglesia. Y se producir¨¢ una simbiosis ling¨¹¨ªstica, una simbiosis de la lengua de las altas tecnolog¨ªas y del antiguo ruso.
P. A prop¨®sito, ?es usted creyente?
R. S¨ª, lo soy.
P. ?Ortodoxo?
R. Ortodoxo
P. ?Apoya usted lo que sucede hoy en esta esfera, la moda por la religi¨®n y el papel cada vez m¨¢s importante que desempe?a la Iglesia en Rusia?
R. Mi posici¨®n es muy sencilla. La Iglesia no debe inmiscuirse en los asuntos del Estado. Debe ocuparse s¨®lo de sus asuntos espirituales. Pero no todos los jerarcas piensan as¨ª. Por eso, aunque me considero ortodoxo no voy a menudo a la iglesia. Para m¨ª es suficiente mi propia fe.
P. Muchos jerarcas ortodoxos seguramente piensan que su obra es la personificaci¨®n del mal, ?no?
R. ?Sabe?, en su tiempo, los jerarcas ortodoxos excomulgaron a Tolst¨®i, hicieron una gran tonter¨ªa. Hay demasiados imb¨¦ciles en todas partes, y la iglesia no es una excepci¨®n.
P. ?Cree usted que hay una fascistizaci¨®n de la sociedad rusa?
R. ?Fascistizaci¨®n? Lo que veo es una divisi¨®n como la que hab¨ªa en Rusia en el siglo XVI y despu¨¦s, mejor dicho, creo que estamos retornando a la edad media y que lo que vivimos ahora no es una facistizaci¨®n sino una feudalizaci¨®n. Vamos hacia una Rusia feudal donde las autoridades se convierten nuevamente en algo absoluto, incomprensible para el pueblo y que no toma en cuenta para nada al pueblo. Las ¨²ltimas parlamentarias [del dos de diciembre] mostraron que aqu¨ª ya han acabado con la democracia y con las elecciones libres. La cuesti¨®n es cu¨¢n lejos llegar¨¢ esta feudalizaci¨®n. Rusia puede convertirse en un gemelo pol¨ªtico de Bielorrusia o quiz¨¢s al final algo suceda que impedir¨¢ ese desarrollo. Nadie puede decirlo hoy, pero a juzgar por todo, el equipo ahora en el poder est¨¢ muy inquieto, se comporta con mucho nerviosismo y a veces cae en la paranoia. Si nos fijamos en los rostros de Putin y Medv¨¦dev [el elegido por el primero para sucederle en el Kremlin], yo dir¨ªa que transmiten intranquilidad, preocupaci¨®n. Tampoco ellos est¨¢n seguros del ma?ana.
P. ?C¨®mo influy¨® el conflicto que tuvo con el grupo juvenil proKremlin Nashi (Los Nuestros), que le acusaron de escribir obras pornogr¨¢ficas y destruyeron sus libros p¨²blicamente, frente al teatro Bolsh¨®i?
R. En principio, todo influye en nuestra vida rusa. Creo que el asunto me impresion¨® fuertemente, pero El D¨ªa del Opr¨ªchnik no es sobre los Nuestros. Los Nuestros no son exactamente opr¨ªchnicks, son los hermanos menores de los opr¨ªchniks. Es como el komsomol y el PCUS, Nashi son los komsomoles de hoy. En 2002, cuando ocurri¨® el conflicto, el poder todav¨ªa no era tan descarado e insolente como ahora. Hac¨ªa pruebas, y decidi¨® probar qu¨¦ pasar¨ªa si atacaba a los escritores. La causa criminal que incoaron contra m¨ª dur¨® un a?o, pero al final fue cerrada por orden desde arriba. Porque al poder no le conven¨ªa condenarme. Era el a?o en que Rusia ser¨ªa invitada de honor a la Feria del Libro de Francfort y no hubiera sido prudente realizar un juicio en v¨ªsperas de este acontecimiento puesto que el caso se hubiera interpretado como que los funcionarios rusos aterrorizan a los escritores.
P. ?Quiere decir que hoy s¨ª ser¨ªa condenado?
R. Me contaron que entonces las autoridades ten¨ªan la intenci¨®n de realizar un juicio ejemplar y condenarme a dos a?os condicionales para crear un precedente. No s¨¦ lo que ocurrir¨ªa hoy pero debo decir que todav¨ªa no se han ocupado de los escritores. Por el momento nos han regalado la libertad y podemos escribir y publicar lo que queramos. Pero nadie sabe los que suceder¨¢ dentro de un a?o. Por el momento se ocupan de periodistas y otras categor¨ªas, como pol¨ªticos indeseables.
P. ?Ve usted un cambio radical en la conciencia de los j¨®venes?
R. La generaci¨®n joven, como la del esposo de una de mis hijas que acaba de ver y de hablar con ¨¦l en espa?ol, lo entiende todo muy bien. Comprende cu¨¢l es la esencia de este poder: corrupto, c¨ªnico y antidemocr¨¢tico. Pero esta generaci¨®n todav¨ªa no tomado conciencia de s¨ª misma como generaci¨®n, no ha tomado la palabra porque le parece que no hay motivo para ello; todav¨ªa no se manifiesta. Mientras que la generaci¨®n de nuestros escritores disidentes ya lo dijo todo. Por eso callan. Es algo que puedo comprende: no quieren repetirse estil¨ªsticamente, esto es duro y no ya son j¨®venes.
P. Pero si esa generaci¨®n comprende, como usted dice, la esencia del poder actual en Rusia, ?por qu¨¦ permanece pasiva?
R. Es importante comprender que Rusia ?por primera vez en estos ¨²ltimos diez a?os- ha obtenido la libertad econ¨®mica; la gente se ha convertido en gente libre econ¨®micamente, es decir, ellos han sentido lo que es vivir en una econom¨ªa de mercado. Despu¨¦s de 70 a?os de no tener libertad econ¨®mica, estos diez a?os embriagan mucho; el mercado es como una droga y la consumen sin poder resistirse. Para ellos es muy importante el que pueden elegir la marca de cerveza preferida, elegir la ropa, el auto, poder ir a descansar al extranjero, a Egipto, por ejemplo. Y no quieren perder todo esto. Esta es la situaci¨®n. Para que suceda algo, es necesario que el pueblo se harte, que empiece a cansarse del mercado, como sucedi¨® en Europa en 1968. Surgi¨® una generaci¨®n que sent¨ªa n¨¢useas del consumismo, por eso sucedi¨® all¨ª lo que sucedi¨®. Aqu¨ª no ha llegado ese momento. Agregar¨ªa que, como dije, los rostros de Putin y Medv¨¦dev parecen bastante preocupados. Es muy probable que este poder sea una piscina con tiburones que no consigan ponerse de acuerdo y suceda generalmente sucede en Rusia: que los golpes de Estado, revoluciones y reestructuraciones se producen no desde abajo, sino desde arriba.
P. ?Siente usted la influencia de la pol¨ªtica?
R. Yo dir¨ªa que El D¨ªa del Opr¨ªchnik es una reacci¨®n a lo que sucede, pero la mayor¨ªa de mis obras son una reacci¨®n a la sociedad en que vivimos, con pocas excepciones. Yo comenc¨¦ con cuentos que, en esencia, eran antisovi¨¦ticos, pero, repito, mi ¨²ltima novela es ante todo obra literaria; no se trata de un panfleto o de una s¨¢tira pura y simple; eso no me interesa.
P. ?Cree usted que la literatura de la ¨¦poca de Putin se distingue de la anterior?
R. ?Sabe lo que me parece interesante? En la ¨¦poca de Putin se escriben muchas antiutop¨ªas. Si tomamos a V¨ªktor Pelevin, Olga Sl¨¢vnikova, Dmitri B¨ªkov y otros autores escriben sobre lo que suceder¨¢, sobre el futuro. El g¨¦nero de la antiutop¨ªa se ha manifestado con fuerza en tiempos de Putin. Seguramente no es por casualidad. Estoy convencido que se trata de una reacci¨®n al presente.
P. ?No le parece parad¨®jico que, de una parte haya total libertad econ¨®mica y de movimiento y de otra, nostalgia por una mano fuerte por parte de la sociedad, ya que seguramente no toda la culpa la tienen los gobernantes.
R. S¨ª, claro. ?Sabe cu¨¢l es el apellido m¨¢s divulgado: Smirnov, que significa persona mansa, d¨®cil. Nuestro pueblo puede aguantar mucho y por largo tiempo. El poder aprovecha esta cualidad. Adem¨¢s, si tomamos la historia de Rusia, veremos que la ¨¦poca de autoritarismo es largu¨ªsima y la de la democracia una gota en el oc¨¦ano.
P. ?C¨®mo explica que por un lado exista un fuerte autoritarismo y por otro haya libertad para escribir?
R. Los medios de comunicaci¨®n ya est¨¢n controlados. No hay un solo canal televisivo que pueda permitirse criticar a Putin. En los peri¨®dicos el cuadro es parecido. Es verdad que, de momento, a los escritores no los tocan.
P. ?Cree usted que los tocar¨¢n?
R. No lo s¨¦, porque el poder es impredecible. Nadie sabe qu¨¦ necesitar¨¢ ma?ana. Puede que lo necesite para comenzar una campa?a de turno, por ejemplo, de limpieza de la cultura. Ya hay un proyecto presidencial al respecto. Putin se reuni¨® con los j¨®venes escritores y los inst¨® a escribir cosas positivas. Pero entonces hay que hacer algo con las negativas. Aqu¨ª en Rusia no puede haber en la tienda cosas positivas y cosas negativas al mismo tiempo.
P. ?Qu¨¦ le parece la literatura rusa actual?
R. Creo que no hay nuevas estrellas brillantes en la nueva generaci¨®n. Sobre el estado de la literatura rusa solo puedo decir que la gente lee ahora m¨¢s que antes, m¨¢s que en los ¨²ltimos cinco a?os, digamos. Si usted visita las librer¨ªas, ver¨¢ que siempre est¨¢n llenas. En parte de los j¨®venes hay una nueva tendencia: no mirar televisi¨®n. Conozco ya a varios coet¨¢neos de mis hijas que por principio no miran televisi¨®n y toda la informaci¨®n la obtienen de Internet. Y ellos leen libros, leen m¨¢s que hace 10 a?os. Entonces hab¨ªa un boom televisivo, lo que es natural porque la televisi¨®n era libre. En cuanto a los escritores, creo que buenos escritores nunca ha habido muchos. As¨ª es que pienso que el estado de la literatura rusa es completamente normal.
P. Desde el primero de enero hay una nueva ley en Rusia por la cual las bibliotecas digitales pueden colgar las obras de los autores solo con el consentimiento de ¨¦stos. ?Dar¨¢ usted ese permiso a las famosas bibliotecas rusas digitales como la de Mashkov o la de Aldebar¨¢n?
R. Creo que la ley es correcta, que hay que pedir permiso al autor si quieres colocar una obra en internet. Inmediatamente despu¨¦s de que mi novela La Grasa Azul fuera publicada, una persona la escane¨® y la colg¨® en la red. Me querell¨¦ junto con mi editor para que esa persona sacara de su p¨¢gina mi novela, pero perdimos el juicio porque entonces no hab¨ªa una ley que condenara este hecho. Yo tengo una p¨¢gina personal y en ella est¨¢n mis obras; prefiero que est¨¦n s¨®lo all¨ª. Debo decir que pertenezco a la ¨¦poca de Gutenberg, soy partidario del libro como tal y por eso no estoy de acuerdo en que se cuelguen las obras literarias indiscriminadamente y sin control. Creo que a los autores vivos hay que preguntarles si quieren ver sus obras en la red; es un asunto personal. Quiz¨¢ haya alguno que no quiera por principio que sus novelas se divulguen a trav¨¦s de internet; hay otros, por el contrario, que s¨®lo publican en la red. Stephen King colg¨® una de sus novelas en la red, sin haberla publicado en papel, y el que quisiera pod¨ªa descargarla pagando una suma determinada. En resumen, debe haber normas jur¨ªdicas que regulen este asunto.
P. Como persona de la ¨¦poca de Gutenberg, ?cree usted que en el futuro el principal medio de publicaci¨®n ser¨¢ internet y el libro en papel, si no morir¨¢, quedar¨¢ relegado a un segundo plano, a una especie de objeto de culto o de lujo?
R. El libro es algo muy viejo, es casi como el vino. Es un objeto que hace tiempo que vive con la gente y es dif¨ªcil de reemplazarlo. Creo que el libro siempre existir¨¢. Porque lo puedes poner bajo la almohada, por ejemplo, o lo puedes olvidar en un caf¨¦ o lo puedes regar con tus l¨¢grimas, pero regar con l¨¢grimas un laptop es un sin sentido, algo absurdo en mi opini¨®n. Soy optimista, conf¨ªo en el futuro del libro.
P. ?En qu¨¦ trabaja ahora: en otra nueva novela, un libreto para una nueva ¨®pera, un gui¨®n cinematogr¨¢fico?
R. Acabo de terminar un nuevo gui¨®n, el cuarto que escribo. La pel¨ªcula se llamar¨¢ El blanco, la dirigir¨¢ Alexandr Zeld¨®vich y se estrenar¨¢ en mayo, m¨¢s o menos. La acci¨®n tambi¨¦n transcurre en Rusia, en un futuro no lejano, pero no es una antiutop¨ªa, sino un drama. Se trata de un problema que ata?e a todos: el envejecimiento de la gente. Y ahora escribo un libro de cuentos.
P. ?Son cuentos sobre diferentes temas o todos giran en torno a uno principal?
R. Dir¨ªa que son cuentos sobre el mismo tema que El D¨ªa del Opr¨ªchnik, aunque desde otro punto de vista, con otra idea. Hay algo que une a estos cuentos. Son sobre el futuro, pero al mismo tiempo retrocediendo a la edad media. Espero que se publiquen antes del verano.
P. ?No tiene intenciones de repetir su experiencia con la ¨®pera y escribir un nuevo libreto?
R. La ¨®pera es un gran g¨¦nero, quiz¨¢ nunca m¨¢s escriba un libreto. Por el momento no tengo ninguna idea al respecto.
P. ?Est¨¢ satisfecho con Lo hijos de Rosenthal?
R. S¨ª, debo decir que la ¨®pera en general me causa un gran placer, pero pienso que Los hijos de Rosenthal est¨¢n reci¨¦n comenzando a vivir, es s¨®lo la primera puesta en escena y conf¨ªo en que tienen todav¨ªa todo por delante.
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