Pasolini se reencuentra con su 'lugar en el cine'
Un documental homenajea al malogrado director italiano con testimonios de Erice y Angelolpoulos, entre otros
Los directores V¨ªctor Erice y Theo Angelopoulos homenajean en el largometraje Un lugar en el cine el legado trasgresor de Pier Paolo Pasolini, un adelantado a su tiempo que seg¨²n ha relatado su actor fetiche, Ninetto Davoli, fue tratado "como un loco" por su visi¨®n violenta de la ¨¦poca que vivi¨®. El documental es el debut cinematogr¨¢fico de Alberto Morais, un vallisoletano afincado en Valencia que ha elegido esta ciudad para presentarlo en compa?¨ªa de Davoli, quien en la pel¨ªcula pone voz a quien fuera su descubridor y le dirigiera en filmes como El evangelio seg¨²n San Mateo, Pajaritos y pajarracos, Teorema o Las mil y una noches.
Un lugar en el cine, que el pr¨®ximo viernes se estrena en Madrid, Barcelona y Valencia tras recorrer varios festivales nacionales y extranjeros, recoge testimonios de Erice, Angelopoulos, Davoli, Tonino Guerra, vecinos de su localidad natal y extras que participaron en El esp¨ªritu de la colmena y Alejandro Magno (dirigidas por los dos primeros) como un homenaje global a Pasolini.
A trav¨¦s de im¨¢genes de una gran belleza formal, el largometraje fija tres localizaciones para que sus actores ocasionales hablen del poder del cine, sobre todo el neorrealista: Italia, Espa?a y Grecia. As¨ª, la capital romana sirve para enmarcar el influjo "fundacional", como relata Erice, de la Roma, citt¨¤ aperta de Rossellini en la ulterior obra de Pasolini, mientras Casarsa, no lejos de Trieste, en el noreste de Italia, protagoniza el relato (musical, futbol¨ªstico e incipiente marxista) de sus a?os infantiles y juveniles, y Ostia, junto al Mar Tirreno, la playa donde muri¨® asesinado en 1975, luce como el "lugar del fin del mundo" que simboliza la necesidad el cambio social que anhelaba.
Por su parte, en Hoyuelos (Segovia) se revive El esp¨ªritu de la colmena con el recuerdo de sus escasos vecinos mientras Erice, desde la estaci¨®n, analiza el estado de la industria cinematr¨¢fica y la "censura econ¨®mica" que sufre, rememora la importancia del neorrealismo como "aventura sin certidumbres" y valora la disidencia y la "extraordinaria anticipaci¨®n" de Pasolini. En Dotsik¨®, una zona monta?osa del norte de Grecia, Morais re¨²ne a sus tambi¨¦n testimoniales habitantes para que recuerden el rodaje de Alejandro Magno, cuyo director reivindica el "lenguaje oculto" del cine como medio de resistencia y valora el papel del Mediterr¨¢neo como civilizaci¨®n com¨²n para griegos, italianos y espa?oles.
Con su ¨®pera prima, Morais ha intentado "buscar cierta actitud moral ante el cine y la vida" desde el neorrealismo, y se enorgullece de haber conseguido que Erice y Angelopoulos participen en ella como "obligaci¨®n" ¨¦tica para trasladar al presente el legado de sus respectivas generaciones cinematogr¨¢ficas. "Ser¨ªa muy dif¨ªcil exhibir hoy en d¨ªa las pel¨ªculas de Pasolini", reconoce Morais, quien lamenta las dificultades actuales de la distribuci¨®n comercial de las pel¨ªculas y reivindica la "dial¨¦ctica hist¨®rica" que ha intentado plasmar en este homenaje al s¨¦ptimo arte realizado hasta los a?os 70. Davoli, por su parte, califica de "emocionante" el haber participado en un proyecto que gira en torno a una persona que fue "tan importante" para ¨¦l y con quien pas¨® unos a?os "maravillosos".
"La idea del film es potente, bella", se?ala el actor de Las brujas, Edipo rey o El Decamer¨®n para reclamar la vigencia de su discurso cinematogr¨¢fico, "trasgresor y violento" porque percib¨ªa los peligros que corr¨ªa la nueva sociedad de consumo en los a?os 60. "Presentaba su visi¨®n del mundo y la gente no quer¨ªa asumirla; lo trataron como a un loco", lamenta Davoli para reconocer que el impacto de su muerte consigui¨® eclipsar durante muchos a?os el peso prof¨¦tico de su lenguaje po¨¦tico y visual, el que ahora intenta recuperar Morais con Un lugar en el cine.
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